CEOE contra SMI
La decisi¨®n de la CEOE de suspender el acuerdo salarial con los sindicatos para 2005 constituye una afrenta directa al di¨¢logo social, y a los propios intereses de las empresas y los trabajadores. Pues el Acuerdo Interconfederal de Negociaci¨®n Colectiva, que se deb¨ªa abordar en la reuni¨®n del pr¨®ximo lunes con los sindicatos, que la organizaci¨®n patronal ha desconvocado, sirve de gu¨ªa b¨¢sica para la negociaci¨®n de convenios sectoriales y en cada empresa. Que la CEOE lo haga para desmarcarse de la decisi¨®n del Gobierno de admitir la cl¨¢usula de revisi¨®n del salario m¨ªnimo interprofesional (SMI) con un procedimiento equivalente al fijado para las pensiones, raya en la provocaci¨®n.
Es verdad que los ministerios implicados, Econom¨ªa y Trabajo, han mantenido una pugna respecto al SMI que ha tenido que dirimir el presidente del Gobierno, a?adiendo, sin embargo, que para su aplicaci¨®n "se tendr¨¢ en cuenta la situaci¨®n econ¨®mica del momento". No es sino el cumplimiento de su programa electoral, que promet¨ªa elevar el salario m¨ªnimo hasta situarlo en 600 euros al t¨¦rmino de la legislatura. El Gobierno asume as¨ª la recomendaci¨®n de la Carta Social Europea de que no quede por debajo del 60% del salario medio del pa¨ªs. A pesar de que ya en julio se elev¨® de 451 a 490,8 euros, sigue siendo el segundo m¨¢s bajo de los antiguos Quince, tras Portugal.
La CEOE debe entender que el hecho de que el SMI se ajuste a la inflaci¨®n no constituye una amenaza central a nuestra econom¨ªa. No tiene por qu¨¦ transmitirse ese criterio al conjunto de las negociaciones salariales. Adem¨¢s, el comportamiento de los salarios en los ¨²ltimos a?os, y m¨¢s concretamente en 2004, ha sido moderado, con crecimientos inferiores al de la inflaci¨®n.
Tampoco es f¨¢cil que un SMI que est¨¢ muy por debajo del salario medio limite de forma significativa la demanda de empleo. Que el paro registrado haya bajado en 41.000 personas (un 2,4%) el a?o pasado -primer descenso desde 2000- es un buen resultado. Ahora bien, no debe esconder las deficiencias estructurales de las empresas y la econom¨ªa en Espa?a. Por eso resulta m¨¢s que rid¨ªculo que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en un brote de infundado triunfalismo, rompiera los usos establecidos y se anticipara en 24 horas a la publicaci¨®n oficial de los datos por el Ministerio de Trabajo.
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