"No vamos a tener una guerra civil, seguiremos siendo una naci¨®n"
En marzo de 2003, Raya¨¢ al Juzai dirig¨ªa el hospital Materno-Infantil de Diwaniya, con un salario oficial de un euro al mes. Cuando EE UU se puso a buscar figuras locales con capacidad de liderazgo, la doctora Raya¨¢, como todos la conocen, destac¨® en un entorno que muchos creyeron exclusivo de los hombres. Form¨® parte del Consejo de Gobierno, pero acept¨® no estar en el Gobierno provisional. Hoy, a sus 58 a?os, ocupa el puesto n¨²mero nueve de la lista 285, la del Acuerdo Nacional Iraqu¨ª que dirige el primer ministro, Ayad Alaui. Es de los pocos candidatos cuyo nombre ha sido conocido desde el principio.
Pregunta. ?Por qu¨¦ se uni¨® usted a la candidatura de Alaui?
Respuesta. Le conozco desde la facultad; ambos estudiamos Medicina y est¨¢bamos en el mismo curso. Ya entonces era un joven con inclinaciones pol¨ªticas. Luego coincid¨ª con ¨¦l en el hospital Kingston, en Londres, y en el Consejo de Gobierno. Tiene una gran formaci¨®n y viene de buena familia, as¨ª que no necesita robar. Est¨¢ trabajando por Irak, por la unidad de Irak, que es lo que queremos los iraqu¨ªes, y no tiene lealtades hacia otros pa¨ªses.
P. ?Ha podido hacer campa?a con libertad?
R. No realmente. La seguridad es muy precaria y no tengo un coche blindado, lo cual es muy peligroso. Fundamentalmente he ido a lugares donde me siento segura, como cl¨ªnicas privadas y centros sociales. No quiero arriesgarme. Tengo un gran equipo, compuesto sobre todo por mujeres, que promocionan mi candidatura por todo el pa¨ªs. Me informan un par de veces a la semana y son muy valientes. Mientras mi ch¨®fer se niega a transportar las octavillas y las pegatinas al sur por temor a que los insurgentes le registren en Latifiya, ellas, que se trasladan en taxi, se llevaron el otro d¨ªa 5.000 folletos electorales.
P. Con parte de la poblaci¨®n contraria a las elecciones y el resto sin apenas informaci¨®n sobre los candidatos, ?tendr¨¢ legitimidad el resultado?
R. ?Qu¨¦ m¨¢s podemos hacer? No tenemos otra elecci¨®n. Necesitamos obtener la legitimidad en las elecciones para al menos poder trabajar con libertad en la Asamblea Nacional y redactar la Constituci¨®n permanente. Tenemos que nombrar a nuestros propios ministros. En junio, fueron Bremer y Brahimi los que decidieron. Y tambi¨¦n establecer un calendario para que las fuerzas multinacionales vuelvan a sus casas. Eso s¨®lo puede hacerlo un Gobierno elegido, no uno designado. El Gobierno de Transici¨®n ser¨¢ el primer paso y entonces se podr¨¢n convocar unas elecciones.
Es la primera vez. No tenemos experiencia.
P. Usted se ha destacado como defensora de los derechos de la mujer iraqu¨ª. ?Qu¨¦ opina sobre el papel de la shar¨ªa en la Constituci¨®n?
R. Empiezo a preocuparme. El a?o pasado ya tuvimos que luchar para que no entrara en vigor el decreto 137 del Consejo de Gobierno con el que pretend¨ªan que el derecho de familia pasara del c¨®digo civil al ¨¢mbito religioso. Nos cost¨® mucho trabajo y usted recordar¨¢ las amenazas que sufrimos por parte de los extremistas. Me preocupa que la candidatura islamista se presente con la foto del ayatol¨¢ Sistan¨ª y diga que tiene su apoyo. La gente sencilla se lo cree y va a votarles... Nos van a dar mucho trabajo.
P. Los ¨²ltimos ataques de los rebeldes se han dirigido contra la comunidad chi¨ª, a la que usted pertenece. ?Teme que se desate una guerra civil?
R. No, no vamos a tener una guerra civil. Toda la prensa repite esa amenaza, pero ¨¦ramos una naci¨®n y seguiremos siendo una naci¨®n.
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