Adi¨®s al infierno de Indonesia
Cooperantes espa?oles inician el viaje de regreso tras ayudar a las v¨ªctimas del maremoto
Unos 50 cooperantes espa?oles partieron ayer de Banda Aceh, tras atender durante tres semanas a v¨ªctimas del tsunami en varios hospitales de la capital de la provincia indonesia de Aceh. Se van cansados, pero satisfechos de haber participado en la misi¨®n humanitaria en la zona m¨¢s castigada por el maremoto, en la que se ha cobrado m¨¢s de 174.000 vidas. Fernando Prados, coordinador del servicio del SAMUR, explic¨® que consideran terminada la fase de emergencia y que es hora de regresar.
Entre los trabajadores humanitarios que salieron ayer de Sumatra se encuentran miembros del SAMUR, de los Bomberos de C¨®rdoba, del SAMU de Sevilla y de la Sociedad Espa?ola de Medicina de Cat¨¢strofes (Semeca). Los trabajadores humanitarios cuentan que su desembarco en Aceh despert¨® mucha curiosidad, que la gente se agolp¨® contra las verjas del aeropuerto para ver bajar a los extranjeros vestidos con chalecos reflectantes y grandes cajas de material. Semanas despu¨¦s, los habitantes de Banda Aceh les reconoc¨ªan por la ciudad y agradec¨ªan su trabajo. "Todos nos sonr¨ªen y nos saludan por la calle, parecemos los borbones", asegur¨® Manuel Tom¨¢s, un enfermero catal¨¢n de 48 a?os y uno de los diez miembros del Semeca que viaj¨® a Indonesia.
Muchos de estos cooperantes, curtidos en anteriores cat¨¢strofes, aseguran, sin embargo, que nunca hab¨ªan visto algo como lo sucedido en Aceh. "Lo que m¨¢s me ha impresionado ha sido ver a estas alturas [casi un mes despu¨¦s del maremoto] cientos de cad¨¢veres en la calle. Un d¨ªa vimos el cuerpo de una mujer abrazado a una palmera. Nadie lo hab¨ªa recogido", cuenta Jaime Rosas, de 37 a?os, uno de los cuatro bomberos cordobeses que han montado el hospital de campa?a instalado hasta ayer en el aeropuerto militar de Banda Aceh. Al puesto del aeropuerto llegaban los heridos que tra¨ªan los marines en helic¨®ptero desde zonas aisladas de la costa.
Los espa?oles han trabajado adem¨¢s en las urgencias del hospital central de Banda Aceh y han instalado un centro de salud en la antigua facultad de Medicina. Casi todos coinciden en que lo m¨¢s duro ha sido ver morir a los ni?os. "Cr¨ªos que en Espa?a hubieran tenido posibilidad de salvarse, aqu¨ª se han muerto. Muchos ten¨ªan infecciones respiratorias porque les hab¨ªa entrado el agua del mar, mezclada con tierra en los pulmones", dijo Tom¨¢s. "Varios ni?os de entre ocho y diez a?os han muerto por infecciones, aqu¨ª no hay cuidados intensivos y no les pod¨ªamos ni entubar. Tampoco ten¨ªamos material para hemocultivos para saber qu¨¦ enfermedad causaba las infecciones. Una de las ni?as que muri¨® hab¨ªa perdido a su madre y a sus dos hermanos. S¨®lo quedaba el padre con ella y lo ¨²nico que pudimos hacer fue espantarle las moscas a su hija. El sentimiento de impotencia es enorme", se lamenta Ferm¨ªn Garc¨ªa-Mu?oz, del Servicio de Urgencias de Canarias (SUC), novato en emergencias internacionales. Este pediatra no hab¨ªa visto un caso de t¨¦tano en toda su carrera profesional, y el azar quiso que nada m¨¢s aterrizar en Aceh le tocara atender a una mujer que llevaba dos d¨ªas sentada en una silla, despu¨¦s de haberse clavado un hierro en el pie.
A Pilar Penin, tambi¨¦n enfermera, del servicio de emergencias y Rescate de la Comunidad de Madrid, lo que m¨¢s le sorprendi¨® fue "la capacidad de los enfermos de comunicarse y explicar sin rodeos cu¨¢l era su problema. Aqu¨ª no adornan las cosas, van directos al grano y aguantan much¨ªsimo el dolor". A la comunicaci¨®n les ayud¨® tambi¨¦n una chuleta con las palabras clave (v¨®mito, dolor, aborto, herida...) en indonesio y espa?ol que todos llevaron siempre a mano. El centro de salud que montaron los espa?oles, as¨ª como una farmacia, quedar¨¢ en manos de unos 15 miembros de Semeca que relevar¨¢n a los que se fueron ayer.
Los que s¨ª se quedan en Aceh son los miembros del equipo de la Cruz Roja espa?ola, que tratan y distribuyen agua para la poblaci¨®n, despu¨¦s de que el tsunami contaminara los pozos y el se¨ªsmo resquebrajara el sistema de distribuci¨®n en Meulaboh, en la costa oeste de Sumatra. Tienen previsto permanecer en el pa¨ªs "meses o hasta a?os", seg¨²n ??igo Vila, coordinador del proyecto, quien asegura que piensan reparar las canalizaciones de la ciudad: "Y despu¨¦s, entrenaremos al personal local para que sean ellos los que garanticen el abastecimiento del agua". Hasta el momento, el equipo de Cruz Roja ha distribuido m¨¢s de tres millones de litros de agua en Meulaboh. Por su parte, el equipo espa?ol de M¨¦dicos del Mundo continuar¨¢ atendiendo a enfermos durante varios meses m¨¢s, en Calang, una de las poblaciones m¨¢s pr¨®ximas al epicentro del se¨ªsmo.
Algunos permanecen
Entre los que se quedan en la zona de Indonesia m¨¢s afectada por el maremoto est¨¢n C¨¦sar Fern¨¢ndez y Koldobika Salas, dos espa?oles que se conocieron hace menos de un mes en Yogyakarta (en la isla indonesia de Java) y que decidieron viajar hasta Aceh tras tener noticias del desastre. Fern¨¢ndez estaba dando la vuelta al mundo cuando lleg¨® la ola y Salas estudiaba relaciones internacionales en Yogyakarta. Ambos suspendieron sus proyectos y se unieron a una asociaci¨®n de estudiantes indonesios de Aceh con los que reparten comida y ropa a los desplazados por la tragedia. "Tenemos la ventaja de que podemos acceder a zonas a las que otras organizaciones no llegan porque el Ej¨¦rcito les exige permisos. A nosotros, ir con los indonesios nos abre todas las puertas", asegur¨® Salas, sentado en la parte trasera de un cami¨®n a su paso por Cot Keieng, uno de los cuarteles generales del independentista Movimiento para un Aceh Libre (GAM).
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