Esperando el 'tsunami'
Las aguas se retiran y aqu¨ª estamos en la playa, tomando el sol y esperando la gran ola. Hemos empezado el a?o con una decisi¨®n del Parlamento vasco que me recuerda uno de esos artefactos tan del gusto de este siglo XXI, fr¨ªvolo y terrible. Tan ambiguo que se percibe, seg¨²n cada cual, como un proyecto de convivencia y de escisi¨®n; como un pacto y como un tr¨¢gala; como la expresi¨®n de la unidad de un pueblo y como la imposici¨®n de la mitad de los vascos sobre la otra mitad. Una suma de votos, en un caso ordenados por asesinos despiadados, y en otro entregados sin contraprestaci¨®n a los nacionalistas pac¨ªficos.
No es posible ni discernir ni sintetizar entre interpretaciones tan dispares. Lo ¨²nico seguro es que en muy pocos meses los acontecimientos nos dir¨¢n si estamos ante una declaraci¨®n unilateral de independencia o si todav¨ªa se trata de un remake del fallido Pacto de Lizarra, esta vez dirigido a que los partidos nacionalistas obtengan un mejor resultado en las pr¨®ximas elecciones al Parlamento vasco.
En esta situaci¨®n, me propongo cuidarme de las exageraciones verbales. Por ejemplo, no pienso mentar en vano el a?o 1936. Es verdad que, desde la v¨ªspera de fin de a?o, el voto de Batasuna al plan Ibarretxe ha instalado a nuestro sistema constitucional en una situaci¨®n pol¨ªtica l¨ªmite. Y como ha ocurrido contra el pron¨®stico manifestado minutos antes por el mism¨ªsimo lehendakari, cabe pensar que este plan, convertido en una proposici¨®n de ley es ahora un gran embrollo, hasta para sus propios mentores. Pero no hay un ej¨¦rcito golpista ni una Europa pre-nazi. As¨ª que mantengamos la cabeza fr¨ªa.
Conoc¨ª a muchos nacionalistas en mi juventud y hubo una ¨¦poca en que serlo me pareci¨® algo natural. Ahora no puedo entender ad¨®nde han llegado y ad¨®nde pretenden a¨²n llegar. Porque, jugando as¨ª con fuego, los que m¨¢s tienen que perder son ellos mismos. Aunque de esos juegos lo m¨¢s probable es que salgamos todos mal parados. Se dir¨ªa que unos adolescentes privilegiados, hartos de comodidades, se entretienen jugando a la ruleta rusa de puro aburrimiento, mientras tantos convecinos de planeta pasan del hambre al sida y de la guerra al tsunami. A?oran la aventura. Vivimos en plataformas continentales que flotan a la deriva y que cuando se rozan eso s¨ª que es un conflicto. Pero nuestro deporte es pasarnos el d¨ªa con la identidad arriba y abajo, creando fracturas que pueden ser irreversibles.
Espero que se apruebe la Constituci¨®n Europea antes de que cuaje nuestra particular conjura de necios. Y conf¨ªo en que esta Constituci¨®n, que ha recibido la aprobaci¨®n del partido fundado por Sabino Arana, act¨²e como muro de contenci¨®n para los maremotos contra la convivencia pol¨ªtica que pueda desencadenar la irresistible frivolidad de tantos sonrientes aprendices de brujo.
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