La publicidad del tabaco y los adolescentes
El tabaco es en nuestro pa¨ªs la primera causa aislada de enfermedad evitable, invalidez y muerte prematura, muy por delante de cualquier otra causa como los accidentes de tr¨¢fico, los accidentes laborales o el sida. Y esto es as¨ª no solamente en n¨²mero de vidas sino en a?os de vida perdidos. Y a pesar de que la mayor¨ªa de los espa?oles sabemos que el tabaquismo es muy da?ino, la situaci¨®n se mantiene debido, principalmente, a dos factores. En primer lugar porque unas pocas empresas realizan grandes inversiones econ¨®micas cada a?o -en forma de publicidad y patrocinio- para mantener su negocio. En segundo lugar, debido a la naturaleza adictiva de la nicotina que, una vez iniciado el consumo, hace enormemente dif¨ªcil dejar de fumar a la mayor¨ªa de personas que desean abandonarlo.
Habr¨ªa que prohibir toda publicidad directa e indirecta del tabaco y sus marcas
A pesar de todo, alrededor de 480 personas dejan de fumar cada d¨ªa en nuestro pa¨ªs: unas al fallecer debido al tabaquismo; otras por que consiguen dejar de fumar preocupadas por sus efectos futuros. Para mantener su negocio, la industria tabaquera necesita reclutar cada d¨ªa como m¨ªnimo un volumen equivalente de nuevos fumadores. Apenas hay adultos que empiecen hoy a fumar: las encuestas se?alan que son los menores de edad, de entre 13 a 17 a?os, los que lo hacen, de forma muy irracional, identificando la experimentaci¨®n con el tabaco con el hacerse mayores. La publicidad directa de tabaco y las estrategias de promoci¨®n refuerzan este proceso, al presentar el fumar como algo normal entre los adultos, y vincular as¨ª el tabaco a los valores juveniles. Y, a pesar de las crecientes restricciones legales, las inversiones en publicidad directa aumentaron en Espa?a un 108,8% entre 1995 y 2000. Se trata de inversiones millonarias, cruciales para mantener un negocio a costa de la salud de nuestros hijos. La industria tabacalera concentra sus esfuerzos publicitarios en los menores porque sabe que multiplica por tres la posibilidad de que un adolescente se haga adicto a la nicotina y porque, adem¨¢s, ha constatado que iniciar a un adolescente en el consumo es asegurar -casi con toda certeza- un cliente durante el resto de su vida. Por ello, la promoci¨®n del tabaco se centra en el deseo de la adolescencia de sortear prohibiciones, planteando falsas asociaciones entre el uso del tabaco y el ¨¦xito en las relaciones sexuales, el atractivo personal, el glamour, el nihilismo o la rebeli¨®n. Por ello tambi¨¦n, las estrategias de promoci¨®n se asocian adem¨¢s a los deportes de aventura y competici¨®n.
Hace falta regular los productos de tabaco, su comercio, su promoci¨®n y su consumo, en defensa de bienes p¨²blicos como la salud de la poblaci¨®n y la protecci¨®n de la infancia y la juventud. No se puede continuar manteniendo que cualquier producto de venta legal puede ser publicitable. ?Acaso tolerar¨ªamos ver publicidad en vallas y mobiliario urbano de armas de fuego, productos qu¨ªmicos peligrosos o medicamentos que s¨®lo pueden usarse con receta m¨¦dica?
En pa¨ªses como Francia, Portugal, Suecia, Noruega, Finlandia, Nueva Zelanda y Australia, la prohibici¨®n completa de la publicidad del tabaco y sus marcas ha ido seguida de una disminuci¨®n del consumo de ¨¦ste entre los adolescentes. Esto reafirma la gran eficacia de la regulaci¨®n de la publicidad para liberar las actitudes, creencias y conductas de los j¨®venes de su presi¨®n.
Las restricciones referidas a los contenidos de los anuncios de tabaco en Espa?a son hoy escasas e ineficaces. Tan s¨®lo se ha eliminado la publicidad de la televisi¨®n y las publicaciones infantiles. De las publicaciones m¨¢s le¨ªdas por la poblaci¨®n de 14 a 24 a?os de edad, la mayor¨ªa van dirigidas al conjunto de la poblaci¨®n (Muy Interesante, Canal +, Quo, Cosmopolitan, Hola...), y son precisamente las revistas en las que la industria del tabaco gasta m¨¢s dinero en Espa?a, como muestra un reciente estudio de la Uni¨®n Internacional Contra el C¨¢ncer. Algunas comunidades aut¨®nomas han prohibido la publicidad en vallas, pero la industria sortea esta regulaci¨®n con anuncios que son publicidad indirecta de las mismas marcas, o mediante el patrocinio de actividades deportivas o musicales (Equipo Fortuna, Estopa Ducados Tour, Gran Premio Marlboro...). Las radiof¨®rmulas, emisoras de m¨¢xima audiencia adolescente, emiten constantemente publicidad de tabaco. Los poderes p¨²blicos tienen el mandato constitucional de proteger la salud de la poblaci¨®n, y especialmente la de los menores (art¨ªculos 39-43-51 de la Constituci¨®n).
No se puede seguir dejando a los j¨®venes indefensos ante las campa?as millonarias de promoci¨®n del tabaco: tenemos una obligaci¨®n y una responsabilidad hacia ellos. Hay que actuar con una regulaci¨®n rigurosa y efectiva, similar a la de los pa¨ªses de nuestro entorno. Necesitamos una iniciativa legislativa para proteger a nuestros menores. Como en otros temas de prevenci¨®n del tabaquismo, estamos a la cola de Europa en esta tarea, por detr¨¢s de Italia, Grecia y Portugal. Este asunto afecta a la salud p¨²blica y a nuestros hijos, que son el futuro de nuestro pa¨ªs. Salta por encima de las barreras pol¨ªticas, y debe ser posible hacerlo por consenso social y pol¨ªtico. Por ello lo que habr¨ªa que hacer para proteger la salud de los adolescentes seria la prohibici¨®n de toda publicidad directa e indirecta del tabaco y sus marcas. En esta prohibici¨®n se debe incluir la distribuci¨®n gratuita de todo tipo de productos cuyo objetivo o efecto directo o indirecto sea la promoci¨®n de un producto de tabaco. Se debe prohibir el patrocinio de marcas de los productos de tabaco en cualquier evento. Estas restricciones han de cubrir todos los medios de comunicaci¨®n, incluidos anuncios en vallas y marquesinas. El Estado debe velar para que existan los medios adecuados y eficaces que garanticen su aplicaci¨®n, como lo est¨¢ haciendo cada vez de forma m¨¢s eficaz con los accidentes de tr¨¢fico o con otros graves problemas de salud p¨²blica.
Teresa Salvador Llivina es psic¨®loga y miembro del Comit¨¦ Nacional de Prevenci¨®n del Tabaquismo, una plataforma que agrupa a 39 asociaciones nacionales del ¨¢mbito de las Ciencias de la Salud.
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