ICV, un a?o gobernando
El primer aniversario de la firma del Pacto del Tinell obliga a todas las fuerzas pol¨ªticas a realizar su propio balance. Artur Mas, al presentar el de CiU, ha afirmado que los miembros de ICV "son los que se encuentran m¨¢s c¨®modos, porque no pod¨ªan ni so?ar que con tan pocos diputados les tocara tanto pastel". Dejemos de lado que el "servicio al pa¨ªs" que CiU ha prestado durante 23 a?os se ha convertido ahora, visto desde la oposici¨®n, en simple reparto de pastel. Mas tiene raz¨®n, sin embargo, cuando se refiere a la satisfacci¨®n de ICV, de su militancia, y seg¨²n las encuestas, de su electorado. Los motivos, en cambio, distan mucho de ser los citados por el ex conseller en cap.
ICV, a diferencia de los otros componentes del pacto tripartito, defendi¨® durante toda la campa?a electoral, sin ninguna ambig¨¹edad, que su ¨²nico modelo de alianza era la formaci¨®n de una mayor¨ªa de izquierdas con el PSC y ERC. La misma noche de las elecciones, conocidos los resultados, ante un PSC noqueado y una ERC situada todav¨ªa en una ya imposible equidistancia, Joan Saura tranquiliz¨® al electorado de izquierdas con un mensaje de apuesta por un Gobierno tripartito. Podr¨¢ compartirse o no esta opci¨®n, pero nadie puede sentirse enga?ado por una ICV coherente con su mensaje en relaci¨®n con los pactos poselectorales.
La negociaci¨®n de la formaci¨®n del Gobierno no fue f¨¢cil para Iniciativa. Los nueve diputados del grupo ICV-EA eran indispensables para asegurar una mayor¨ªa de izquierdas, pero la necesidad del PSC de atraer a ERC forz¨® un acuerdo en dos fases, al que Iniciativa se incorpor¨® cuando socialistas y republicanos hab¨ªan pactado ya algunos aspectos sustanciales. Sin embargo, la experiencia de ICV en los pactos y gobiernos municipales, y un buen conocimiento del funcionamiento y las potencialidades de la Generalitat nos permitieron introducir prioridades program¨¢ticas fundamentales y entrar en el Gobierno en las condiciones previamente dise?adas: una consejer¨ªa eminentemente pol¨ªtica, dirigida por Joan Saura, que posibilitara visualizar su papel fundamental como m¨¢ximo dirigente del tercer partido integrante del Consell Executiu, y un departamento, Medio Ambiente y Vivienda, que en realidad son dos si se compara con el reparto de funciones en el Gobierno del Estado, desde el que se pudiera contribuir a resolver uno de los principales problemas sociales del pa¨ªs, la vivienda, e impulsar una acci¨®n basada en la sostenibilidad, siguiendo la experiencia de los partidos verdes en distintos gobiernos europeos.
Los contenidos del Departamento de Relaciones Institucionales y Participaci¨®n, unidos a la capacidad de Joan Saura, se han mostrado durante este primer a?o mucho m¨¢s importantes de lo que preve¨ªan algunos: la coordinaci¨®n de la actividad gubernamental en el principal reto de la legislatura, el nuevo Estatut, complementada por el acierto en la definici¨®n de la tarea del Instituto de Estudios Auton¨®micos al servicio de la ponencia redactora, se ha sumado a la revitalizaci¨®n de la comisi¨®n de traspasos y al impulso de la nueva organizaci¨®n territorial y la futura ley electoral. Se est¨¢ abordando por vez primera desde la Generalitat una autentica pol¨ªtica de fomento de la participaci¨®n ciudadana y se van a crear dos instituciones emblem¨¢ticas desde el punto de vista de la izquierda, el Memorial Democr¨¢tico, para desarrollar una acci¨®n p¨²blica de recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica, y el Instituto de la Cultura de la Paz, que har¨¢ llegar a las instituciones la capacidad movilizadora de la sociedad catalana contra la guerra de Irak. En definitiva, todo un ejemplo para los que todav¨ªa creen, equivocadamente, que gobernar consiste simplemente en acumular competencias.
Pero ICV-EA se considera corresponsable de toda la actividad del Gobierno y pretende influir en toda ella, m¨¢s all¨¢ de las ¨¢reas de gesti¨®n que tiene encomendadas. Y quiere hacerlo con plena implicaci¨®n y, al mismo tiempo, con la voluntad de trasladar a las instituciones las inquietudes y los problemas no resueltos que padece y denuncia la sociedad civil. A eso se refer¨ªa Joan Saura cuando alud¨ªa a la necesidad de que ICV tuviera un pie en el Gobierno y otro en la calle. Esa actitud es totalmente distinta a la de tener un pie en el Gobierno y otro en la oposici¨®n. Y aqu¨ª retomamos la importancia de la satisfacci¨®n de formar parte del Consell Executiu y de transmitir esa sensaci¨®n a los sectores sociales identificados con ICV e incluso mas all¨¢. Dif¨ªcilmente se sentir¨¢n bien ubicados los electores de un partido que muestre permanentemente su incomodidad por haber optado por una determinada mayor¨ªa de gobierno. Con la convicci¨®n de haber acertado en la decisi¨®n es factible discrepar, puesto que la pluralidad en el Gobierno es un valor positivo, e incluso asumir que no siempre es posible alcanzar todos los objetivos. Por juego limpio y corresponsabilidad, es necesario tambi¨¦n ser conscientes de los muchos aspectos que, en prioridades tan fundamentales como la educaci¨®n, la sanidad y la preservaci¨®n del territorio, quedan por resolver. Pero esa actitud constructiva permite tambi¨¦n que Iniciativa sea vista como un factor de seriedad y estabilidad a pesar de ser una fuerza pol¨ªtica voluntariamente ubicada en un extremo del arco parlamentario.
Las cosas van bien, pero han de ir mucho mejor. ICV es consciente de las l¨®gicas impaciencias acumuladas y de algunas primeras decepciones. Pero la tarea que tenemos por delante es enorme y nos estimula el apoyo creciente que percibimos en quienes nos votaron e incluso en sectores sociales que hasta hace poco no nos conoc¨ªan o ve¨ªan a ICV lejos de sus opciones de voto. Porque ICV-EA no especula con modificaciones en su pol¨ªtica de alianzas, pero s¨ª aspira a ver aumentado su apoyo social para ganar capacidad de influencia en un Gobierno catalanista y de izquierdas todav¨ªa m¨¢s equilibrado y plural.
Jaume Bosch es vicepresidente de ICV y diputado en el Parlament.
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