La violencia se adue?a de Guatemala
El aumento de la delincuencia y del narcotr¨¢fico marcan el primer aniversario del Gobierno de ?scar Berger
La inseguridad ciudadana se presenta como la gran asignatura pendiente de ?scar Berger, quien hoy cumple un a?o desde su llegada al Gobierno de Guatemala, el 14 de enero de 2004. A lo largo de estos 12 meses, seg¨²n un informe policial, se produjeron 4.346 muertes violentas (3.819 varones y 527 mujeres), un aumento del 25% con respecto a 2003. En su inmensa mayor¨ªa, los cr¨ªmenes permanecen impunes. El presidente se ha marcado como prioridad la lucha contra la ola de violencia que azota el pa¨ªs.
La situaci¨®n del narcotr¨¢fico es tambi¨¦n muy preocupante: opera con total libertad. Un informe del Consejo de Asuntos Hemisf¨¦ricos del Departamento de Estado estadounidense (COHA, en sus siglas en ingl¨¦s), publicado por el peri¨®dico Prensa Libre, afirma que "la guerra guatemalteca contra el tr¨¢fico de drogas est¨¢ perdida y en los pasillos de Washington no queda ni esperanza de revertirla ni el inter¨¦s para apoyar su combate".
De acuerdo con el documento citado, Guatemala se ha convertido en el pivote central del tr¨¢fico de drogas hacia Estados Unidos, "por ser el pa¨ªs donde ha habido menos resistencia". El precio que pagan los guatemaltecos es enorme: el aumento del consumo local y la muerte de ciudadanos, v¨ªctimas de balas perdidas en la guerra abierta por dominios territoriales que las diferentes bandas mantienen en las calles y carreteras del pa¨ªs.
Este desbarajuste tiene, entre sus causas inmediatas, la extrema pobreza. Se estima (no hay cifras oficiales) que 8 de cada 10 de los 12 millones de habitantes del pa¨ªs viven en la l¨ªnea de la pobreza de 2 euros por d¨ªa de ingresos. De ¨¦stos, el 60% sobrevive con menos de 1 euro al d¨ªa. El desempleo afecta a 900.000 personas, seg¨²n datos del Ministerio de Econom¨ªa, tradicionalmente conservador en sus estimaciones.
La meta del crecimiento econ¨®mico, fijado en un 6% anual en los Acuerdos de Paz que en 1996 pusieron fin a la guerra civil de 36 a?os, fue inferior al 3%. Atado de manos, Berger hered¨® del Gobierno del binomio Alfonso Portillo-R¨ªos Montt (2000-2004) un aparato estatal infiltrado, a todo nivel, por el crimen organizado. Como bot¨®n de muestra, a lo largo del a?o pasado 542 agentes de la Polic¨ªa Nacional Civil fueron expulsados del cuerpo al ser sorprendidos en la comisi¨®n de delitos, algunos tan graves como el secuestro de personas, asaltos, narcotr¨¢fico, homicidios y violaciones. Un ex ministro del Interior del Gobierno anterior, Byron Barrientos, est¨¢ en prisi¨®n, acusado de robar 80 millones de quetzales (unos 8 millones de euros) del presupuesto de la cartera que dirig¨ªa.
La lucha por revertir este estado de cosas impide el desarrollo de pol¨ªticas de bienestar, pero el guatemalteco promedio agradece que, por lo menos, la corrupci¨®n ya no sea "pol¨ªtica de Estado" como ocurri¨® durante el gobierno anterior. Seg¨²n las encuestas de la prensa local, el mandatario logra un "aprobado" de los ciudadanos al alcanzar su primer a?o de gesti¨®n. Una muestra del rotativo elPeri¨®dico, realizada a nivel nacional entre el 27 de diciembre y el 7 de febrero entre 1.000 guatemaltecos y con un margen de error del 3,5%, da al mandatario una aprobaci¨®n del 55,8%.
El mandatario, por su parte, se muestra "satisfecho" de su gesti¨®n durante el a?o inicial de su gobierno y ha definido como la prioridad para 2005 "la reactivaci¨®n econ¨®mica, que pasa por vencer el basti¨®n de la inseguridad". Para lograrlo ha anunciado el necesario refuerzo a los cuerpos de seguridad, esfuerzo que empezar¨¢ por la profesionalizaci¨®n de los agentes y la dotaci¨®n de un equipo adecuado en armas y veh¨ªculos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.