El 'dossier' secreto sobre Gibraltar
El 6 de agosto de 1953, F. J. Leisham, un alto funcionario del Foreign Office, recibi¨® una escueta nota de Downing Street. "Querido Leisham", arrancaba el texto, "el subp¨¢rrafo (c) del telegrama de Madrid n¨²mero 211, de agosto 4, hace referencia a 'las esperanzas de restituci¨®n del Pe?¨®n otorgadas a Espa?a durante la guerra'. El primer ministro quedar¨ªa muy agradecido si se le pudiera hacer llegar una breve nota sobre la cuesti¨®n. ?Qu¨¦ le dijimos a Franco sobre Gibraltar durante la guerra?". La nota est¨¢ firmada por Anthony Montague Brown, secretario privado de Winston Churchill desde 1952 hasta la muerte de ¨¦ste.
La pregunta que Churchill se hace a trav¨¦s de Montague Brown acab¨® generando un detallado dossier que se ha mantenido en secreto durante 50 a?os y que ve la luz p¨²blica por primera vez hoy, 2 de enero de 2005. El archivo desclasificado -referencia PREM / 680 1953-54- ha sido custodiado durante decenios por los Archivos Nacionales y contiene una quincena de documentos que detallan los dos enfrentamientos diplom¨¢ticos desatados por Franco en 1953 y 1954, en los que acusaba al Reino Unido de haber incumplido su promesa de negociar la devoluci¨®n de Gibraltar a cambio de que Espa?a se mantuviera neutral durante la II Guerra Mundial.
Los documentos detallan el choque diplom¨¢tico desatado por Franco porque el Reino Unido no hab¨ªa cumplido 'la promesa' de devolver Gibraltar a cambio de no entrar en guerra
Se ponen de relieve las piruetas de Churchill durante la guerra para mantener con Franco una relaci¨®n lo bastante distante y lo bastante pr¨®xima
Los documentos ilustran la capacidad del franquismo para manipular la realidad y presentar los hechos de manera que pareciera que Churchill apoyaba al r¨¦gimen. Pero al mismo tiempo ponen de manifiesto las piruetas que tuvo que hacer el primer ministro brit¨¢nico durante la guerra para mantener con Franco una relaci¨®n lo bastante distante y lo bastante pr¨®xima. Y tambi¨¦n el inter¨¦s que puso Londres en tratar con sordina las acusaciones lanzadas por Franco en los a?os cincuenta: de los papeles ahora desclasificados se deduce que Churchill rehuy¨® el cuerpo a cuerpo porque, al no tener registros de algunas de las conversaciones entre representantes de ambos Gobiernos en que se basaba la diplomacia franquista para asegurar que los brit¨¢nicos hab¨ªan incumplido sus promesas, no ten¨ªa pruebas suficientes para enzarzarse con Franco.
Nota del Foreign Office
El telegrama que abre la crisis, y al que se refiere el secretario privado de Churchill, es una "nota desde Madrid al Foreign Office" en la que la Embajada brit¨¢nica informa de que ese d¨ªa, 4 de agosto de 1953, los tres grandes peri¨®dicos de Madrid publicaban editoriales "denunciando en t¨¦rminos vehementes la ocupaci¨®n brit¨¢nica de Gibraltar". "El 4 de agosto", explican los diplom¨¢ticos brit¨¢nicos, "Arriba public¨® un texto con una entrevista especial con el General¨ªsimo Franco en la que el Caudillo, tras acusar a Gran Breta?a de mala fe y de imperialismo ego¨ªsta y pasado de moda al retener Gibraltar en contra de cualquier c¨®digo de honor y moralidad, plantea, entre otros, los siguientes puntos: a) sin Espa?a, Gibraltar no vale nada; b) ning¨²n espa?ol deber¨ªa tener permiso para trabajar bajo una bandera extranjera; c) si las esperanzas de restituci¨®n del Pe?¨®n ofrecidas a Espa?a durante la guerra no son satisfechas, que nadie dude que usaremos todos los medios para poner fin a tan ofensiva situaci¨®n". Este ¨²ltimo p¨¢rrafo amenazante est¨¢ marcado con una se?al de interrogante de color morado en el documento.
Dada la amplitud y complejidad de la pregunta planteada por Churchill, las explicaciones requeridas por Downing Street al Foreign Office tardaron algunos d¨ªas en llegar. El 19 de agosto de 1953 lleg¨® una nota para ¨¦l. "Lamento el retraso en enviarle una respuesta, pero hemos tenido que consultar documentos del periodo de la guerra que est¨¢n dispersos por Londres", se disculpa el funcionario. "Le adjunto una nota, lo m¨¢s corta posible. El asunto, sin embargo, es complicado; no es probable que todo haya quedado registrado, y hay interpretaciones en la parte espa?ola que difieren ampliamente de las nuestras. La nota se puede extender si es necesario".
