El debate europeo

Se ha sosegado ya en Catalu?a el debate sobre el rechazo de la Constituci¨®n europea "porque no reconoce el catal¨¢n", sosiego que llega tanto por lo endeble del argumento frente a la densidad del texto constitucional como por el impulso dado por el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a la posibilidad de utilizaci¨®n del catal¨¢n en las instituciones de la Uni¨®n. Con Converg¨¨ncia Democr¨¤tica (CDC) decidida oficialmente por el s¨ª, las c¨²pulas dirigentes de Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) si quieren dar cuerpo a su no tendr¨¢n que justificarlo bas¨¢ndose en la ¨²nica cuesti¨®n con sentido: la cr¨ªtica al modelo social que se supone que propicia la Constituci¨®n. A?adamos a las c¨²pulas citadas la direcci¨®n de Izquierda Unida (IU), que, sin ataduras ling¨¹¨ªsticas, ha basado su no desde un primer momento en lo que el coordinador de IU, Gaspar Llamazares, denomina equivocada "constitucionalizaci¨®n de las pol¨ªticas neoliberales". De confirmarse la consagraci¨®n constitucional del neoliberalismo, el modelo social europeo quedar¨ªa en entredicho e inevitablemente sujeto a una progresiva erosi¨®n.

Los socialistas franceses hicieron el primer debate serio sobre el modelo social

De los gobernantes del Consejo, 18 son conservadores o liberales y 7 socialdem¨®cratas

Suerte tuvo el centro izquierda de los pa¨ªses de la Uni¨®n, y m¨¢s all¨¢ de este sector de opini¨®n una amplia franja de europeos, con el reciente debate, seguido de refer¨¦ndum, en el seno del Partido Socialista Franc¨¦s (PSF).

Los socialistas franceses hicieron -y a los dem¨¢s nos lleg¨® el eco- el primer debate serio que ha habido hasta ahora sobre el modelo social que derivar¨ªa de la Constituci¨®n europea; y, probablemente, el ¨²nico que habr¨¢ con trascendencia p¨²blica, pues la derecha no lleva camino de debatir sobre esta cuesti¨®n -hay quien afirma que su silencio es sospechoso, ya que le convendr¨ªa para sus intereses lo que salga de la Constituci¨®n- y la otra izquierda, la que gira en torno a la memoria comunista en sus diferentes variantes, solamente debate en c¨ªrculo cerrado.

Si el debate del PSF con la participaci¨®n no s¨®lo del grupo dirigente, sino de muchos militantes y simpatizantes, adoleci¨® en alg¨²n momento de introspecci¨®n franco-francesa -nada grave en comparaci¨®n con la reducci¨®n catalano-catalana habitual en los debates colectivos en Catalu?a- result¨®, en cambio, muy esclarecedor por algunas de las conclusiones, llam¨¦moslas colaterales, que se infieren.

Primera, hubo una alt¨ªsima participaci¨®n en el debate, en los m¨ªtines y en la votaci¨®n final para los tiempos que corren de general desmovilizaci¨®n pol¨ªtica. Seg¨²n la direcci¨®n del PSF, el 78% de los 120.027 militantes vot¨® el 1 de diciembre, prueba de que la Constituci¨®n europea no deja indiferente a la izquierda, como pretenden algunos.

Segunda, la decantaci¨®n de las posiciones no sigui¨® la pauta t¨®pica de ala izquierda por el no y centro derecha por el s¨ª, sino que obedeci¨® m¨¢s bien a sensibilidades y lecturas personales. El adalid del no, Laurent Fabius, se ha ubicado siempre en la derecha del partido, y el del s¨ª, Fran?ois Hollande, pasa por pertenecer al centro izquierda. Tercera, pese a que el s¨ª obtuvo en el refer¨¦ndum un rotundo 59,1% de los votos emitidos, su victoria fue m¨¢s instintiva -s¨ª a Europa- que dial¨¦ctica -no arrasaron con sus argumentos. Y es que la Constituci¨®n europea permite, al mismo tiempo, una lectura de derecha y una de izquierda. Los principios de la Europa social est¨¢n contenidos en el texto, los de la Europa liberal tambi¨¦n.

No pod¨ªa ser de otra manera. El texto constitucional, que se cerr¨® por consenso en la Convenci¨®n redactora y se adopt¨®, parcialmente retocado, tras un complicado encaje de equilibrios en el Consejo Europeo, no rompe con el sistema comunitario heredado de los tratados anteriores cuyo contenido social es ambivalente: liberalismo econ¨®mico en

el mercado interior y econom¨ªa social de mercado en la sociedad, lo actualiza con determinados valores, principios y mejoras institucionales -desarrollo sostenible, tendencia al pleno empleo y al progreso social, solidaridad entre las generaciones, cohesi¨®n territorial, Carta de los derechos fundamentales, colegislaci¨®n cuasi plena del Parlamento Europeo, salto de la mayor¨ªa cualificada de 35 materias a 80 ...-, que puede afirmarse que corrigen al alza el modelo social comunitario.

Por eso, finalmente, todo depender¨¢ de la interpretaci¨®n y aplicaci¨®n pol¨ªtica que se haga del texto y ¨¦sta, a su vez, ser¨¢ tributaria de la composici¨®n pol¨ªtica de las instituciones y ¨®rganos de la Uni¨®n.

Actualmente, de los gobernantes que integran el Consejo Europeo 18 son conservadores o liberales y 7 socialdem¨®cratas.

El Parlamento Europeo, la Comisi¨®n y el Comit¨¦ de las Regiones, instituciones y ¨®rgano que se forman en funci¨®n, directa o indirecta, de los resultados electorales, tienen, asimismo, una composici¨®n mayoritariamente conservadora.

No se culpe a la Constituci¨®n europea ni se ignore la realidad del poder en la Uni¨®n. Para pugnar por un modelo social europeo avanzado, que la Constituci¨®n no impide, hay que cambiar las mayor¨ªas pol¨ªticas, y eso se hace desde el interior de cada pa¨ªs y de cada regi¨®n.

Jordi Garc¨ªa-Petit, acad¨¦mico numerario de la Real Academia de Doctores.