?'Tsunami' en Sevilla?
Seg¨²n los datos que tiene uno a mano -en Internet hay numerosos sitios que informan al respecto-, es probable que se trate del texto literario m¨¢s viejo del mundo. La epopeya de Gilgamesh, que nos llega casi milagrosamente de la Sumeria Antigua, narra las vicisitudes, unos 2.600 a?os antes de la era cristiana, de Gilgamesh, rey de Uruk (del cual toma su nombre el actual y tan atribulado Irak). Tal vez lo m¨¢s llamativo de la historia -redactada, en escritura cuneiforme, sobre doce placas de cer¨¢mica- es la descripci¨®n de la inundaci¨®n decretada por los dioses de aquel pa¨ªs contra los seres humanos a quienes s¨®lo acaban de crear. ?nicamente se libran del genocidio el rey Utanapishtim y su mujer, gracias a la ayuda de una divinidad compasiva que avisa al monarca de la tragedia que se aproxima y le recomienda la urgente construcci¨®n de un barco para ponerse a salvo. Esta versi¨®n del Diluvio -contada a Gilgamesh por el propio Utanapishtim- concuerda en otros muchos puntos con la narrada m¨¢s tarde en G¨¦nesis (por ejemplo, al engancharse el fondo del arca en la cumbre en una alta monta?a todav¨ªa cubierta por el mar, el rey -como luego har¨¢ No¨¦- suelta una paloma, que no tarda en volver, luego una golondrina, que tampoco, y finalmente un cuervo, que, habiendo comprobado que las aguas empiezan a retroceder, no regresa). Es emocionante constatar que un relato que a muchos nos llen¨® de pavor cuando ni?os -?c¨®mo pod¨ªa Dios comportarse de manera tan cruel con aquella gente, sepultando bajo las aguas a hombres, mujeres, ni?os, animales, insectos?- tiene un origen que se remonta a casi cinco milenios.
Viendo las im¨¢genes de la desolaci¨®n llevada a las costas asi¨¢ticas por el tsunami, m¨¢s de uno se habr¨¢ preguntado qu¨¦ pasar¨ªa si se produjera un fen¨®meno parecido en el litoral mediterr¨¢neo andaluz, en M¨¢laga o Almer¨ªa o el Bajo Guadalquivir, casi a nivel de mar hasta Sevilla y m¨¢s arriba. Los especialistas nos dir¨¢n, tal vez, que, pese a ser zona s¨ªsmica, no se da aqu¨ª la menor posibilidad de un maremoto de semejantes dimensiones. Pero ?y si se juntasen en fatal abrazo unas circunstancias extraordinarias? De todas maneras all¨¢ por 1983 el pintor Amalio Garc¨ªa del Moral plasm¨® en una acuarela escalofriante -publicada en el hermoso libro La Giralda. 800 a?os de Historia, de Arte y de Leyenda- una imagen nunca vista de la turris fortissisima con el agua casi hasta el cuello. Imagen inspirada en las descripciones de quienes presenciaron las lluvias torrenciales que cayeron en 1626, cuando el r¨ªo se sali¨® de madre e inund¨® las calles en una medianoche oscura de enero, ahogando a mucha gente. Todo ello, seg¨²n un testigo, "con tanta furia y haciendo tan grande estruendo y ruido que parec¨ªa que era el Diluvio general y que era el fin del mundo". En la acuarela de Garc¨ªa del Moral no se aprecia ejemplar alguno de los halcones primilla que, por lo menos desde el siglo XIX, anidan en la Giralda y cuyas acrobacias vertiginosas son uno de los espect¨¢culos m¨¢s gratos de Sevilla. Si alg¨²n d¨ªa sube desde Sanl¨²car un tsunami descomunal, ser¨¢n acaso de los pocos supervivientes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.