Debates est¨¦riles
En julio de este a?o se cumplir¨¢n los veinticinco a?os de la promulgaci¨®n y entrada en vigor del Estatuto de Autonom¨ªa de la Comunidad Valenciana, y dicho aniversario nos va a pillar a los valencianos, como no pod¨ªa ser de otra forma, si no me equivoco mucho, en pleno debate sobre su conveniente reforma. No estoy muy convencido sobre si dicha cuesti¨®n preocupa en exceso a los ciudadanos pero de dicho asunto han hecho bandera los l¨ªderes de los dos partidos mayoritarios de nuestra Comunidad, aunque creo firmemente que los motivos que mueven al PP y al PSPV-PSOE son radicalmente opuestos. Da la impresi¨®n para el observador distante que todo comienza y acaba en una competici¨®n cuyo fin ¨²ltimo reside en intentar demostrar a los dem¨¢s el mayor ¨ªndice de valencianismo del que gozan los ya citados partidos, ya que las propuestas que unos y otros lanzan como meros globos sonda en poco o nada afectan al diario cotidiano y com¨²n de la mayor¨ªa social de los potenciales afectados.
No es casualidad que el inicio del debate medi¨¢tico sobre la tan manida reforma estatutaria coincida con el conflictivo asunto que los populares valencianos, en una muestra inequ¨ªvoca de irresponsabilidad pol¨ªtica e institucional han puesto sobre la mesa del debate pol¨ªtico, social y period¨ªstico. La derecha valenciana en un alarde de irresponsabilidad nos ha intentado trasladar sin la menor reserva al t¨²nel del tiempo, ya que a falta de otros argumentos m¨ªnimamente asumibles intenta de nuevo enfrentar a los valencianos en un conflicto de s¨ªmbolos, denominaciones y banderas que s¨®lo conduce a la irracionalidad y a la m¨¢s absoluta esterilidad. Llevamos los sufridos vecinos de este territorio padeciendo un desgobierno radical desde que se produjo por voluntad mayoritaria de los espa?oles que el designado sucesor Sr. Rajoy no presidiese el Gobierno de Espa?a. Ante dicho pronunciamiento los gobernantes populares valencianos han destilado enormes dosis de irresponsabilidad, ya que haciendo caso omiso de sus obligaciones y responsabilidades desde el gobierno de la Generalitat, se ha volcado en sus pleitos y guerras internas haciendo dejaci¨®n de sus responsabilidades gubernamentales, con el agravante nada fr¨ªvolo de intentar resolver sus problemas dom¨¦sticos tirando a destajo del presupuesto p¨²blico valenciano que como es bien sabido y conocido no se encuentra justamente en sus mejores momentos, y ello gracias a una pol¨ªtica de despilfarro que en ning¨²n caso ha servido para invertir en sectores claves e innovadores de nuestra sociedad, ha primado el favorecer el pelotazo ladrillero frente a otras alternativas m¨¢s consistentes pero menos rentables a cort¨ªsimo plazo, ya que el gobierno de coalici¨®n existente entre especuladores y el Partido Popular ha funcionado como una m¨¢quina de precisi¨®n en los ¨²ltimos a?os.
Nunca en la historia reciente, personajes tan supuestamente liberales han resultado m¨¢s intervencionistas, ya que la mayor¨ªa de sus acciones de gobierno se han basado en utilizar de forma interesada y sectaria los recursos p¨²blicos en beneficio de unos pocos, y ello no responde a una mera opini¨®n, sino que dicha circunstancia est¨¢ debidamente contrastada y publicada por numerosas fuentes dignas de toda solvencia. Dicen que todo pueblo o colectivo se merece el gobierno que padece leg¨ªtimamente elegido en las urnas, pero seguramente el caso que nos ocupa debe corresponder a la excepci¨®n que confirma la regla, porque no resulta nada f¨¢cil encontrar situaciones similares, ya que la irresponsabilidad del Partido Popular en la Comunidad Valenciana raya con lo imposible de imaginar, sirva como mero ejemplo el hecho de permitirnos el lujo nada sencillo de disfrutar de un miembro del Gobierno que llega a confundir el saludable deporte del golf con la actividad agr¨ªcola, hay que echarle ganas e imaginaci¨®n al asunto. Pero todo vale cuando el barco navega sin capit¨¢n y sin rumbo.
