La Audiencia inicia el 24 de enero el juicio contra el presunto inductor del asesinato de Sandra Palo
La Audiencia Provincial de Madrid juzgar¨¢ a partir del 24 de enero a Javier A. L., presunto inductor del secuestro, violaci¨®n y asesinato de Sandra Palo, para quien el fiscal pide 69 a?os por la desaparici¨®n de la joven vecina de Getafe, de 22 a?os de edad, cuyo cad¨¢ver apareci¨® carbonizado en mayo de 2003 en un descampado de la carretera de Toledo.
A trav¨¦s de una providencia notificada ayer a las partes, la Secci¨®n Tercera de la Audiencia madrile?a, indica que el juicio contra el ¨²nico mayor de edad imputado por el crimen comenzar¨¢ el 24 de enero de 2005. Javier A. L. fue acusado por los tres menores de edad condenados por la muerte de Sandra Palo de ser el inductor de su rapto, de su brutal agresi¨®n y de su asesinato. Los tres chicos son R. G. J., alias El Pumuki, que ten¨ªa 14 a?os cuando ocurrieron los hechos; J. R. M. M. y R. S. G., apodados El Ramonc¨ªn y El Ram¨®n, respectivamente, ambos de 17 a?os cuando mataron a Sandra Palo.
?stos fueron condenados en octubre de 2003, por la titular del Juzgado de Menores n¨²mero 5, a penas que oscilan entre cuatro y ocho a?os de internamiento en un centro especial de r¨¦gimen cerrado, y entre tres y cinco a?os de libertad vigilada.
El fiscal sostiene que Javier particip¨® en el crimen en compa?¨ªa de los tres menores. Los hechos ocurrieron en la madrugada del 17 de mayo de 2003, cuando Sandra esperaba en la plaza El¨ªptica un autob¨²s que la llevara hasta su casa, en Getafe. Mientras aguardaba en la parada junto a un amigo, un coche, en el que iban los tres condenados y el acusado, se par¨® frente a ellos. Tras introducir a los dos chicos en el veh¨ªculo, Javier, El Pumuki, El Ramonc¨ªn y El Ram¨®n dejaron al amigo de Sandra en la glorieta de Santa Mar¨ªa de la Cabeza y se llevaron a la joven hasta un descampado. All¨ª la violaron y pasaron por encima de ella con el coche en varias ocasiones. Tras ello, el acusado y sus acompa?antes se fueron a una gasolinera a comprar combustible y al regresar rociaron a Sandra, que yac¨ªa en el suelo inconsciente, y le prendieron fuego.
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