El Senado de EE UU investigar¨¢ el nuevo espionaje paralelo del Pent¨¢gono
El republicano John McCain exige claridad sobre las intenciones de Rumsfeld
?Ha reinterpretado las normas a su manera el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld? El republicano John McCain va a plantear el asunto en el Comit¨¦ de las Fuerzas Armadas del Senado. Tras la publicaci¨®n de testimonios en The Washington Post sobre el Departamento de Apoyo Estrat¨¦gico, creado hace dos a?os, quiere saber con qu¨¦ base Rumsfeld ha dado al Pent¨¢gono un protagonismo como nunca antes hab¨ªa tenido en operaciones de espionaje en el exterior. El Pent¨¢gono asegura que es normal querer mejorar su informaci¨®n y que no se trata de competencia desleal con la CIA.
Rumsfeld, seg¨²n estos documentos, utiliza el Departamento para cortar con "la casi total dependencia de la CIA" en materia de espionaje. El grupo, seg¨²n el Post, "est¨¢ dise?ado para operar sin que se le pueda detectar y bajo el control directo del secretario de Defensa", y act¨²a "desplegando peque?os grupos de agentes, int¨¦rpretes, expertos en interrogatorios y especialistas t¨¦cnicos, junto a los miembros de los comandos de operaciones especiales". Se cre¨® en 2002 y, seg¨²n los testimonios citados por el diario, ha actuado en Afganist¨¢n, Irak y otros lugares.
Hace una semana el periodista Seymour Hersh describi¨® el creciente papel de las operaciones clandestinas del Ej¨¦rcito en el extranjero como una decisi¨®n de Bush para "esquivar las restricciones legales que sujetan a la CIA". El Post reproduce ahora un documento interno del 17 de octubre de 2001 -a punto de empezar la guerra de Afganist¨¢n- enviado por Rumsfeld al general Myers, jefe de las fuerzas armadas de EE UU, en el que se dice: "?El hecho de que Defensa no pueda hacer nada sobre el terreno en Afganist¨¢n hasta que la gente de la CIA no prepare el terreno sugiere que carecemos de una capacidad que necesitamos? Espec¨ªficamente, dada la naturaleza del mundo en el que vivimos, ?no es inconcebible que Defensa no est¨¦ en una situaci¨®n de casi independencia de la CIA en situaciones como ¨¦sta?".
Lawrence DiRita, portavoz del Pent¨¢gono, asegur¨® el domingo que "no existe ninguna unidad de operaciones clandestinas como la descrita que dependa directamente del secretario de Defensa". La embarullada explicaci¨®n la complet¨® DiRita diciendo que lo que s¨ª es cierto "y no deber¨ªa resultar sorprendente, es que Defensa trate de mejorar su capacidad de espionaje" siguiendo las recomendaciones de la comisi¨®n del 11-S.
Pero McCain, el republicano m¨¢s independiente del Senado, no acepta la explicaci¨®n y cree que lo ocurrido se debe a "la frustraci¨®n con la CIA sobre los fracasos" en el espionaje. McCain, que calific¨® a la CIA el pasado a?o de "organizaci¨®n disfuncional", ha anunciado que el Senado investigar¨¢ la aparente invasi¨®n de competencias del Departamento de Apoyo Estrat¨¦gico. Chuck Hagel, otro republicano, se ha mostrado "preocupado por la concentraci¨®n de poder en pocas manos", dirigiendo sus dardos contra Rumsfeld.
La actuaci¨®n independiente de las Fuerzas Especiales del Pent¨¢gono viene de lejos y se multiplic¨® despu¨¦s del 11-S y la guerra de Afganist¨¢n. Como record¨® ayer en la CNN el antiguo miembro de inteligencia militar Pat Lang, "lo que es nuevo es que la historia haya llegado a los peri¨®dicos".
Un ladrillo de recuerdo
En una de las entrevistas que George W. Bush concedi¨® a Bob Woodward y que forman parte de su libro Plan de ataque se lee: "El presidente me dijo que en su oficina privada guardaba un ladrillo que una unidad de las Fuerzas Especiales le hab¨ªa tra¨ªdo de la primera operaci¨®n militar en Afganist¨¢n despu¨¦s del 11-S. Pertenec¨ªa al campamento del Mul¨¢ Omar, el l¨ªder talib¨¢n". El papel de esas fuerzas especiales en guerras no es nuevo: ya en 1990, Wolfowitz, ahora n¨²mero dos del Pent¨¢gono, propuso que actuaran en el oeste de Irak para proteger a Israel, y aunque al entonces secretario de Defensa, Dick Cheney, le gust¨® la idea -dice Woodward- la iniciativa no cuaj¨® porque no le gust¨® al general Schwartzkopf, jefe del Mando Central.
Despu¨¦s del 11-S y de la r¨¢pida guerra de Afganist¨¢n -precedida por el despliegue de 115 agentes de la CIA y 300 comandos especiales del Pent¨¢gono- Rumsfeld pidi¨® a Tommy Franks, sucesor de Schwartzkopf, propuestas para la nueva situaci¨®n, con la vista ya puesta en Irak. Franks present¨® esas ideas a Bush el 28 de diciembre de 2001, y el segundo de sus siete puntos defiende el uso de "guerra no convencional con Fuerzas de Operaciones Especiales" por haber demostrado "posibilidades muy amplias por su rapidez y secretismo".
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