Amores contrariados

?De qui¨¦n, de qu¨¦, c¨®mo nos enamoramos? Preguntas de siempre para una propuesta ciertamente innovadora: los cuatro personajes casi omnipresentes de esta ¨²ltima pel¨ªcula del veterano Mike Nichols se enamoran as¨ª, de un flechazo: cuando se conocen, uno tiene su vida afectiva resuelta, otra est¨¢ saliendo de una relaci¨®n compleja, otro no querr¨¢ creer que quien ¨¦l piensa que lo est¨¢ esperando en realidad est¨¢ ah¨ª, por azar, o por una aviesa broma que deviene casi en tragedia. Azares, pues, suprema instancia del enamoramiento y que aqu¨ª, con profusi¨®n pero sin forzar jam¨¢s las cosas, el dramaturgo Patrick Marber, autor de la pieza teatral en la que se basa la pel¨ªcula (y tambi¨¦n guionista), utiliza cuando necesita para hacer que los cuatro se conozcan.

?Qu¨¦ tiene Closer que, a pesar de hablar de una de esas cosas que la literatura, el cine y el teatro han cultivado a lo largo y ancho de sus respectivas historias, la hace una propuesta tan atractiva? Varias. Una es argumental: el hacer que el flechazo, y s¨®lo eso, sea el que comande toda la peripecia, y sin que en ninguna de las cuatro ocasiones en que ocurre se antoje inveros¨ªmil. Otra tiene que ver con la forma que Nichols elige para contar la historia. Cierto, tiene un excelente gui¨®n, lleno de di¨¢logos inteligentes, pero sin duda alguna, suya es la opci¨®n de situar la c¨¢mara en una gran proximidad a los personajes, lo que le permite captar hasta el m¨¢s leve matiz en la expresi¨®n de unos personajes que est¨¢n todo el tiempo presos de sus m¨¢s variados estados de ¨¢nimo.

Y otra m¨¢s: el uso, de una suprema elegancia, de las elipsis, uno de los ejercicios de concreci¨®n narrativa m¨¢s contundentes que este cronista ha visto en el cine comercial en mucho tiempo. Lo dem¨¢s viene solo: la reflexi¨®n sobre la naturaleza ambigua del amor, la concreci¨®n del verdadero car¨¢cter de cada uno de los personajes, incluido, giro de tuerca muy teatral pero muy efectivo, un golpe de efecto final sobre el que el lector agradecer¨¢ sin duda que no le sean dados m¨¢s datos.

El resultado final es una de esas raras pel¨ªculas que rezuman inteligencia por los cuatro costados, con unos actores, espl¨¦ndidos todos, aunque un poco por encima la camale¨®nica, deslumbrante Natalie Portman, y un Clive Owen que se aprovecha magn¨ªficamente de que su personaje es uno de los m¨¢s contundentes de la funci¨®n para hacer con ¨¦l un verdadero recital.