Hasta resulta posible ver en alg¨²n medio de comunicaci¨®n a alg¨²n avispado Conseller sin Cartera acudir al tajo en bicicleta, debe ser por ahorrar en combustible.
La impunidad o la conciencia de saberse poco o nada fiscalizado conduce sin ning¨²n tipo de dudas al desastre absoluto a medio o largo plazo, pero cuando se dispone de la imprenta del DOGV, de la caja de los ciudadanos y de alguna que otra entidad financiera, todo parece m¨¢s f¨¢cil a pesar de la presunta oposici¨®n, que como dijo alguien hace a?os ni est¨¢ ni se le espera. Estas opiniones no pretenden en cualquier caso constituir una soflama contra el partido gobernante, pero s¨ª y sin ning¨²n reparo llamar la atenci¨®n de quien se supone nos deber¨ªa gobernar, y sin embargo se dedica desde hace muchos meses a librar batallas internas en funci¨®n de una sucesi¨®n que se sali¨® del gui¨®n establecido. Llegando incluso a la insensatez de resucitar viejas cuestiones que s¨®lo conducen al enfrentamiento civil de los valencianos y a engordar personajes que s¨®lo pretenden sacar tajada personal de tan desgraciada situaci¨®n.
El Partido Popular est¨¢ inmerso en su traves¨ªa del desierto particular, aunque sea pasando por la calle G¨¦nova en la capital del reino, pero de dicha circunstancia, consecuencia directa de su derrota electoral en las ¨²ltimas elecciones no deber¨ªamos ser paganos los valencianos.
As¨ª que cabe emplazarlos sin rubor alguno a exigirles que dejen de discutir sobre la herencia yacente del prodigo y dilapidador Zaplana y se pongan a gobernar en serio.
El Presidente Camps y sus voceros llevan tiempo dedic¨¢ndose a la pr¨¢ctica permanente del victimismo territorial frente al gobierno socialista de Zapatero, pero han sido incapaces en este tiempo de apuntar aunque sea de lejos el m¨ªnimo proyecto de presente y futuro de nuestra Comunidad, en conclusi¨®n carecen de ideas y proyecto.
Pero a pesar de todo lo dicho hay que reconocer que tienen suerte, ya que aunque a nadie le importe mucho el asunto, el Partido Socialista pone sobre la mesa la reforma estatutaria, tema que a buen seguro resulta balad¨ª para la mayor¨ªa de los valencianos pero dota de discurso a los pol¨ªticos profesionales y a los medios de comunicaci¨®n diarios.
No parece en mi opini¨®n razonable, iniciar un debate de reforma estatutaria, cuando nos encontramos ante una presunta reforma constitucional, cuando adem¨¢s no est¨¢ definida ni de lejos la cuesti¨®n esencial de la financiaci¨®n auton¨®mica ni tampoco la funci¨®n y papel a desarrollar en el futuro por las Corporaciones Locales en el Estado Auton¨®mico y a mayor abundamiento dejando de lado de forma consciente el espinoso tema de la provincia. Ante tantas inc¨®gnitas por despejar, me permito cuestionar si la decisi¨®n de poner en primera l¨ªnea del debate pol¨ªtico valenciano la reforma del Estatuto de Autonom¨ªa es lo m¨¢s conveniente y responsable en estos momentos, cuando son tantos y tan graves los problemas no resueltos que nos acechan.
Francisco A. Serrano Mart¨ªn es abogado.
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