La suspensi¨®n de la visita a Tetu¨¢n suscita quejas en la antigua colonia

El segundo viaje de Estado de los Reyes a Marruecos, pa¨ªs que visitaron en 1979, ha contribuido al objetivo b¨¢sico de normalizar unas relaciones sometidas a fuertes tensiones en los ¨²ltimos a?os, aunque no ha producido noticias relevantes en problemas bilaterales clave, como la delimitaci¨®n de aguas territoriales. Su desarrollo ha dejado, sin embargo, algunas sombras.

En Tetu¨¢n se ha manifestado un claro malestar por la cancelaci¨®n de la visita cuando la ciudad ya estaba engalanada para recibir a los Reyes. Don Juan Carlos ten¨ªa empe?o en visitar este punto emblem¨¢tico de la antigua colonia para colocar la primera piedra de una universidad espa?ola llamada a favorecer el desarrollo de una regi¨®n que a menudo se ha considerado desatendida por Rabat.

Seg¨²n la versi¨®n oficial espa?ola, el Gobierno marroqu¨ª sugiri¨® ese mismo d¨ªa que el traslado a Tetu¨¢n complicaba la agenda e incrementaba excesivamente los desplazamientos. Consultado don Juan Carlos, dijo un portavoz de la Casa Real, la parte espa?ola acept¨® la cancelaci¨®n, sobre todo a la vista de que el avi¨®n real no pod¨ªa entrar en el aeropuerto de Tetu¨¢n. Otras fuentes se han hecho eco de que el paso del Rey por esta ciudad hab¨ªa suscitado mucho malestar en la vecina Ceuta, que hubiera querido recibir una visita real a todas luces imposible en este viaje.

La extrema rigidez del protocolo y la seguridad del rey de Marruecos han provocado tambi¨¦n malestar en los periodistas espa?oles desplazados para la visita, que se han visto acarreados con mano firme, de ciudad en ciudad y de espera en espera, generalmente a las puertas de palacios donde se bloquean los tel¨¦fonos m¨®viles, para, finalmente, no poder seguir los actos realizados dentro. Este planteamiento casa mal con la transici¨®n que vive Marruecos, y resulta dif¨ªcilmente compatible con la pr¨¢ctica habitual de la monarqu¨ªa constitucional espa?ola.