Las claves de Camps

Francisco Camps ha hecho algo de lo poco que ya le va saliendo con presteza: disponer movilizaciones, ahora para conmemorar el primer aniversario de la derogaci¨®n del trasvase de las aguas del Ebro. Pero hay que ser prudente con ciertas manifestaciones de naturaleza melanc¨®lica, porque a un pol¨ªtico esas manifestaciones lo pueden arrastrar a la perdici¨®n. En nuestra Comunidad abundan los pol¨ªticos estupefactos, absortos, parados o en estado de levitaci¨®n, seg¨²n se comenta, por falta de asuntos relevantes que solventar en sus plazos, o por exceso de ocurrencias, m¨¢s o menos disparatadas, de nuestros desmemoriados representantes p¨²blicos, particularmente de aquellos que se ocupan en menesteres del gobierno. Sorprende, cuando, de pronto, reaparece Francisco Camps de su retiro y se descubre deslumbrante clavario general: todo est¨¢ bajo su control, porque seg¨²n vocea tiene las claves de la prosperidad, la del modelo institucional y la del arco mediterr¨¢neo, y posiblemente tambi¨¦n la de la m¨¢scara de hierro de la AVL. No se explica muy bien que con tantas claves y un 2005 propicio a su gesti¨®n, seg¨²n ha revelado, muchos de nuestros sectores productivos se encuentren en una inquietante situaci¨®n de crisis. Joan Ignasi Pla, secretario del PSPV, en su reuni¨®n del pacto por el empleo, en el Vinalop¨®, calific¨® a Camps de "presidente del paro", frente al deterioro implacable que est¨¢n experimentando algunas de nuestras m¨¢s tradicionales industrias, en las comarcas alicantinas. Por eso, a la vista de las reticencias del PP a implicarse en un compromiso de aplicaci¨®n de medidas concretas a la empresa valenciana, el dirigente socialista le pidi¨® a Camps que "bajara de las nubes y que volviera a presidir el Consell, sin temor a afrontar entre todos, los problemas". Pero Camps a¨²n no ha abandonado esa atm¨®sfera crispada de congresos y asambleas, que ha soportado durante meses, hasta erigirse en l¨ªder de su partido. Y desde ese liderazgo, tiene que gestionar una autonom¨ªa endeudada y en serias dificultades, que afectan a su econom¨ªa y a su propia identidad, es decir, cuestiones que ha de afrontan sin achantarse m¨¢s de lo prudente y con decisi¨®n. Cierto que aun quedan algunos flecos inc¨®modos en la ciudad de Alicante, como es la presidencia local de los populares y a la que, en un principio, parec¨ªa que se presentaba en solitario Julio de Espa?a, con los avales, seg¨²n el interesado, del portavoz popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, y de Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll, presidente del PP provincial y de la Diputaci¨®n de Alicante. Pero de inmediato surgi¨® una segunda candidatura de signo campista: Jos¨¦ Ram¨®n Garc¨ªa Santos, ex concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Alicante, y a quien no le gustan las etiquetas, y se presenta como renovador. Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll, se decant¨® por las candidaturas ¨²nicas y unidas, y apoy¨® la opci¨®n De Espa?a. El alcalde, Luis D¨ªaz Alperi a quien le parecieron aceptables las aspiraciones de presidente de las Cortes, aprueba la presencia de Jos¨¦ Ram¨®n Garc¨ªa Santos, que se le hace indicio de "democracia interna del partido". Qu¨¦ cosas tienen. Que Camps se provea del tan abultado clavero y abra todas las jaulas.