Negociaci¨®n
Ibarretxe es un pol¨ªtico de raza. Sabe que el sentido de la oportunidad a menudo vale m¨¢s que el contenido de los actos. En consecuencia, ha elegido estas fechas para presentar su plan y para lanzar a los cuatro vientos su irrecusable propuesta de negociaci¨®n.
En cuanto empiezan las rebajas de enero, el buen consumidor pierde la chaveta. Compra sin tasa, y en especial compra ropa que no necesita, o que necesita pero no es de su talla, o que, incluso con una rebaja de hasta el 50%, vale un dinero del que no puede disponer alegremente. Todo porque una palabra m¨¢gica avala su desatino. Como el carnaval en la Edad Media era el periodo destinado al desenfreno, las rebajas son ahora el periodo que el sentido com¨²n concede al despilfarro. Ma?ana, ya veremos.
La oferta especial de Ibarretxe se ajusta a este modelo. Con la palabra negociaci¨®n, que repite una y otra vez, s¨®lo pretende desinhibir la cautela del comprador ante el producto que nos quiere colocar, porque es obvio que el producto en s¨ª, al menos para Ibarretxe, es innegociable. No se trata de negociar el plan, sino de aceptarlo o atenerse a las consecuencias. La disyuntiva es s¨ª o s¨ª. Lo ¨²nico negociable es el procedimiento formal y los plazos. A cambio, una posible soluci¨®n a un problema que, en definitiva, se reduce a la cesaci¨®n de la violencia armada. De lo dem¨¢s no se habla. Por supuesto, Ibarretxe no puede garantizar esta contraprestaci¨®n, puesto que su partido es soberanista, pero est¨¢ desvinculado de un sector violento que no reconoce ninguna autoridad ni parece dispuesto a entregar las armas. Y aunque el PNV pudiera garantizar que ya no habr¨¢ m¨¢s violencia, esta garant¨ªa s¨®lo valdr¨ªa para Espa?a, porque una vez realizada la secesi¨®n, lo que pasara en Euskadi ser¨ªa de su exclusiva incumbencia en virtud del principio de no injerencia en los asuntos internos de otros Estados que consagra la Carta de las Naciones Unidas.
Sin embargo, estamos en enero y estas consideraciones no pueden vencer el reclamo de la palabra m¨¢gica: negociaci¨®n. Con esta f¨®rmula, Ibarretxe conf¨ªa en que la opini¨®n p¨²blica reaccionar¨¢ como reacciona ante las rebajas el buen consumidor, que harto de gastar mucho, sigue comprando, porque confunde gastar menos con dejar de gastar.
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