Los presupuestos, una ocasi¨®n perdida

CC OO-PV considera importante valorar las tendencias de fondo de las pol¨ªticas presupuestarias reflejadas en la Ley de Presupuestos para el 2005. El Consell de la Generalitat ha previsto un gasto total de 12.232 millones de euros, incluyendo el gasto de la Administraci¨®n de la Generalitat Valenciana, la de las entidades aut¨®nomas y la de las empresas p¨²blicas. Es decir, un aumento de 920 millones. S¨®lo la Administraci¨®n aumenta un 9,7%, (10.552 millones de euros). Estamos hablando de un presupuesto importante, aunque se trate de una previsi¨®n de gasto. ?De d¨®nde se obtendr¨¢ esta financiaci¨®n adicional? ?En qu¨¦ actuaciones se concentra el esfuerzo presupuestario? Y, ?c¨®mo se gestionar¨¢ este gasto? Son las tres preguntas pertinentes para definir con claridad las prioridades y los objetivos que inspiran esta Ley de Presupuestos.

Los recursos adicionales provienen en m¨¢s de un 50% de un endeudamiento mayor. La Generalitat Valenciana multiplica por cinco lo previsto inicialmente en el a?o 2004. Ahora bien, esta expansi¨®n de la deuda no es nueva, ni tan s¨®lo responde al endeudamiento real. Desde 1996 hasta 2003 la deuda presupuestada, sin incluir la de algunas empresas p¨²blicas, ha sido de 1.242 millones de euros. No obstante, la real alcanz¨® los 4.300. Nos hemos convertido en la comunidad aut¨®noma con mayor crecimiento de la deuda, lo que ha motivado un programa de ajuste hasta el 2008, aprobado por el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera el pasado d¨ªa 23.

?C¨®mo se llega a este punto? El aumento imparable de la deuda ha sido posible por una expansi¨®n de la deuda desorbitada, consecuencia entre otras razones, del impulso dado a grandes proyectos de inversi¨®n en la industria del entretenimiento y del ocio (Terra M¨ªtica, CACSA, Circuito V. Motor, RTVV, Ciudad de la Luz...). La ampliaci¨®n del patrimonio de algunas de estas empresas ha provocado tambi¨¦n no pocas tensiones financieras. Ahora bien, el tratamiento presupuestario de la deuda, tambi¨¦n se ha conseguido realizando unas previsiones de ingresos corrientes y de capital ficticios. As¨ª se han ido acumulando unos te¨®ricos derechos de cobro absolutamente irrealizables, que escond¨ªan a?o tras a?os un alt¨ªsimo d¨¦ficit presupuestario. Eso, y una estrategia de reconvertir deuda a corto plazo en deuda a largo plazo refinanci¨¢ndola, ha generado una hipoteca futura importante.

La argumentaci¨®n del Consell respecto al gasto sanitario, explica reiterativamente el d¨¦ficit por un mal c¨¢lculo de la poblaci¨®n a atender, pero eso, dicho as¨ª, no es cierto. Y ser¨ªa malo un plan de saneamiento que propusiese soluciones, antes de definir bien los problemas y las din¨¢micas que los generan. Urge, no obstante, aclarar los resultados para el erario p¨²blico de los modelos nuevos de gesti¨®n sanitaria o de inversi¨®n educativa, faltados de una evaluaci¨®n seria desde el punto de vista del gasto y de la eficiencia social. S¨®lo con transparencia y cuentas claras, mediante un an¨¢lisis de los resultados obtenidos, contrast¨¢ndolos con las excelencias esperadas, tendr¨ªa fundamento continuar sustentando la ejemplaridad de estos modelos nuevos de provisi¨®n de servicios p¨²blicos; porque contin¨²an siendo p¨²blicos, independientemente de c¨®mo se provean.

