Gregorio Ord¨®?ez
El domingo se cumplen 10 a?os del asesinato del concejal del PP y candidato a la alcald¨ªa de San Sebasti¨¢n Gregorio Ord¨®?ez. Aquel crimen supuso un giro en la estrategia de ETA, pero tambi¨¦n el inicio del camino hacia su derrota.
Hasta 1995 la mayor¨ªa de sus v¨ªctimas eran polic¨ªas, militares y ciudadanos an¨®nimos afectados por sus bombas. De las 623 personas asesinadas entre 1978 y 1995, s¨®lo 10 eran pol¨ªticos o cargos p¨²blicos: el 1,6%. Desde entonces ETA ha asesinado a 85 personas, de las que 30, m¨¢s de un tercio, han sido adversarios ideol¨®gicos. Ese cambio de estrategia fue el resultado de un debate iniciado tras la captura de su c¨²pula dirigente en Bidart, en 1992. En uno de los textos discutidos se hablaba de la necesidad de atacar a los pol¨ªticos para que cada uno de los compa?eros de las v¨ªctimas piense "a la vuelta del funeral" que el siguiente puede ser ¨¦l y que "es la hora de encontrar soluciones". O sea: de negociar las contrapartidas pol¨ªticas exigidas por ETA a cambio de una tregua.
Los violencia callejera se integr¨® en esa estrategia como v¨ªa para la "socializaci¨®n del sufrimiento", seg¨²n teorizaci¨®n de la Coordinadora KAS, organismo que asumi¨® la direcci¨®n pol¨ªtica efectiva del tinglado tras la ca¨ªda de la c¨²pula etarra. La ponencia Oldartzen (1995) sistematizaba en particular el papel de esa violencia de acoso para forzar el cambio del PNV hacia el soberanismo. De los 5.134 actos de kale borroka registrados a lo largo de estos 10 a?os, 894 fueron ataques contra sedes, domicilios, negocios o bienes de miembros de los partidos o asociaciones c¨ªvicas opuestos a ETA. Hasta fines de 1997 tambi¨¦n contra los nacionalistas; luego, s¨®lo contra sedes y militantes del PP y del PSOE.
Las agresiones a los ciudadanos que se manifestaban contra los secuestros o portaban el lazo azul y las pintadas intimidatorias contra personas consideradas no afectas pasaron a formar parte de la nueva estrategia, tendente a establecer en la sociedad vasca una frontera entre los amenazados y los indultados por ETA. El efecto buscado era generalizar el temor, sector por sector: profesores, ertzainas, jueces, periodistas; ganar para su causa a los acobardados y arrinconar a los que les hac¨ªan frente. Esa estrategia result¨® eficaz para que el giro soberanista del PNV no encontrase resistencias fuertes en su electorado; pero provoc¨® tambi¨¦n la reacci¨®n de personas que hasta entonces hab¨ªan limitado su oposici¨®n a ETA al ¨¢mbito privado.
Surgieron movimientos c¨ªvicos de resistencia, y la rivalidad entre partidos no nacionalistas pas¨® a segundo plano. En el homenaje a Ord¨®?ez, el 4 de febrero de 1995, participaron, junto a los dirigentes del PP Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Gabriel Cisneros (v¨ªctimas ambos del terrorismo), y la viuda del senador socialista Enrique Casas, ciudadanos particulares con una trayectoria personal muy alejada de la del homenajeado, como Kepa Aulestia y Fernando Savater. "Los adversarios -dijo este ¨²ltimo- nos son imprescindibles porque marcan el l¨ªmite de nuestra cordura". Una idea similar a la expresada por Zapatero el s¨¢bado pasado, tambi¨¦n en San Sebasti¨¢n, en relaci¨®n a Rajoy.
En paralelo a la reacci¨®n ciudadana se pusieron en marcha mecanismos defensivos del Estado de derecho que culminar¨ªan con la suspensi¨®n judicial y posterior ilegalizaci¨®n del brazo pol¨ªtico de ETA. No era admisible que tuviera el estatus legal y la protecci¨®n jur¨ªdica que la Constituci¨®n garantiza a los partidos democr¨¢ticos, incluyendo su financiaci¨®n con fondos p¨²blicos, una formaci¨®n integrada en una trama, ll¨¢mese KAS o MLNV, que consideraba leg¨ªtimo asesinar a los candidatos, representantes electos o miembros de los dem¨¢s partidos. Esa ilegalizaci¨®n, junto a la eficacia policial en Francia y Espa?a, hizo que fuera disminuyendo la incidencia de la coacci¨®n organizada de ETA y su entorno (de 1.113 acciones en 1996 a 126 en 2004), lo que a su vez ceg¨® la principal v¨ªa de reclutamiento de nuevos terroristas.
Al asesinar a Ord¨®?ez, ETA pon¨ªa en marcha un mecanismo que sirvi¨® para reagrupar a todo el nacionalismo en torno al programa de Lizarra; pero puso en marcha tambi¨¦n la din¨¢mica conducente a su propia derrota. Por una parte, se demostr¨® que el miedo es vencible; por otra, que ETA tambi¨¦n lo es si se combina la eficacia policial con la firmeza pol¨ªtica: aplicaci¨®n estricta de las medidas legales y negativa a cualquier negociaci¨®n con ETA. Los principios que defendi¨® Gregorio Ord¨®?ez; por eso lo mataron.
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