Derribo agridulce en el Tur¨® de la Peira
Comienza la demolici¨®n de la manzana Q del barrio afectado por aluminosis
Nueve y media de la ma?ana en el Tur¨® de la Peira (Barcelona). La enorme gr¨²a, con el sugerente nombre de Komatsu impreso en la base, comienza a rugir. Tras el inequ¨ªvoco aviso, primer mordisco a la fachada del edificio de la calle de Sant Iscle. Y otro, y otro, y otro. El brazo articulado de la gr¨²a acaba con una gran pinza, como si fuera un enorme centollo, que le sirve para ara?ar las paredes cacho a cacho. Boumba. Abajo va un armario. Boumba. El tapiado de una ventana, mientras dos mangueras escupen agua para amortiguar el polvo.
Sin prisa pero sin pausa, el Komatsu trabajar¨¢ intensamente hasta acabar con la manzana Q del Tur¨®. Primero las fincas que amenazan ruina inminente, las que tocan a la plaza de Olof Palme, y en dos semanas comenzar¨¢n por el polo opuesto, en las calles Montsant e Inca, seg¨²n explicaron ayer los responsables municipales. Ayer no se perdieron el derribo, como tampoco algunos vecinos.
Los vecinos crean una comisi¨®n de afectados para controlar el proceso de realojo
Desde que el pasado s¨¢bado se detect¨® un deslizamiento de tierras provocado por las obras de construcci¨®n de un colector, la semana ha sido intensa. Tras declarar la ruina inminente, ha habido que realojar a 96 familias y vaciar los pisos. Mudanzas veloces que han adelantado hasta tres a?os la salida de sus viviendas de 56 familias que llevan m¨¢s de una d¨¦cada conviviendo con la aluminosis, a la espera de que se levanten nuevos edificios. Las 40 familias restantes estaban a punto de entrar en los nuevos pisos del plan de rehabilitaci¨®n del barrio. De momento est¨¢n todos en hoteles: a los primeros se les proporcionar¨¢ pisos puente -el 90% en pisos del mismo barrio, asegur¨® el concejal de Nou Barris, Jos¨¦ Cuervo- y los segundos podr¨¢n estrenar casa en unas semanas.
En cualquier caso, la gerente del distrito, Gemma Arau, dej¨® claro que "el Ayuntamiento mantendr¨¢ la consideraci¨®n de situaci¨®n de emergencia hasta que no acabe el realojo". Mientras, los t¨¦cnicos visitan a diario a los afectados para resolver las incidencias que se puedan producir: desde la necesidad de comedor escolar hasta el traslado de un anciano al ambulatorio.
"Con las familias fuera del edificio y el derribo en marcha estamos m¨¢s aliviados, pero la preocupaci¨®n no ha desaparecido", se?al¨® Cuervo.
Despu¨¦s de casi medio siglo viviendo en el Tur¨®, el derribo de la manzana Q provoca entre sus vecinos una sensaci¨®n agridulce. "De pena y alegr¨ªa. Por un lado nos quitamos un peso de encima, pero por otro entendemos que la precipitaci¨®n no es la mejor forma de marcharse", resum¨ªa, c¨¢mara de fotos en mano, el presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos, Antonio Silva.
La asociaci¨®n ha creado una comisi¨®n de vecinos afectados para actuar de interlocutores y "controlar el proceso de realojo", del Ayuntamiento.
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