Blair y Brown intentan una tregua para evitar la derrota en las elecciones de mayo
El fantasma del Wilson y Callaghan empieza a planear en las filas del Partido Laborista
El fantasma de Harold Wilson y James Callaghan empieza a planear por el Partido Laborista. Las tensiones que en los a?os setenta enfrentaban a esos dos l¨ªderes del laborismo, minando sus posibilidades de mantenerse en el Gobierno, parecen repetirse hoy con los desencuentros que separan a Tony Blair y Gordon Brown. Primer ministro y ministro de Econom¨ªa intentan abrir una tregua y llamar a la unidad para no poner en peligro una victoria electoral que hoy a¨²n parece indiscutible, con ocho puntos por delante de los tories en los sondeos.
Tras las tormentas provocadas este fin de semana por la inminente publicaci¨®n de un libro que asegura que Blair anunci¨® a Brown en noviembre de 2003 su intenci¨®n de traspasarle el poder al cabo de unos meses por la impopularidad de la guerra de Irak, pero luego se hecho atr¨¢s, ambos pol¨ªticos buscan calmar los ¨¢nimos.
Blair se dirigi¨® anoche al grupo parlamentario laborista, crecientemente preocupado por las consecuencias de la lucha personal que enfrenta a sus dos figuras m¨¢s carism¨¢ticas. Brown asistir¨¢ hoy a la presentaci¨®n de un primer p¨®ster de la campa?a laborista junto al viceprimer ministro y mediador entre ambos, John Prescott, y al blairista Alan Milburn, el hombre que ha situado a Blair como coordinador de la campa?a para restar poder a Brown.
Ni Blair ni Brown han desmentido de manera expl¨ªcita la revelaci¨®n del libro, firmado por Robert Peston, corresponsal financiero de The Sunday Telegraph y bien conectado con el sector brownista del laborismo. El domingo, preguntado de manera insistente en una entrevista con sir David Frost en la BBC, el primer ministro dijo hasta ocho veces que ya hab¨ªa contestado en el pasado a esas especulaciones, d¨¢ndolo as¨ª todo por desmentido sin hacerlo directamente, y asegur¨® que no recordaba el di¨¢logo en el que Brown le espet¨® la frase lapidaria de "ya nunca m¨¢s podr¨¦ creer una palabra de lo que me digas".
Brown concedi¨® a iniciativa propia una entrevista a la BBC el domingo por la tarde, pero aunque hizo un vigoroso llamamiento a la unidad y a la tarea com¨²n de ganar las elecciones, en ning¨²n momento desminti¨® las informaciones desatadas por el libro, cuya inspiraci¨®n se atribuye a los hombres del ministro de Econom¨ªa.
El caso es que, por mucho que se odien, Tony Blair y Gordon Brown se siguen necesitando el uno al otro tanto como cuando iniciaron juntos su asalto al poder en el Partido Laborista. Blair dif¨ªcilmente podr¨ªa ganar sin Brown el refer¨¦ndum sobre la Constituci¨®n europea, que se espera para el primer semestre de 2006 y podr¨ªa convertirse en su canto del cisne: su manera de abandonar Downing Street por la puerta grande. Y Brown necesita apoyar a Blair en las pr¨®ximas elecciones porque, si el laborismo pierde el poder, ¨¦l ser¨¢ considerado uno de los principales responsables y jam¨¢s conseguir¨ªa alcanzar su sue?o de ser primer ministro.
Con la crisis de estos d¨ªas ha cristalizado la idea de que los dos gallos del laborismo han roto su alianza personal y Brown no contar¨¢ con el apoyo de Blair para ser su sucesor, pero ambos est¨¢n condenados a entenderse o al menos ocultar sus diferencias para ganar las pr¨®ximas elecciones, previstas para mayo.
Lo que ocurra despu¨¦s de esas elecciones es otro cantar. Algunos diarios se?alan que Blair quiere desterrar a Brown de Econom¨ªa y ofrecerle un superministerio de Exteriores en el que se incluir¨ªan las competencias sobre Cooperaci¨®n al Desarrollo, actualmente desgajadas como cartera propia. Pero otros aseguran que algunos mandarines del Ministerio de Asuntos Exteriores le han advertido de que si aparta a Brown de Econom¨ªa por la fuerza deber¨¢ enfrentarse a una moci¨®n de censura nada m¨¢s empezar su tercer mandato.
Pese a encadenar una crisis pol¨ªtica con otra, las encuestas siguen dando a los laboristas como ganadores si hoy se celebraran unas elecciones, con entre cuatro y ocho puntos de ventaja. El libro de Peston argumenta precisamente que Blair dio marcha atr¨¢s a su decisi¨®n inicial de dimitir cuando comprob¨® en las elecciones europeas y locales de mayo pasado que, pese al fuerte voto de castigo al laborismo, los tories segu¨ªan siendo incapaces de amenazar su supremac¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.