Tres viajeros con el vicio de escribir
Casas, museos y ciudades que recuerdan este a?o a Schiller, Andersen y Verne
Hace 200 a?os fallec¨ªa Schiller y nac¨ªa Andersen; Julio Verne, 23 a?os m¨¢s joven que Andersen, fallec¨ªa hace 100 a?os. Tres personajes muy distintos, unidos por el azar de las fechas y por la pasi¨®n por los viajes.
Sus biograf¨ªas son un trasiego de lugares (no siempre por el placer de pasear) que se aprestan a airear sus huellas. Schiller, que era m¨¦dico, escribi¨®, por ejemplo, una Filosof¨ªa de la fisiolog¨ªa, tratados de ¨¦tica y est¨¦tica, teatro, poemas, libros de historia... Andersen, a quien todos conocen por sus cuentos, estaba emperrado en triunfar como dramaturgo: acab¨® 36 piezas teatrales, y le dio tiempo a escribir adem¨¢s seis novelas, seis libros de viajes y tres autobiograf¨ªas. Verne, que tambi¨¦n se inici¨® como dramaturgo de bulevar, fue publicando la serie de 64 novelas titulada Viajes extraordinarios y a¨²n tuvo tiempo para escribir una Historia de los grandes viajes y de los grandes viajeros, en seis vol¨²menes (1880). Los tres autores, como se ve, estaban bastante interesados en el concepto (alumbrado por la modernidad rom¨¢ntica) del viaje como meta de s¨ª mismo.
Schiller
J. C. Friedrich von Schiller viaj¨® lo que le dejaron y m¨¢s; entonces los intelectuales eran como un bien mueble de su se?or. Se escap¨® de la ciudad alemana de Stuttgart y de su duque para aspirar, en Mannheim, el ¨¦xito de su obra Los bandidos; como el duque lo arrest¨® y le prohibi¨® escribir, huy¨® definitivamente a Turingia, que adopt¨® como hogar de su exilio hasta su muerte. Precisamente en esa regi¨®n del centro de Alemania es donde m¨¢s se va a recordar su aniversario, adem¨¢s de en su ciudad natal, Marbach, donde existe un Museo Nacional de Schiller (www.dla-marbach.de).
Las ciudades de Turingia relacionadas con el poeta son Bauerbach, Jena (fue profesor de su universidad entre 1789 y 1799), Rudolfstadt (all¨ª conoci¨® a su mujer), Dresde (escribi¨® el Don Carlos y la Oda a la alegr¨ªa en una casita de campo) y, sobre todo, Weimar (www.weimar.de), donde vivi¨® en dos ocasiones: entre 1787 y 1790, y desde 1799 hasta su muerte. All¨ª, en la Schillerstrasse, est¨¢ su Casa Museo (www.weimar-klassik.de), que reabrir¨¢ tras una reforma el 29 de enero. Y en la Theaterplatz est¨¢ el Teatro Nacional Alem¨¢n, donde el 9 de mayo el presidente de la Rep¨²blica inaugurar¨¢ el A?o Schiller.
Schiller resulta ser m¨¢s conocido nuestro de lo que cre¨ªamos; baste caer en la cuenta de que ¨¦l es autor de la Oda a la alegr¨ªa (que Beethoven incluy¨® en su novena sinfon¨ªa, y la Uni¨®n Europea ha adoptado como himno oficioso) y que escribi¨® piezas aprovechadas tambi¨¦n por m¨²sicos para armar conocidas ¨®peras, caso del Don Carlo (libreto para Verdi), Guillermo Tell (Rossini) o Turandot (Puccini). Junto con Goethe, Schiller es la cima del clasicismo alem¨¢n, es decir, la fusi¨®n del idealismo y su necesaria expresi¨®n realista.
- www.schillerjahr2005.de.
- www.alemania-turismo.com.