El documento explica que "la pol¨ªtica del Gobierno de Su Majestad hacia Espa?a fue definida por las Conclusiones del Gabinete de Guerra 171(40), de 18 de junio de 1940, que dec¨ªan que pod¨ªamos decir a los espa?oles que 'estar¨ªamos libres despu¨¦s de la guerra para discutir cualquier materia de inter¨¦s para Espa?a y para nosotros'. El Gabinete de Guerra decidi¨®, sin embargo, que esa oferta deb¨ªa omitir cualquier menci¨®n espec¨ªfica sobre Gibraltar".
El punto segundo de la nota del Foreign Office introduce una cuesti¨®n a la que los franquistas acabar¨ªan d¨¢ndole la vuelta para presentarla como prueba de que los brit¨¢nicos incumplieron su palabra. Dice as¨ª: "El 26 de junio de 1940, el primer ministro escribi¨® lo siguiente en una minuta al secretario de Estado: 'Estoy seguro de que no ganar¨ªamos nada ofreci¨¦ndonos a tratar la cuesti¨®n de Gibraltar al final de la guerra. Los espa?oles sabr¨¢n que, si ganamos, las discusiones no tendr¨¢n fruto alguno, y si perdemos, no ser¨ªan necesarias'. Sin embargo, tras las alegaciones de sir Samuel Hoare de que le ser¨ªa ¨²til decirle espec¨ªficamente a los espa?oles que estar¨ªamos dispuestos a hablar de Gibraltar despu¨¦s de la guerra, lord Halifax le pidi¨® al primer ministro que reconsiderara su decisi¨®n".
En Downing Street
Lord Halifax era el ministro de Asuntos Exteriores, y sir Samuel Hoare, el embajador brit¨¢nico en Espa?a. Ambos ten¨ªan una posici¨®n m¨¢s pr¨®xima a Franco que la de Churchill. En ese momento, Winston Churchill llevaba poco m¨¢s de cinco semanas de su primer mandato en Downing Street. Hab¨ªa sustituido a Neville Chamberlain tras fracasar la pol¨ªtica de apaciguamiento que ¨¦ste hab¨ªa defendido para aplacar a Hitler y evitar la guerra. Churchill hab¨ªa formado un Gobierno de concentraci¨®n en el que incluy¨® no s¨®lo a figuras del laborismo, sino a tories fieles a Chamberlain, como lord Halifax, al que mantuvo como secretario del Foreign Office hasta diciembre de 1940, cuando ¨¦ste cedi¨® la cartera a Anthony Eden.
Pero no incluy¨® a sir Samuel Hoare, viejo rival, al que envi¨® de embajador a Madrid. Hoare hab¨ªa sido el gran defensor de la pol¨ªtica del apaciguamiento con la Italia de Mussolini. En diciembre de 1935 negoci¨® con el primer ministro franc¨¦s, Pierre Laval, el llamado Pacto Hoare-Laval, por el que ambos pa¨ªses se aven¨ªan a resolver la crisis provocada por la invasi¨®n italiana de Etiop¨ªa cediendo al Duce dos tercios del territorio y otros al este del pa¨ªs. El pacto fue filtrado a la prensa y se convirti¨® en papel mojado. El Gabinete lo rechaz¨® y Hoare dimiti¨®, aunque Chamberlain le recuper¨® luego como ministro del Interior y le dio entrada en el gabinete de guerra como lord del Consejo de la Reina.
La nota del Foreign Office se?ala que, ante las peticiones de Hoare de que el Gobierno negociara con Franco la cuesti¨®n de Gibraltar tras la guerra, "el primer ministro dijo entonces que no cre¨ªa que tuviera que llevar el asunto m¨¢s lejos, y el 4 de julio se le dio a sir S. Hoare la discreci¨®n que hab¨ªa pedido". "No hay ning¨²n registro de que la utilizara hasta el 20 de septiembre de 1940, cuando el ministro espa?ol de Exteriores le pidi¨® una declaraci¨®n del Gobierno de Su Majestad de que se tratar¨ªa de Gibraltar al final de la guerra. Hoare replic¨® que no pod¨ªamos discutir la cuesti¨®n de Gibraltar durante la guerra, pero que est¨¢bamos dispuestos a discutir cualquier cuesti¨®n de inter¨¦s com¨²n para nosotros y Espa?a cuando acabaran las hostilidades".
