La gran jugada de Ibarretxe
Ya lo dijo el prestigioso qu¨ªmico Niels Bohr: "La predicci¨®n es muy dif¨ªcil, especialmente la del futuro". Desde luego, planeaba el temor, al menos entre quienes no hacen suyo el plan de Ibarretxe, de que Batasuna votara a favor del mismo. La situaci¨®n era demasiado golosa. No s¨®lo Batasuna tendr¨ªa la llave del plan y, por consiguiente, de todo el proceso, sino que abrir¨ªa de par en par y sin melindres la confrontaci¨®n con el Estado de Derecho.
Lo de los melindres viene a cuento de que Ibarretxe podr¨ªa haberlos tenido entre el hipot¨¦tico rechazo del plan en el Parlamento vasco y las elecciones auton¨®micas, lo que le habr¨ªa llevado a redondear posiblemente algunos ¨¢ngulos para conseguir la mayor¨ªa absoluta, pero sobre todo a controlar el proceso y los tiempos. Ahora ya no le queda m¨¢s que enfrentarse al Estado y desde las riendas de Batasuna. El PNV ha hecho tantas caranto?as a los ilegales que al fin ha logrado lo que no quer¨ªa, que Batasuna tenga la sart¨¦n por el mango. Pero, ?no ocurri¨® lo mismo en Lizarra? Hay que quitarse el sombrero ante Salom¨®n Otegi que, lo mismo divide en dos los votos de sus parlamentarios, que separa pre¨¢mbulo del plan y articulado o se agarra a la posibilidad de que se convoque un refer¨¦ndum import¨¢ndole un bledo el propio plan. Y todo para convencer a ETA de que por ah¨ª van los tiros, habida cuenta de que s¨®lo ETA parec¨ªa impedir que Batasuna votara a favor del plan. Y ETA, como en Lizarra, ha refrendado la estrategia de su ?secuaz?
El PNV ha hecho tantas caranto?as a los ilegales que al fin ha logrado lo que no quer¨ªa
Tendr¨¢n que resituarse muchos indiferentes o insensatos que pensaban que no iba a pasar nada con el 'plan Ibarretxe'
Nada m¨¢s pat¨¦tico y m¨¢s tonto que la actuaci¨®n de Otegi exhibiendo la carta de Ternera autoriz¨¢ndole a dar el s¨ª a Ibarretxe (ten¨ªa que convencer a sus bases). Pat¨¦tico porque demuestra que no tiene voluntad independiente, y tonto porque lo pregona a los cuatro vientos. Ah¨ª est¨¢, por si quedaba alguna duda, la prueba de que Batasuna no mueve un dedo sin el permiso de su amo. Y ah¨ª empiezan los problemas para el PNV, que tiene que admitir no s¨®lo que ha sacado la cosa adelante con los votos de ETA, y eso sin otra ausencia de violencia que la ausencia -provisional- de asesinatos, sino que le debe un favor a ETA. Y Batasuna se lo va a cobrar donde m¨¢s le duele al PNV, en los votos.
No es seguro que hubiese un pacto previo entre PNV y Batasuna, pero ahora s¨ª lo hay. Batasuna se va a cobrar la deuda exigiendo al PNV que haga todo lo posible para que le legalicen a fin de presentarse a las elecciones y no seguir en un ostracismo del que no sacan un duro institucional y ni un voto, aspectos ambos que le condenan a la desaparici¨®n. Pero, claro, para Batasuna, presentarse significa recuperar los votos que el PNV le tom¨® en pr¨¦stamo, con lo que se desvanecer¨ªa el sue?o del lehendakari de obtener la mayor¨ªa absoluta, repiti¨¦ndose la situaci¨®n actual de depender de su inc¨®modo socio, am¨¦n de tener que gratificarle con alguna consejer¨ªa, tal vez una de v¨ªctimas.
Cierto, la legalizaci¨®n de Batasuna no depende s¨®lo del PNV, pero hay muchos enredadores pidi¨¦ndola. De todas formas, si Batasuna considera que el PNV hace poco para ayudarle, podr¨ªa dar la consigna de que no se vote a la formaci¨®n nacionalista, con lo que el PNV tambi¨¦n pierde. Todo ello sin olvidar que el PNV tendr¨¢ que asistir al desfleque de su sector m¨¢s moderado, que no va a ver con buenos ojos que su partido se eche al monte. En resumidas cuentas, no parece que la jugada le haya salido demasiado bien al PNV. Lo que no quita para que nos esperen unos d¨ªas de amargos enfrentamientos y de posible quiebra de la sociedad. Muchos indiferentes o insensatos que pensaban que con el plan Ibarretxe no iba a pasar nada tendr¨¢n que resituarse. Las cifras cantan: el 60% de los vascos no sabe qu¨¦ es el plan Ibarretxe (al nacionalismo nunca le ha importado que lo sepa, sino que act¨²e participando en un refer¨¦ndum, el que sea) pero el 66% -y eso incluye a muchos nacionalistas- est¨¢ de acuerdo con el actual Estatuto de Gernika. ?Se har¨¢ algo para defenderlo?
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