Andersen
Al dan¨¦s Hans Christian Andersen se le conoce sobre todo por sus cuentos infantiles. Los cr¨ªticos actuales sugieren que esas historias no eran tan inocentes: fueron limadas al editarse y en cualquier caso est¨¢n sutilmente envenenadas por los conflictos internos del escritor (por no decir abiertamente, como algunos bi¨®grafos dicen, por una sexualidad reprimida). Historias como la de El patito feo, El soldadito de plomo, La sirenita o La reina de las nieves pueden tener un contenido bruto m¨¢s dirigido a los adultos.
Aparte de releerlo, el mejor homenaje que se le puede hacer a Andersen es visitar su tierra, la dulce Fionia, isla grande que hace de eslab¨®n entre la mayor de Dinamarca, Zeelandia, y la pen¨ªnsula de Jutlandia. All¨ª, en Odense (www.odenseturist.dk), se encuentra su casa (o una que pudo serlo), con fotos, dibujos y recuerdos, y un centro difusor con actividades sobre todo para ni?os (www.odmus.dk). Odense tiene una hermosa catedral y da nombre a un fiordo cercano, pero no tiene mar: el mar hay que buscarlo a pocos minutos, en Munkebo, aldea de pescadores, o en Keterminde, pueblo de cuento que tiene un espectacular Centro Oce¨¢nico, pedag¨®gico y divertido, sobre todo a la hora de cebar a focas y tiburones.
Andersen se pas¨® casi 10 de los 70 a?os de su vida viajando. Realiz¨® no menos de 30 viajes. Viajaba siempre con una soga en la maleta, por si ten¨ªa que escapar de alg¨²n incendio por la ventana. No viajaba en vano: fruto de su periplo m¨¢s largo (baj¨® por Alemania y Austria hasta Italia, cruz¨® a Malta, Grecia y Turqu¨ªa, y regres¨® por los pa¨ªses balc¨¢nicos y el Danubio) es el libro de viajes El bazar de un poeta (1848). En 1851 public¨® En Suecia, y en 1862, En Espa?a, que ahora se va a reeditar con motivo del centenario.
- www.hca2005.com
www.visitdenmark.com.
Verne
Las celebraciones en torno a Julio Verne van a multiplicarse por toda Francia, pero muy especialmente en su ciudad natal, Nantes (www.nantes-tourisme.com), donde va a renovarse el Museo Julio Verne, se van a editar algunas obras olvidadas y se prepara una cascada de actos acad¨¦micos y festejos callejeros (www.julesverne.nantes.fr). De los a?os all¨ª pasados escribi¨®: "Viv¨ª en el traj¨ªn mar¨ªtimo de un gran puerto comercial, meta de salida y llegada de inn¨²meros viajes de largo alcance". Luego fue concejal en Amiens (www.amiens.fr), donde residi¨® hasta su muerte. All¨ª, los homenajes van a culminar con la apertura, en diciembre de 2005, de la Maison de Jules Verne (www.jules-verne.net). En Par¨ªs, el Museo Nacional de la Marina (www.musee-marine.fr) har¨¢ revivir a partir del 9 de marzo al capit¨¢n Nemo y su Nautilus.
De un autor como Verne, lo de menos es saber por d¨®nde movi¨® f¨ªsicamente sus huesos. Porque lo que es la imaginaci¨®n, ¨¦sa s¨ª que la pase¨® del centro de la Tierra a la cara oculta de la Luna, pasando por la circunferencia del globo y el abismo de los mares. Hasta el punto de que algunos estudiosos ven en sus Viajes extraordinarios, m¨¢s que un g¨¦nero viajero, los cimientos de la ciencia-ficci¨®n (junto con las obras de H. G. Wells). Sus historias m¨¢s conocidas: Viaje al centro de la Tierra (1864), De la Tierra a la Luna (1865), Veinte mil leguas de viaje submarino (1869), La isla misteriosa (1870) o La vuelta al mundo en 80 d¨ªas (1873), apoyan esa opini¨®n e invitan, de paso, a viajar como siempre deber¨ªa hacerse: con la mochila de los sue?os.
- www.jules-verne.net.
- www.franceguide.com.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.