Batalla campal en N¨¢poles por la detenci¨®n de un jefe de la Mafia
Los vecinos se enfrentan a la polic¨ªa para impedir el arresto
El Gobierno italiano comprob¨® el viernes por la noche cu¨¢l es la fuerza social de la Camorra. Tras detener a Cossimo di Lauro, de 26 a?os, jefe en funciones del clan Di Lauro y acusado de ordenar decenas de asesinatos, los polic¨ªas sufrieron el ataque de m¨¢s de 500 vecinos del barrio napolitano de Scamp¨ªa. Los agentes, que recibieron varios golpes, tuvieron que pedir refuerzos para salir del barrio con el detenido.
"Hay mucha gente, demasiada, que recibe el pan de cada d¨ªa gracias a los delincuentes", se lament¨® el ministro del Interior, Giuseppe Pisanu, quien acus¨® a la administraci¨®n local, de centroizquierda, de no combatir "la disgregaci¨®n social y econ¨®mica".
Cossimo di Lauro era considerado el responsable directo de la guerra mafiosa que en 2004 caus¨® 134 homicidios. Desde que su padre, Paolo di Lauro, Ciruzzo o Milionario, abandon¨® N¨¢poles y se refugi¨® en un lugar desconocido, Cossimo asumi¨® el mando efectivo e hizo frente al intento de escisi¨®n de varias decenas de miembros de la familia. Los secesionistas quer¨ªan quedarse con un pedazo del negocio de la droga, que genera cada semana un beneficio neto estimado en un mill¨®n de euros. El joven Di Lauro orden¨® que la rebeli¨®n fuera ahogada en sangre, y comenz¨® una incontenible cadena de homicidios en la deprimida zona norte de N¨¢poles.
El viernes, la polic¨ªa localiz¨® por fin el escondite de Cossimo di Lauro, gracias a las se?ales emitidas por un m¨®vil que no se utilizaba pero permanec¨ªa encendido. Viv¨ªa en casa de una anciana inv¨¢lida, libre de toda sospecha. Cuando los carabinieri irrumpieron en la vivienda, Cossimo, desarmado, se entreg¨® con tranquilidad y una sonrisa ir¨®nica en los labios. Fuera, en la calle, la gente empezaba a congregarse y a insultar a la polic¨ªa. La salida de los agentes con el detenido desat¨® el furor de la multitud. Con un grupo de mujeres embarazadas por delante, para evitar la reacci¨®n policial, la gente se lanz¨® sobre los carabinieri y les oblig¨® a replegarse en el edificio. Necesitaron tres horas y la llegada de refuerzos para llevarse a Cossimo di Lauro.
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