Barbara Hendricks anima a ser solidarios sin esperar a que suceda una gran tragedia

El compromiso solidario de la soprano Barbara Hendricks (Arkansas,1948) viene de lejos. Como embajadora especial del Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas, lleva m¨¢s de 15 a?os luchando por una sociedad tolerante y solidaria. La cantante, que desde hoy y hasta el domingo act¨²a en Barcelona, aplaude la respuesta a la crisis del tsunami, pero pide que no se olviden otras cat¨¢strofes: "No debemos esperar una gran tragedia para mostrar nuestra solidaridad, muchos pa¨ªses necesitan ayuda aunque no salgan en televisi¨®n para mostrar su tragedia", afirma.

Para Barbara Hendricks, premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes de 2000, las cinco canciones de Mahler sobre textos de Friedrich R¨¹ckert que cantar¨¢ hoy, ma?ana y el domingo en el Auditori de Barcelona, acompa?ada por la Orquestra Simf¨°nica de Barcelona i Nacional de Catalunya, dirigida por el austriaco Leopold Hager, invitan a la reflexi¨®n sobre la condici¨®n humana. "En ¨¦pocas turbulentas, la poes¨ªa de R¨¹ckert y la m¨²sica de Mahler transmiten un sentimiento profundo sobre la vida y la muerte, pero tambi¨¦n nos hablan de esperanza", comenta la soprano, que en el programa cantar¨¢ adem¨¢s dos arias de concierto de Mozart.

La cat¨¢sfrofe de Asia ha tocado muy de cerca a Hendricks, nacida en Estados Unidos y actualmente con nacionalidad sueca. "Me siento muy afectada como ciudadana sueca, porque han muerto muchos amigos, muchos ciudadanos que pasaban sus vacaciones y han perdido la vida. Ante un drama de esta magnitud, la solidaridad internacional se dispara, y es l¨®gico, pero lo esencial es mantener esa ayuda cuando se vayan las c¨¢maras de televisi¨®n", asegura la soprano.

Hendricks opina que, por encima del n¨²mero de v¨ªctimas, una sola muerte por hambre y miseria deber¨ªa bastar para remover las conciencias. "Las tragedias no se pueden comparar ni medir s¨®lo por el n¨²mero de v¨ªctimas. Todas exigen una respuesta solidaria. Y existe el riesgo real de que la tragedia del maremoto haga olvidar otras cat¨¢strofes. Basta recordar que diariamente mueren miles de personas de hambre en el mundo para reclamar una actitud solidaria permanente, m¨¢s all¨¢ de la reacci¨®n inicial".

Con escepticismo y sin disimular su tristeza, Hendricks lamenta que Estados Unidos haya "tardado tanto" en desistir de la b¨²squeda de armas de destrucci¨®n masiva de Irak, cuya supuesta existencia permiti¨® a Bush y a sus aliados la justificaci¨®n de la guerra. El fin de la b¨²squeda, confirmado anteayer por el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, se produce, dice Hendricks, demasiado tarde. "Me entristece ver que esa confirmaci¨®n no llegara antes de marzo de 2003 y as¨ª habr¨ªa salvado muchas vidas y habr¨ªa ahorrado muchos sufrimientos a la poblaci¨®n iraqu¨ª, a las tropas y los trabajadores humanitarios".

En su reencuentro con el p¨²blico barcelon¨¦s -con las localidades agotadas para los tres conciertos-, Hendricks cantar¨¢ los cinco R¨¹ckert-Lieder y dos arias de concierto de Mozart. El programa, dirigido por Leopold Hager, recientemente nombrado director de la Volskoper de Viena, se completa con la Sinfon¨ªa n¨²mero 100 'Militar', de Haydn, y el Adagio de la Sinfon¨ªa n¨²mero 10 (inacabada), de Mahler.

La soprano ha colaborado desde 2000 en dos ocasiones como artista invitada en las temporadas de la Simf¨°nica de Barcelona, adem¨¢s de actuar en el Festival Grec en su faceta m¨¢s jazz¨ªstica. La asignatura pendiente es ver en acci¨®n a Hendricks como cantante de ¨®pera en el Liceo. "Hace a?os recib¨ª una oferta, pero anteriores compromisos me impidieron aceptarla. Si el Liceo decide invitarme y la producci¨®n me parece interesante, me encantar¨ªa debutar en el teatro y vivir dos meses en Barcelona para preparar a fondo un nuevo montaje", dice.

En su actividad oper¨ªstica m¨¢s reciente, la soprano particip¨® el pasado mes de noviembre en el Th¨¦?tre du Ch?telet de Par¨ªs en el estreno de Angels in America, de Peter E?tvos, basada en la c¨¦lebre obra de Tony Kushner sobre el sida en la Am¨¦rica de los a?os de Reagan.