Estrella del porno
Entr¨¦ en una librer¨ªa y, cuando esperaban que comprara los Diarios de Robert Musil, me llev¨¦ Confesiones de una estrella del porno, la biograf¨ªa de Nacho Vidal. Hac¨ªa ya tiempo que deseaba leer estas heterodoxas memorias del que hoy es el mejor actor porno del mundo, estas memorias de Nacho, el semental de Matar¨® que a sus 31 a?os se ha convertido en el disc¨ªpulo y sucesor del m¨ªtico Rocco Siffredi, el rey de los actores porno hasta hace bien poco.
Estas memorias de Nacho, que ha escrito con notable talento David Barba, nos aproximan al mundo de este actor de Matar¨® que ha llevado hasta extremos impensables el arquetipo de macho dominante, revent¨¢ndolo, haci¨¦ndolo incre¨ªble. "Tanto es as¨ª", dice Barba, "que, como escribi¨® el fil¨®sofo Alberto Card¨ªn, se ha puesto de manifiesto que la relaci¨®n sexual no existe. Acaso todo el sexo en el porno -y quiz¨¢ tambi¨¦n fuera- sea una gran ¨®pera bufa".
En realidad, el mundo exagerado de Nacho pertenece a lo pospornogr¨¢fico. Es el mundo de alguien que rechaza visceralmente el erotismo de las grandes producciones de la industria porno tradicional de la limusina y la lencer¨ªa. Es el mundo de alguien cada d¨ªa m¨¢s abierto a mostrar sin tapujos todo tipo de pr¨¢cticas sexuales, minoritarias o marginales, tales como el pissing, bondage, fist-fukking y la transexualidad. Si Nacho Vidal es pospornogr¨¢fico, su biograf¨ªa tambi¨¦n lo es. En ella David Barba nos cuenta con despliegue heavy la asombrosa historia de alguien que tiene una adolescencia salvaje hasta el d¨ªa en que, tras una descomunal fiesta en un burdel, termina haciendo un casting para entrar a trabajar en la sala Bagdad de Barcelona y siete a?os despu¨¦s se ve convertido en Nueva York en la m¨¢xima estrella mundial del cine porno en su vertiente m¨¢s moderna. Yo creo que el libro cuenta muy bien c¨®mo ha logrado Nacho Vidal ser el n¨²mero uno. Habiendo tantos, ?c¨®mo ha llegado a esa cumbre? ?sta es una de las preguntas que se hace uno al abrir el libro y que Barba (escritor, por cierto, salido del barrio del Carmel de Barcelona y admirador de pijoapartes como Nacho) va contestando con su prolija informaci¨®n y capacidad de an¨¢lisis.
Una de las bases del ¨¦xito de Nacho parece radicar en la intuitiva manera que tiene de tratar a sus partenaires. Se ha acostado con m¨¢s de 1.500 actrices y su reputaci¨®n, en todos los sentidos, ha salido indemne. Es casi una proeza, porque todas hablan bien de ¨¦l. Parte de su ¨¦xito parece basado en su manera de tratarlas (que no excluye que las mujeres le traten a ¨¦l con un ardor que hasta supera el suyo), en su manera de acercarse a ellas, que ya no es s¨®lo muy caliente, sino tambi¨¦n astutamente cari?osa, casi de padre de familia. Intenta enamorarlas en cada escena, sacar de ellas una pasi¨®n verdadera. Quiere que vivan lo que hacen, que no act¨²en. Se comporta, pues, como el que va de putas y quiere que se enamoren de ¨¦l. Despliega un exquisito y humano trato feroz y, si es necesario, les dice que quiere ser el padre de sus hijos. Todas le aman y hablan bien de ¨¦l, ellas le han subido a la cumbre. Un rom¨¢ntico en el porno posmoderno. No ha le¨ªdo a los rom¨¢nticos ni a Musil, s¨®lo tres libros en su vida, pero los tres le han cambiado esa vida, sobre todo Miedo y asco en Las Vegas, el libro de Hunter S. Thompson, que publicar¨¢ Anagrama y en el que crey¨® ver reflejada todas sus desventuras de adolescencia con las drogas, sus ingestiones catalanas de Amanita muscaria y otras lindezas. A veces pienso que el mundo macho de Nacho deber¨ªa ser uno de los ejes centrales de nuestro plural A?o del Libro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.