El Ej¨¦rcito indonesio obstaculiza la ayuda de la ONU a las v¨ªctimas del maremoto
Los trabajadores humanitarios se quejan de la excesiva centralizaci¨®n impuesta por los militares
El Ej¨¦rcito indonesio, encargado de centralizar la ayuda a los damnificados por el maremoto, ha mantenido el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU paralizado m¨¢s all¨¢ de las principales ciudades de la costa oeste de Sumatra: Banda Aceh y Meulaboh. Los militares controlan la distribuci¨®n de comida propia y extranjera e impiden la intervenci¨®n de la ONU. "Ahora tenemos comida para 10 d¨ªas. Cuando se acabe, ya veremos lo que hacemos", dice el coronel Geerhan Lantara, responsable militar en la zona.
Los trabajadores humanitarios se quejan de la excesiva centralizaci¨®n de la ayuda por parte de las fuerzas armadas y alegan que la ayuda indonesia, compuesta casi exclusivamente de arroz, es insuficiente e incompleta, aunque reconocen que tampoco ellos est¨¢n en condiciones de suministrar otros alimentos, de momento. Varias organizaciones m¨¦dicas han detectado la falta de vitaminas y anemia en los desplazados por la cat¨¢strofe, y el propio Ej¨¦rcito alerta de la necesidad de atenci¨®n sanitaria en muchas zonas.
"Hay comida disponible [casi 10.000 toneladas], pero no hay barcos para llevarla a donde hace falta", sostiene el organizador de la Oficina de Coordinaci¨®n de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Meulaboh, Daniel Augstburger. Hasta ahora, el programa mundial de alimentos de la ONU no ha podido hacer llegar su ayuda m¨¢s all¨¢ de los alrededores de Meulaboh y Banda Aceh. Muchas carreteras est¨¢n cortadas y el Ej¨¦rcito no acaba de dar el visto bueno al desplazamiento de las agencias humanitarias en la provincia independentista, en conflicto desde 1976.
Interminables negociaciones
Ayer, Ej¨¦rcito y ONG volvieron a enfrascarse en interminables negociaciones en Meulaboh. La ONU y algunas ONG pidieron una autorizaci¨®n militar para trabajar fuera de las ciudades, pero el permiso no vio la luz. "Pueden ir, pero necesitan un helic¨®ptero y adem¨¢s tienen que ir escoltados. Las ONG vienen con proyectos para hacer muchas cosas y luego no tienen infraestructura", se quej¨® Lantara a este diario. Las organizaciones sostienen, sin embargo, que tanto el Ej¨¦rcito de Singapur como el de Estados Unidos est¨¢n dispuestos a proporcionar sus helic¨®pteros (hasta ahora han sido utilizados para distribuir la ayuda del Gobierno). No obstante, los permisos y la puesta a disposici¨®n de los medios de transporte extranjeros no progresan.
Los marines del Ej¨¦rcito de EE UU tampoco han podido desarrollar plenamente los trabajos de asistencia para los que ven¨ªan preparados y se limitan a transportar la comida del Gobierno indonesio a los lugares que ¨¦ste les indica. "En el Fort McHenry [portaaeronaves anclado frente a las costas de Sumatra] tenemos equipos de ingenier¨ªa y excavadoras para arreglar carreteras", explica el coronel Christian Isham, que dirige el contingente en Meulaboh. Ninguno de estos equipos ha tocado todav¨ªa tierra. S¨ª lo ha hecho un reducid¨ªsimo grupo de marines que coordina el despegue y aterrizaje de los helic¨®pteros. El nav¨ªo estadounidense Bonhomme Richard, con 3.000 hombres a bordo, desviado inicialmente de su ruta hacia Irak y que ha permanecido algo m¨¢s de dos semanas frente a Meulaboh, parti¨® ayer de nuevo rumbo al golfo P¨¦rsico. Fuentes militares estadounidenses consideran que el Ejecutivo de Yakarta teme que la opini¨®n p¨²blica indonesia no sea capaz de digerir un desembarco masivo de marines en el pa¨ªs. "Los marines hacen lo que les pedimos. No necesitamos m¨¢s", apunta Lantara, quien a?ade que ahora ha pedido a los militares estadounidenses agua potable de sus barcos.
Las tensiones y la descoordinaci¨®n entre el Ej¨¦rcito y las agencias humanitarias van en aumento desde que la semana pasada el Gobierno indonesio anunciara que el 26 de marzo todos los extranjeros deber¨¢n estar fuera de Aceh. "Hay que dar una oportunidad al Gobierno indonesio para que demuestre lo que vale", dice el coronel Lantara.
Mientras, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud regres¨® tras cinco d¨ªas de evaluaci¨®n sobre el terreno en diversas partes de la costa con datos alarmantes: en Lhokkuret, situado entre Meulaboh y Banda Aceh, al menos el 78% de la poblaci¨®n ha muerto, y de los supervivientes, el 95% ha tenido que desplazarse a otros lugares. Alertan adem¨¢s de graves problemas de salud causados por la falta de agua potable en las zonas rurales, despu¨¦s de que el tsunami inundara los pozos.
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