El Albacete sonroja a la Real
El equipo manchego imparte una lecci¨®n de verticalidad y velocidad en Anoeta
Lo dec¨ªan los futbolistas de la Real. El mal ambiente que se respira en el club no pod¨ªa ser ajeno al vestuario. Lo dec¨ªa el entorno: el mazazo de los seis minutos del Bernab¨¦u no iba a pasar desapercibido. Ser¨ªa la tormentosa asamblea de accionistas, ser¨ªa lo de Madrid, ser¨ªa la rosa o ser¨ªa el clavel. Lo cierto es que el Albacete le dio un soberano repaso a un equipo donostiarra taciturno, que abund¨® en sus habituales errores (falta de liderazgo, falta de repertorio, f¨²tbol previsible) y condenado a observar c¨®mo el equipo manchego se aplicaba al f¨²tbol veloz, moderno, ¨¢gil.
El asunto estaba claro de salida. El Albacete apostaba por defensas corpulentos y delanteros livianos. Nada de delanteros centro cl¨¢sicos, de esos que agradecen los centrales porque van al choque m¨¢s que al despiste. Jos¨¦ Gonz¨¢lez apost¨® por tres futbolistas ligeros.: el chileno Mark Gonz¨¢lez (1,75m) parec¨ªa una moto de 250cc, siempre dispuesto a correr, a asfixiar a su marcador; el uruguayo Pacheco (1,72m) tiene el tacto del buen f¨²tbol del pa¨ªs oriental: mucho talento y buen golpeo del bal¨®n; el almeriense Francisco (1,73m) sabe que para jugar en punta, con su constituci¨®n, hay que aguantar el choque con los hombres y librar centrales con las piernas.
REAL SOCIEDAD 0 - ALBACETE 2
Real Sociedad: Riesgo; Rekarte, Labaka, Luiz Alberto, Garrido; Karpin (Xabi Prieto, m. 57), Alonso, Aranburu, Gabilondo (Uranga, m. 57); Nihat y Kovacevic.
Albacete: Gaspercic; Gaspar, Buades (Montiel, m. 45), Rub¨¦n, Pe?a; ?lvaro, Jaime (Viaud, m. 65); Redondo, Pacheco, Gonz¨¢lez; y Francisco (Mikel, m. 79).
Goles: 0-1. M. 7. Autopase de Pacheco que sorprende a Riesgo con un disparo muy lejano. 0-2. Error garrafal de Riesgo al intentar despejar una cesi¨®n de su compa?ero Rekarte que aprovecha Pacheco.
?rbitro: Daud¨¦n Ib¨¢?ez. Amonest¨® a Riesgo, Luiz Alberto, Gaspar, Jaime y Francisco.
Unos 20.000 espectadores en Anoeta.
As¨ª que el Albacete ech¨® a correr, pero hacia adelante, a sabiendas de que los laterales realistas suelen dejar espacios descubiertos a sus espaldas y que los centrales no son un prodigio de velocidad. A los siete minutos hab¨ªa conseguido el objetivo en una genialidad de Pacheco que se invent¨® un autopase con la puntera de la bota y se sac¨® un disparo envenenado, desde muy lejos, que bot¨® justo en las narices de Riesgo. Los goles bellos entran por la escuadra, los goles inteligentes se pasean por los morros del portero. Ambas cosas son un arte.
A la Real, el gol de Pacheco le quit¨® las pocas ideas que ten¨ªa. Hoy por hoy, el equipo blanquiazul no encuentra el l¨ªder necesario para manejar los partidos, para buscarles la pausa o meter la quinta velocidad, y flaquea notablemente por los costados. Ni Aranburu, ni Mikel Alonso, saben mandar; ni Karpin, ni Gabilondo suelen desbordar. As¨ª que todo conduce a balones frontales a Nihat y Kovacevic, generalmente ventajosos para los centrales a poco concentrados que est¨¦n. Rub¨¦n y Buades (luego Montiel) lo estuvieron y los dos delanteros realistas se conformaron con un par de tiritos para anotar a su escueta hoja de servicios.
El Albacete, mientras tanto, se hart¨® de jugar, al primer toque, al segundo, al amparo de ?lvaro y Jaime, dos medios centro que si saben qu¨¦ hay que hacer en la parcela ancha. Y as¨ª anotaron un disparo rotundo de Gonz¨¢lez, o un cabezazo de Redondo, antes de que Riesgo encabezara otra vez el r¨¢nking de las jugadas tontas de la Liga. Un error garrafal en un despeje propici¨® el segundo gol del Albacete. M¨¢s tarde Viaud remat¨® al poste en su primera acci¨®n. Y le salv¨® a la Real que los peque?itos del Albacete se agotaran para que no ahondasen en una herida demasiado profunda.
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