Gronkjaer encarrila al Atl¨¦tico
El delantero dan¨¦s, decisivo en la segunda parte ante un modesto Lorca, que lleg¨® a empatar
El Atl¨¦tico, l¨®gicamente fr¨ªo desde la frustrante derrota en el derby ante el Real Madrid, solvent¨® sin alharacas su primer compromiso de la nueva Copa, ya a doble partido. Con suplentes de la cantera que buscan su gloria particular, encarril¨® sin m¨¢s la eliminatoria ante un rival modesto, de los que se han colado en los octavos de final gracias al sistema previo de partido ¨²nico, el que de verdad daba emoci¨®n y sorpresas. Ahora ya, salvo eliminatorias puntuales -y no queda el Barcelona, por ejemplo, para repetir sus citas memorables con el Atl¨¦tico-, casi todo vuelve al f¨²tbol burocr¨¢tico, apenas con chispa. Como ayer. Casi nada pasar¨¢ a la historia. S¨®lo por las escapadas y la rapidez de Gronkjaer, el flamante fichaje dan¨¦s que claramente ha venido a revolucionar el ataque rojiblanco, y que anoche lo empuj¨® a un triunfo medianamente digno en la segunda parte. Porque tras una primera mitad horrorosa, con un solo tiro a puerta de ambos equipos, y a bal¨®n parado -lo cual es otro de los r¨¦cords que puede imponer el f¨²tbol centrocuentista-, fue el rubio extremo el ¨²nico que pareci¨® tomarse el trabajo a pecho. Entonces termin¨® de romper al Lorca, discreto equipo que milita en el grupo IV de la Segunda Divisi¨®n B, donde marcha exactamente en la mitad de la tabla, a siete puntos de la zona que le permitir¨ªa a final de temporada aspirar a jugar los partidos de promoci¨®n de ascenso a Segunda.
LORCA 1 - ATL?TICO 3
Lorca: Bernal; Robles, I?aki Bea, Xabi S¨¢nchez (Xavi Moro, m. 46), Jorge S¨¢nchez; Castellanos, Ramos, Perona (Sergio Francisco, m. 73), Alexandre; Bordas (Gavil¨¢n, m. 56) y Hueg¨²n.
Atl¨¦tico: Leo Franco; Molinero, Garc¨ªa Calvo, Pablo, Antonio L¨®pez; Colsa (Santi Denia, m. 82), Ra¨²l Medina, Jorge (Ibagaza, m. 59), Gronkjaer, Musampa; y Salva (Braulio, m. 59).
Goles: 0-1. M. 45: Antonio L¨®pez. 1-1. M. 64: Alexandre. 1-2. M. 80: Pablo. 1-3. M. 86: Braulio.
?rbitro: Fern¨¢ndez Borbal¨¢n, amonest¨® a Perona, Xabi S¨¢nchez, Ibagaza y Pablo.
Unos 7.500 espectadores en el Francisco Art¨¦s.
El f¨²tbol es un deporte muy particular, porque excede con mucho el puro ejercicio f¨ªsico e incluso la competici¨®n en s¨ª. Pero tambi¨¦n es un trabajo dentro del gran negocio que supone su belleza, su pasi¨®n, los intereses tantas veces exagerados, y sus miserias entre tanta grandeza. Se debe a un calendario y como tal, aunque muchas veces resulte tedioso, debe cumplirlo. La Copa, torneo que en muchas ocasiones ha resultado ejemplo de emoci¨®n, con partidos de calidad para recordar, no tiene por qu¨¦ garantizarlos siempre. Y menos, sin partido ¨²nico. Ayer, gracias a que el reglamento prev¨¦ dos tiempos, porque salvo el instante final del primero, cuando Antonio L¨®pez marc¨® en el ya habitual saque de falta que soluciona la carencia de gol en jugadas elaboradas, el resto fue de llorar. Dos centros a porter¨ªa por equipo y ese ¨²nico tiro a puerta. Fr¨ªo meteorol¨®gico y congelaci¨®n futbol¨ªstica.
El Atl¨¦tico ten¨ªa el partido de cara, pero era consciente del rid¨ªculo espect¨¢culo ante un segunda B y se lo tom¨® m¨¢s en serio en la segunda parte. En apenas cinco minutos, Salva y Colsa pudieron marcar. Pero el primero dispar¨® flojo a las manos del portero -segundo entre los tres palos y primero en jugada a esas alturas, casi 50 minutos, nada menos- y Colsa, tras perder por lento una primera ocasi¨®n a gran centro de Gronkjaer, tambi¨¦n tir¨® fuera en la siguiente, aunque cerca del poste, porque debi¨® usar su pierna mala, la izquierda.
Ferrando meti¨® a Ibagaza y a Braulio otro novato -Fernando Torres, Perea, Sosa y Luccin se quedaron en Madrid-, pero s¨®lo Gronkjaer sigui¨® dando emoci¨®n con su rapidez. El portero Bernal salv¨® un tiro suyo enviando el bal¨®n al c¨®rner y el segundo gol rojiblanco parec¨ªa al caer, pero el f¨²tbol, aunque sea burocr¨¢tico, siempre puede ser grande de repente en el c¨¦sped y Alexandre rob¨® el bal¨®n evitando el remate de Garc¨ªa Calvo en el saque de esquina ensayado, y marc¨® el gol de su vida. Recorri¨® todo el campo y dispar¨® a la escuadra desde cerca del ¨¢rea.
No es que peligrara nada, pero la humillaci¨®n espole¨® al Atl¨¦tico y, sobre todo, a Gronkjaer. El partido fue ya todo suyo. Dispar¨® dos veces m¨¢s con peligro y en la segunda ocasi¨®n s¨®lo el muslo de un defensa evit¨® el gol. Pero Pablo, que ya hab¨ªa forzado la falta origen del primer tanto, se fue otra vez al ataque y cabece¨® el c¨®rner adelant¨¢ndose a la mala salida del portero. El dan¨¦s a¨²n se estaba lamentando de la oportunidad perdida cuando le volvi¨® la sonrisa. Y sigui¨® animado hasta el m¨¢ximo. Un centro suyo tras internarse magn¨ªficamente por la derecha, permiti¨® marcar a Braulio el tercer tanto, y otro servicio m¨¢s lo remat¨® Ibagaza al larguero. S¨®lo le falt¨® la guinda, pero a falta de un minuto, cuando se qued¨® s¨®lo frente al portero, fall¨® la vaselina que intent¨® ante su salida. Hubiese sido un gran broche personal para borrar un partido burocr¨¢tico en general. Pero ya hab¨ªa hecho suficiente. En Dinamarca, donde se le sigue a trav¨¦s de una cadena de televisi¨®n que ofrece por ¨¦l todos los partidos del Atl¨¦tico, seguro que ya estaban sobradamente encantados.
![Musampa, acosado por Ramos en una jugada del partido de ayer.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/U5BCGWX6L6LSUPOOMQ4FELTDDE.jpg?auth=6241884c346f59f45a5ead2a5562b429745a67ebbf263231ddc0b15ae0b20834&width=414)
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