"Lo importante es el m¨²sico, el instrumento queda siempre en segundo plano"
En 1975 un disco de la entonces (y todav¨ªa hoy) idolatrada ECM presentaba a un joven guitarrista de Misuri, 21 a?os a la saz¨®n. Una vez m¨¢s el olfato de Manfred Eicher, alma m¨¢ter de la discogr¨¢fica alemana, volvi¨® a mostrarse inapelable: Bright Size Life no fue un gran ¨¦xito de ventas pero puso sobre la palestra a dos nombres que inmediatamente se convertir¨ªan en pilares incuestionables del jazz contempor¨¢neo: Pat Metheny en su primer disco personal (d¨ªas antes hab¨ªa grabado como sideman de Gary Burton) y un joven y tambi¨¦n desconocido Jaco Pastorius en su primer trabajo serio (mejor olvidar sus colaboraciones anteriores). Les acompa?aba el bater¨ªa Bob Moses, el tr¨ªo ten¨ªa dos a?os de vida y dispuso de seis horas para grabar su disco.
Treinta a?os despu¨¦s, Pat Metheny ha empleado varios meses para escribir junto a su inseparable Lyle Mays su nueva obra y otro tanto para dejarla grabada en disco: The Way Up (Nonesuch/Warner) acaba de aparecer en las tiendas puntuando por todo lo alto esas tres d¨¦cadas de trabajo tan intenso como riguroso, casi estajanovista. "Lo m¨¢s importante de estos treinta a?os ha sido el placer de haber podido hacer siempre la m¨²sica que me gustaba, la que en cada momento sent¨ªa como m¨ªa y, sobre todo, poder hacerla sin presiones de ning¨²n tipo", explica Pat Metheny con su proverbial amabilidad y sin denotar el cansancio de haber respondido en centenares de ocasiones a esa pregunta. "Adem¨¢s, he tenido la suerte de poder tocar con los mejores m¨²sicos del mundo, un verdadero placer". Sonny Rollins, Steve Reich, Ornette Coleman, Joni Mitchell, Herbie Hancock, Michael Brecker, Derek Bailey, Charlie Haden... Un abanico de colaboradores tan amplio como dispar al que deber¨ªan a?adirse las mil facetas personales de Metheny que pueden ir desde el folk suave hasta la distorsi¨®n guitarr¨ªstica m¨¢s apabullante, del jazz convencional a la pura improvisaci¨®n libre, de la tradici¨®n a la vanguardia sin soluci¨®n de continuidad.
Cada disco de Pat Metheny es radicalmente diferente al anterior. "No es que sean diferentes, simplemente reflejan distintos estados de ¨¢nimo", comenta el guitarrista. "No podr¨ªa hacer todo el tiempo la misma cosa, los sentimientos son diferentes en cada momento pero, a pesar de ello, creo que existe como una idea, un sonido personal que lo engloba todo y que le confiere unidad. Tampoco creo que mis seguidores puedan confundirse por la disparidad aparente de mis discos. Yo los veo cada uno como una obra ¨²nica y as¨ª deben contemplarse".
The Way Up no escapa a esa disparidad. "No es un disco formado por temas cortos, se trata de una sola composici¨®n que se va desarrollando y evolucionando a lo largo de todo el disco. No es una suite en sentido estricto sino un tema que camina por parajes muy diferentes. Al escribirlo con Lyle [Mays] quer¨ªamos huir del encorsetamiento del espacio y del tiempo. Adem¨¢s, pudimos trabajar mucho en el estudio y probar diversas sonoridades aqu¨ª y all¨¢, introducir diferentes guitarras y sonidos de sintetizador. En realidad la pieza fue cambiando durante la grabaci¨®n. En ese aspecto es un disco m¨¢s producido que los anteriores y posiblemente el trabajo m¨¢s ambicioso hasta la fecha del Pat Metheny Group.
Hablar de The Way Up significa volver a hablar de etiquetas ya que influencias como las de Steve Reich u Ornette Coleman flotan a lo largo de los casi setenta minutos de grabaci¨®n. "Busc¨¢bamos un minimalismo muy cercano, por eso incluso grabamos algunos fragmentos en plena calle para notar esa pulsi¨®n. De todas formas se trata de un disco de jazz, por supuesto. El jazz es una manera de acercarse a la m¨²sica y de vivirla, interpretarla y o¨ªrla".
Una vez m¨¢s, Pat Metheny mezcla descaradamente los conceptos ac¨²stico, el¨¦ctrico y sintetizado, y utiliza con absoluta naturalidad diferentes tipos de guitarra, algunas fabricadas especialmente para ¨¦l por la luthier Linda Manzer, incluida una espectacular guitarra de 42 cuerdas. "La guitarra ac¨²stica y la el¨¦ctrica son diferentes pero no tanto. La t¨¦cnica cambia pero la manera de enfocar la m¨²sica no creo que pueda cambiar tanto. Yo utilizo diversas guitarras y sintetizadores, pero siempre como herramientas para crear la m¨²sica que en cada momento tengo en la cabeza. Procuro no estar nunca al servicio del instrumento, sea cual sea, sino que el instrumento me sirva para materializar esas ideas. Son puras herramientas".
Este nuevo disco significa
tambi¨¦n el regreso del tan celebrado Pat Metheny Group (las primeras trazas de la banda las encontrar¨ªamos en el disco Watercolors de 1978, o sea, m¨¢s de un cuarto de siglo de vida) tras algunos trabajos de ¨ªndole m¨¢s jazz¨ªstica o experimental como su anterior One Quiet Night en el que simplemente utilizaba una guitarra bar¨ªtono. "El grupo ha cambiado poco. La base es la misma: Lyle Mays y Steve Robdy. El trompetista Coung Vu y el bater¨ªa Antonio S¨¢nchez llevan ya un tiempo con nosotros. Es el segundo disco que hago con S¨¢nchez y dentro de poco saldr¨¢ un tercero en tr¨ªo con el contrabajista Christian McBride. En The Way Up la novedad es que, por primera vez, he incluido a un int¨¦rprete de arm¨®nica: Gregoire Maret. Hab¨ªa tocado antes con Toots Thielemans, pero nunca hab¨ªa tenido de forma continuada un armonicista en mi banda. Tampoco es un gran cambio porque no escog¨ª a Gregoire porque tocara la arm¨®nica sino porque me interesaba como m¨²sico, es un gran m¨²sico. En realidad siempre suele ser as¨ª, lo importante es el m¨²sico y el instrumento queda siempre en segundo plano". Esta misma banda est¨¢ a punto de embarcarse en una nueva gira mundial que comenzar¨¢ el 18 de febrero en Toronto. "Creo que pasaremos por Espa?a a finales de junio m¨¢s o menos", concluye Pat Metheny a modo de despedida. Una cita para anotar en las agendas.
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