Anacoretas
Dos excursionistas inexpertos se extraviaron el pasado domingo por parajes agrestes de La Pedriza. Pudieron salvarse gracias a la intervenci¨®n providencial de un eremita que reside por aquellas espesuras. Se sabe poco acerca del eremita, pero s¨ª se sabe que por los riscos del Guadarrama vive un n¨²mero indeterminado de solitarios y montaraces de diverso calibre. Los hay para todos los gustos, desde el delirio santero de velas e im¨¢genes hasta la misantrop¨ªa pura y dura, pasando por la adicci¨®n al soliloquio y la soledad. Tambi¨¦n hay por all¨ª personas que no disponen de nada de nada, y se agazapan en los picachos esperando mejor ventura, comiendo bayas y atrapando bichos diversos. Monta?eros habituales de la sierra corroboran la existencia de nuevos trogloditas. Todo parece indicar que en la Comunidad se multiplican los ermita?os ocasionales, gente que prefiere convivir consigo misma y con las bestias, lejos del mundanal ruido, telebasura, tertulianos, culebrones y filibusteros.
La cosa no carece de tintes buc¨®licos y pudiera tentar razonablemente a esp¨ªritus inquietos mosqueados con la civilizaci¨®n y el trapicheo infame de la vida. Las autoridades deben saber que hay mucha gente mosqueada y al borde del hast¨ªo. Las autoridades deben saber que hay muchos ciudadanos con el alma asfixiada. A poco que nos provoquen ustedes, agarramos el hatillo y nos vamos a los monta?as al encuentro de nuevas aventuras m¨¢s excitantes. Conozco a una persona que ayer mismo se fue a inspeccionar la zona de El Escorial de cara a un pr¨®ximo domicilio asilvestrado. La operaci¨®n es una opci¨®n muy l¨®gica. Dentro de nada ya no va a quedar libre de impuestos ni un pe?asco, ni una encina, ni un nido de buitres.
Ma?ana es San Ant¨®n, patrono de los bichos y uno de los primeros anacoretas del cristianismo, en el siglo IV. En la iglesia de San Ant¨®n, en la calle de Hortaleza, se bendice en este d¨ªa a todo animal que por all¨ª se presente. Vayamos todos all¨ª a ver si dejamos de ser bestias de una vez por todas.
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