El silencio de Kirchner
Resulta ins¨®lito, y reflejo de un preocupante alejamiento del sentir ciudadano, el largo silencio del presidente de Argentina ante la tragedia de la discoteca en la que han perdido la vida m¨¢s de 180 j¨®venes. N¨¦stor Kirchner no s¨®lo no interrumpi¨® sus vacaciones en Santa Cruz, provincia de la Patagonia de la que fue gobernador, que hab¨ªa iniciado ese mismo d¨ªa, v¨ªspera de Nochevieja, horas antes del desastre, sino que tampoco se dirigi¨® a la naci¨®n para compartir el dolor de todos.
Kirchner no es responsable de lo ocurrido, que es competencia municipal. Pero la asunci¨®n de responsabilidades pol¨ªticas se ha demorado en exceso. El ¨²nico que ha actuado con dignidad y celeridad ha sido Juan Carlos L¨®pez, secretario de Justicia y Seguridad Urbana de la capital, al ser el primero en dimitir. Ayer le sigui¨® la secretaria de Control Comunal, Fabiana Fiszbin, de la que depend¨ªan los inspectores que deb¨ªan haber impedido el concierto en un local que no reun¨ªa las condiciones exigibles. Mientras, el alcalde porte?o, An¨ªbal Ibarra, echa balones fuera al hablar de responsabilidades compartidas entre el due?o de la discoteca, que sin duda las tiene, y los bomberos que pasaron por alto las deficiencias en los sistemas de seguridad de la discoteca.
Las causas se han acumulado: un concierto en un local hipercongestionado con 6.000 personas, unas bengalas prendidas de forma irresponsable, una insonorizaci¨®n inflamable, las salidas de emergencia cerradas con candados y hasta una guarder¨ªa improvisada en el local. La decisi¨®n del alcalde de cerrar durante 15 d¨ªas todos estos locales en Buenos Aires y s¨®lo reabrir los que se hagan acreedores del permiso t¨¦cnico es una prueba de que los propios responsables de la ciudad consideran que las medidas de precauci¨®n en el sector eran insuficientes. La muerte masiva de tantos j¨®venes que formaban parte del futuro del pa¨ªs era evitable. Y una vez m¨¢s los pol¨ªticos no han estado a la altura de la dimensi¨®n de la cat¨¢strofe.
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