En cuanto al esfuerzo presupuestario de 2005, es decir, donde se pretenden aplicar los mayores aumentos, el Gobierno concentra el 80% del aumento del presupuesto en el gasto corriente de pocos programas: gasto farmac¨¦utico, externalizaci¨®n de actuaciones sanitarias, conciertos educativos, ayuda a empresas en la secci¨®n opaca de gastos diversos, servicio de la deuda, dotaciones para las universidades...No aparecen como destinatarias de mayores recursos las inversiones p¨²blicas, que se reducen por primera vez, especialmente las de sanidad, y que ser¨¢n las m¨¢s afectadas por el plan de saneamiento. Tampoco aumenta el gasto para becas educativas, ni pol¨ªticas industriales, medioambientales o de empleo. Aunque los sindicatos hemos pedido una atenci¨®n especial a las dificultades de los sectores manufactureros, las tasas de temporalidad en la contrataci¨®n y una tasa de desempleo que vuelve a situarse por encima de la media estatal, el Consell no ha priorizado estas demandas. Tampoco ha incrementado el gasto para paliar el deterioro del entorno (calidad de las aguas, gesti¨®n de residuos, protocolo de actuaci¨®n en costas...) ni para dar respuesta a las nuevas demandas sociales, que facilitar¨ªan el crecimiento de la actividad de las mujeres y una igualdad mayor.

La gesti¨®n del gasto se ha caracterizado, en los ¨²ltimos ejercicios, por trasladar las presiones financieras, fruto del endeudamiento alto, a otras posteriores. Tambi¨¦n por la ejecuci¨®n baja de las inversiones y, sobre todo, por una discrecionalidad grande cuando se autoriza el endeudamiento de empresas y organismos o se somete cada presupuesto a modificaciones constantes. En el a?o 2005, adem¨¢s de la disminuci¨®n de las inversiones directas -a las que est¨¢bamos acostumbrados y que afectaban sobre todo las infraestructuras sanitarias o educativas-, veremos la ejecuci¨®n baja de gastos corrientes, y el traslado de su pago a ejercicios posteriores. La repercusi¨®n en proveedores y el deterioro de las condiciones laborales y de provisi¨®n de servicios es evidente.

Consideramos, adem¨¢s, algunos gastos minorados de manera artificial en el presupuesto inicial de cada a?o. De hecho, el de 2005 s¨®lo crece un 3,6% si lo comparamos con el definitivo existente en septiembre de 2004, e incluso disminuye en algunas partidas, lo que nos indicar¨ªa el grado de ficci¨®n presupuestaria. A nuestro entender, el Presupuesto para 2005 representa una ocasi¨®n perdida para reorientar con realismo las pol¨ªticas y sus costes, atendiendo las necesidades sociales. Es irresponsable continuar manteniendo objetivos que nos han endeudado y han hipotecado nuestro futuro con cargas a las que se tendr¨¢ que hacer frente, en detrimento de infraestructuras sociales y de desarrollo econ¨®mico. No es razonable actuar como nuevos ricos, si no lo somos. Los presupuestos son un instrumento para la defensa del inter¨¦s p¨²blico. ?O ya no?

El plan de saneamiento llega tarde, no analiza las din¨¢micas que ha generado el d¨¦ficit y propone soluciones en contra de la equidad. La pol¨ªtica de rebajas fiscales, especialmente algunas, como las que contempla la Ley de Acompa?amiento de Presupuestos de 2005, no son congruentes con la decisi¨®n de aumentar la imposici¨®n indirecta; el c¨¦ntimo de los carburantes, por ejemplo. As¨ª ser¨¢ dif¨ªcil asentar compromisos y corresponsabilidades de futuro.

Cuando el horizonte se limita a los cuatro a?os que dura una legislatura, es muy dif¨ªcil acometer cambios que impliquen tomar la iniciativa. Por eso, los sindicatos piden otras actitudes en la interlocuci¨®n social. La que est¨¢ siendo posible en otras comunidades aut¨®nomas.

Joan Sifre Mart¨ªnez es secretario general de CC OO-PV.