El Zaragoza exprime las bandas del Betis

El choque fue intenso, abierto y, en determinadas fases, un correcalles, pero el Zaragoza descubri¨®, con sorprendente facilidad, los puntos d¨¦biles del Betis para hurgar en ellos. Y le dio resultado. La columna vertebral verdiblanca est¨¢ compensada, se complementa y no presenta apenas fisuras. Pero las bandas s¨ª. La mejor noticia, sin duda, que se le puede dar a este Zaragoza que basa su juego por los costados. Savio, la calidad y talento, ocup¨® la izquierda. Cani, la t¨¦cnica y la visi¨®n, la derecha. Y Ambos fueron un aut¨¦ntico quebradero de cabeza para el Betis, que no supo pararlos y lo pag¨® caro. As¨ª lo vio la grada, que core¨® el nombre de Savio cuando fue sustituido y dedic¨® numerosas muestras de cari?o a Cani, que mantiene una relaci¨®n de amor-odio con La Romareda.

V¨ªctor Mu?oz, durante el calentamiento previo al partido, paseaba cabizbajo y pensativo por el c¨¦sped. El motivo: quer¨ªa refrendar en La Romareda el buen partido hecho en Riazor. Y m¨¢s cuando le preced¨ªan tres derrotas consecutivas en casa. Pero V¨ªctor supo leer el partido y la disposici¨®n t¨¢ctica del rival en los primeros compases del encuentro, desde que oblig¨® a los suyos a ensanchar el campo m¨¢s de lo habitual y a abrir los balones a las bandas. De ah¨ª los insistentes aspavientos, silbidos y gritos que prodigaba desde el ¨¢rea t¨¦cnica. Y por eso tambi¨¦n, que Oscar, mediapunta ayer, se dejase caer constantemente por los costados. Pero, casualidades del f¨²tbol, el gol de Savio no lleg¨® por la banda, sino por el centro. Movilla, pasada la medular, le cedi¨® el cuero a ?scar, que con intenci¨®n se lo prolong¨® a Savio. ?ste, desde el v¨¦rtice del ¨¢rea peque?a, lanz¨® un zapatazo que quit¨® las telara?as de la escuadra defendida por Doblas. Tuvieron m¨¢s ocasiones, pero los jugadores del Zaragoza mostraron un inquietante temor a la hora de rematar. Aun as¨ª, el objetivo estaba cumplido.

El Betis fue ayer un equipo de n¨²meros. Diez defend¨ªan y cinco atacaban. Con las l¨ªneas muy replegadas, los de Serra Ferrer, menos Oliveira, que siempre se quedaba en el l¨ªmite de su campo por si llegaba un bal¨®n largo y para evitar el fuera de juego, se enfrascaron en campo propio para reducir y limitar la movilidad que imprim¨ªa el cuadro aragon¨¦s al bal¨®n. A la hora de atacar, no obstante, Oliveira, que luch¨® contra la soledad y la rocosa zaga del Zaragoza, los comandaba. Mientras ¨¦l se desfondaba por abrir espacios, Joaqu¨ªn repet¨ªa esl¨¢lones sin confianza. Todo un repertorio de regates y recortes que no llegaron a buen puerto. Se iba de uno, de dos, pero ya desestabilizado, regalaba el cuero a la ¨²ltima l¨ªnea. S¨®lo hac¨ªa da?o cuando se olvidaba de regatearse a s¨ª mismo y, tras el sutil contoneo de cuerpo y brazos que le caracteriza, centraba al pico del ¨¢rea peque?a. Pero Ed¨² y Fernando s¨®lo estaban testimonialmente. El Betis demostr¨® ser, a pesar del resultado y sus flaquezas, ser un equipo trabajado, pensado y, sobretodo, inc¨®modo para cualquier rival. El m¨¦rito es de Serra Ferrer que ha sabido sacar el m¨¢ximo provecho de sus hombres. Pero no as¨ª anoche, que perdi¨® el pulso t¨¢ctico contra V¨ªctor Mu?oz.