La reina espa?ola de los estilos

Hay noches que Aina Conca no tiene ni ganas de cenar. Sale tan agotada de la piscina de la Residencia Blume, el centro de alto rendimiento de Madrid, que se mete directa en la cama, derrotada, exhausta despu¨¦s de una jornada de entrenamiento brutal, entre 13.000 y 14.000 metros divididos en dos sesiones. Eso, un d¨ªa tras otro; casi todos los d¨ªas del a?o. Actual campeona de Espa?a de 400 estilos, t¨ªtulo que consigui¨® el pasado diciembre en Valencia, Aina (Sueca, 1987), lleva tres a?os en la Blume, una residencia para deportistas de ¨¦lite, conviviendo con otros nadadores, atletas, halteras y gimnastas.

Lejos de su casa, sometida al r¨¦gimen de entrenamientos espartanos que sigue todo nadador, Aina se ha convertido en una de las grandes promesas de la nataci¨®n espa?ola. Sobre todo porque su margen de mejora es grande, seg¨²n la progresi¨®n que ha experimentado en los ¨²ltimos meses y las expectativas levantadas desde que la entrena Paul Wildeboer, uno de los mejores t¨¦cnicos que existen en Espa?a, el mismo que dirige a Olaf y Aschwin Wildeboer, sus hijos; David Ortega, Mar¨ªa Pel¨¢ez o Merche Peris, la espaldista valenciana.

Aina se impuso en la final de 400 estilos de los Nacionales con un tiempo de 4m 45,25s, lejos de la plusmarca nacional que ostenta Roser Vives (4m 38,26s). "Pero siete segundos no son nada en una prueba como los 400 estilos", afirma Manuel, el padre de Aina, el mismo que durante mucho tiempo cubri¨® a diario el trayecto entre Sueca y Gandia, 30 kil¨®metros, para que su hija pudiera entrenarse. Ahora la ve de uvas a peras. "Es triste", considera Manuel, "que en Valencia no haya ning¨²n centro especializado y mi hija deba estar en Madrid". En los ¨²ltimos Europeos en piscina corta (25 metros), disputados en Viena, la ganadora de 400 estilos, la h¨²ngara Eva Ristzov, se impuso con 4m 32,26s. A Aina, sin embargo, la que m¨¢s le gusta es la ucrania Yana Klochkova, campeona ol¨ªmpica y mundial.

En la Blume, Aina super¨® en 2004 una etapa muy dura. Con su anterior entrenador, Carlos Carnero, mantuvo una dif¨ªcil relaci¨®n, consecuencia de la intransigencia del t¨¦cnico, quien exig¨ªa a su nadadora dedicaci¨®n exclusiva. "A m¨ª me gusta tanto nadar como estudiar", dice Aina; "y eso ¨¦l no lo entend¨ªa. Pas¨¦ momentos muy malos; terminaba los entrenos llorando". El cambio de entrenador, el tercero que tiene ya en la Blume, le sent¨® de maravilla.

Fue Carnero, en todo caso, quien introdujo a Aina en las pruebas de estilos, el que primero intuy¨® su potencial en una de las especialidades m¨¢s atractivas, la m¨¢s completa. "El estilo que peor se me da es la mariposa, quiz¨¢ porque soy muy grande. Si te fijas en las mariposistas son m¨¢s menudas y compactas", explica la nadadora, que mide 1,80 y pesa unos 68 kilos.

Con Wildeboer, Aina est¨¢ m¨¢s a gusto. Ha recuperado la motivaci¨®n. "El trato es m¨¢s humano. Te pregunta c¨®mo est¨¢s y se interesa por tu estado", cuenta.

La jornada de Aina comienza a las 6.30. Sin apenas desayunar -"me como s¨®lo un pl¨¢tano"-, se tira a la piscina para nadar entre 4.000 y 5.000 metros. Todos los estilos. Tras las clases de segundo curso de Bachillerato Tecnol¨®gico y el almuerzo, regresa de nuevo al agua hasta la noche. Rendida, cena y se acuesta.

En los Nacionales de invierno (piscina de 25 metros) de Valencia, adem¨¢s de imponerse en los 400 estilos, Aina finaliz¨® tercera en los 200 estilos tras Sara P¨¦rez e Irene Zamora. Tras unos d¨ªas de vacaciones en Navidad, se marcho al centro de Font Romeu junto con el resto de su grupo. All¨ª comenz¨® a preparar su gran objetivo del a?o: los Juegos del Mediterr¨¢neo, en Almer¨ªa, la competici¨®n que debe servirle de trampol¨ªn.