Sugerencias
"Sin embargo", a?ade el punto cuarto de la nota, "se han hecho algunas sugerencias en la parte espa?ola de que en al menos dos ocasiones se les ha dado alg¨²n tipo de garant¨ªa acerca de Gibraltar". "La primera de ellas fue cuando el embajador espa?ol vio al se?or R. A. Butler, en aquellos momentos secretario parlamentario, el 4 de julio de 1940. Aunque el registro del Reino Unido sobre la conversaci¨®n del se?or Butler no hace menci¨®n de Gibraltar, el duque de Alba parece haber sacado la impresi¨®n (y as¨ª se lo report¨® a Madrid) de que algo se dijo entre l¨ªneas sobre la autoridad que se le hab¨ªa dado a sir S. Hoare".
"Los espa?oles tambi¨¦n han reclamado que, o bien en julio, o bien en octubre de 1941, el duque de Alba recibi¨® seguridades de que 'el Gobierno de Su Majestad podr¨ªa eventualmente considerar la reclamaci¨®n del Gobierno espa?ol sobre Gibraltar'. Se ha sugerido que tal oferta fue mencionada por el primer ministro en un almuerzo en la Embajada espa?ola el 2 de octubre de 1941. Sir Winston Churchill fue consultado en 1949 acerca de ese almuerzo, y declar¨® entonces que, aunque quiz¨¢ hizo comentarios favorables a la posici¨®n de Espa?a en el Mediterr¨¢neo, era bastante falso que hubiera dado en ning¨²n momento garant¨ªa formal a Espa?a". Esta ¨²ltima frase est¨¢ marcada con una l¨ªnea vertical roja en el margen izquierdo del documento original.
El texto del Foreign Office llega a una conclusi¨®n relativamente abierta: "En lo que se refiere a los registros formales, hasta ahora, y a falta de ninguna evidencia firme en sentido contrario, podemos mantener la posici¨®n del Gabinete de Guerra de 18 de junio de 1940. Sin embargo, en un momento dado se autoriz¨® una medida discrecional; eso, junto al hecho de que no podemos estar seguros de que tenemos todas las evidencias, no nos aconseja a entrar en pol¨¦micas sobre el asunto".
En mayo de 1954, nueve meses despu¨¦s de esa primera crisis, la cuesti¨®n de Gibraltar volvi¨® a enfrentar a los dos Gobiernos, coincidiendo con la visita al Pe?¨®n de la reina Isabel. El d¨ªa 17, el diario The Telegraph daba cuenta de las cr¨ªticas de la prensa espa?ola a la visita real y destacaba un art¨ªculo escrito por Franco bajo su seud¨®nimo period¨ªstico, Macaulay. Apoy¨¢ndose en la minuta dictada por Churchill el 26 de junio de 1940 a su ministro de Exteriores, en la que le da cuenta de que ha llegado a la conclusi¨®n de que "no ganar¨ªamos nada ofreci¨¦ndonos a tratar la cuesti¨®n de Gibraltar al final de la guerra", Macaulay-Franco concluye que "esa nota muestra que el ministro de Exteriores ha sugerido hacer esa oferta". "El hecho de que el Gobierno brit¨¢nico lo rechazara demuestra que la sugerencia existi¨®", sostiene.
Unos d¨ªas despu¨¦s, The Times informaba de un comunicado del Ministerio de Exteriores espa?ol en el que dec¨ªa que entre 1940 y 1942 el Gobierno brit¨¢nico "no s¨®lo se ofreci¨® a negociar con el Gobierno espa?ol la devoluci¨®n de Gibraltar al acabar la guerra si Espa?a se manten¨ªa neutral, sino tambi¨¦n a satisfacer lo que Gran Breta?a llam¨® las justas reclamaciones de Espa?a en el norte de ?frica y el reconocimiento de Espa?a como gran potencia del Mediterr¨¢neo".
La nota de la diplomacia franquista cita como prueba de ello la ya referida nota de Churchill de 26 de junio de 1940; la conversaci¨®n entre el duque de Alba y el que luego ser¨ªa canciller del Exchequer y aspirante al liderazgo del Partido Conservador, Richard Austen Butler; una declaraci¨®n privada de lord Lloyd, ministro para las Colonias, que en septiembre de 1949 anim¨® a Espa?a "a ocupar el Marruecos franc¨¦s"; una "sesi¨®n secreta" de los Comunes, el 9 de octubre de 1940, en la que Churchill habr¨ªa dicho que "no hay problema que no tengamos la voluntad de examinar con el deseo de favorecer los intereses y el resurgimiento de Espa?a"; los compromisos adquiridos por Churchill en su almuerzo en la Embajada espa?ola en Londres en octubre de 1941 para "ayudar a Espa?a como sea", y una nueva declaraci¨®n de Churchill en la Embajada espa?ola en noviembre de 1942.
El dossier secreto aireado hoy por los Archivos Nacionales brit¨¢nicos contiene diversos documentos en los que Londres rechaza las afirmaciones del Gobierno de Franco. Por ejemplo, una nota del vizconde Ruffside, antiguo speaker de la C¨¢mara de los Comunes, a Churchill en la que se ofrece a enviar una carta a The Times "si eso ayuda en algo" para desmentir a Franco, y la respuesta del primer ministro aprobando esa iniciativa.
Tambi¨¦n figura una nota de dos folios, firmada con las iniciales E. R., que profundiza en los argumentos que el Foreign Office dio a Churchill un a?o antes. En esta ocasi¨®n se detalla que, en la reuni¨®n del 2 de octubre de 1940, el gabinete de guerra rechaz¨® una propuesta del secretario del Foreign Office, que en aquel tiempo a¨²n era lord Halifax, para que el embajador Hoare repitiera en p¨²blico las garant¨ªas que hab¨ªa transmitido en privado al coronel Beigbeder, ministro de Exteriores de Franco, sobre la disposici¨®n brit¨¢nica a hablar de todo cuando acabara la guerra, aunque sin mencionar la cuesti¨®n de Gibraltar.
En una muestra del inter¨¦s de Churchill por mantener con Franco una posici¨®n lo bastante cercana, el gabinete de guerra acab¨® aprobando el 7 de octubre una declaraci¨®n p¨²blica que realizar¨ªa el embajador Hoare, que dec¨ªa as¨ª: "El Gobierno de Su Majestad est¨¢ ansioso por asegurar a Espa?a su justo lugar en Europa como una de las potencias mediterr¨¢neas, y es en ese esp¨ªritu -y en la creencia de que todas las cuestiones relevantes pueden ser arregladas de manera amistosa entre los dos pa¨ªses- que el Gobierno de Su Majestad puede abordar cualquier discusi¨®n que pueda parecer conveniente tras la conclusi¨®n de las hostilidades". El texto entre guiones corresponde a una adenda incluida a petici¨®n de Hoare.
Discurso en los Comunes
El 20 de mayo de 1954, Winston Churchill afirm¨® en los Comunes que "durante la ¨²ltima guerra no se hicieron promesas de ceder Gibraltar a Espa?a", y acept¨® que se publicara en el Hansard, el diario que da fe de los debates de la C¨¢mara, la minuta que escribi¨® el 26 de junio de 1940. El memorando del Foreign Office en esta segunda crisis destaca que la "sesi¨®n secreta" de los Comunes a la que alude la diplomacia franquista era un debate p¨²blico sobre pol¨ªtica exterior y que la cita de Churchill a la que se refiere el Gobierno de Franco "es maliciosa" porque el primer ministro no habla de abordar los problemas que tiene Espa?a, sino los problemas que pod¨ªa generar a Espa?a el bloqueo que manten¨ªa Gran Breta?a para evitar que Alemania utilizara los puertos espa?oles para avituallarse durante la guerra.
La nota del Foreign Office rechaza las acusaciones del Ministerio de Exteriores espa?ol: "Los argumentos del Gobierno espa?ol se basan en evidencias d¨¦biles. Ninguna de ellas demuestra que el Gobierno de Su Majestad se comprometiera a negociar sobre el futuro de Gibraltar y a¨²n menos que se planteara la cesi¨®n del Pe?¨®n".
Pero, a pesar de esa firmeza, el Foreign Office concluye que m¨¢s vale no entrar en pol¨¦micas con Espa?a. "El comunicado es un documento d¨¦bil que no convence, y por eso la prensa ha mostrado tan poco inter¨¦s", escribe Andreas S. Stark en una carta con el sello del Foreign Office y el encabezado "confidencial" que el 31 de mayo de 1954 envi¨® a sir John Colville, amigo y bi¨®grafo de Winston Churchill y su principal secretario privado. "No creemos que haya ninguna ventaja en dar una respuesta oficial, ni en forma de declaraci¨®n del Foreign Office, ni en forma de pregunta parlamentaria", concluye el diplom¨¢tico. Churchill sigui¨® su consejo y la crisis con Franco a cuenta de Gibraltar qued¨® enterrada hasta ayer.
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