Un militarismo arrogante
El brit¨¢nico Michael Mann, actualmente en la Universidad de Los ?ngeles, es uno de los m¨¢s significados representantes de la disciplina acad¨¦mica conocida como "sociolog¨ªa hist¨®rica", que con una metodolog¨ªa comparada pretende obtener generalizaciones sobre la evoluci¨®n seguida por las sociedades a lo largo de su modernizaci¨®n, centrando su inter¨¦s en el desarrollo econ¨®mico y la construcci¨®n del Estado. Su obra cumbre es el herc¨²leo intento de emular a Weber reconstruyendo el itinerario de las relaciones de poder a escala global, proyecto de largo aliento titulado Las fuentes del poder social del que hasta ahora han aparecido los dos primeros vol¨²menes, el primero subtitulado Una historia del poder desde los comienzos hasta 1760 (Alianza, 1991) y el segundo, El desarrollo de las clases y los Estados nacionales, 1760-1914 (Alianza, 1997); el tercer volumen, previsto como Globalizaciones, a¨²n no ha aparecido. Pero adem¨¢s de esta proeza erudita, Michael Mann es citado sobre todo por su clasificaci¨®n de las cuatro fuentes o dimensiones del poder que da t¨ªtulo precisamente a su obra magna: el poder militar fundado en la coerci¨®n, el poder econ¨®mico en el capital, el poder pol¨ªtico en la autoridad organizada y el poder ideol¨®gico en la influencia cultural.
EL IMPERIO INCOHERENTE. Estados Unidos y el nuevo orden internacional
Michael Mann
Traducci¨®n de Francisco Beltr¨¢n Adell
Paid¨®s. Barcelona, 2004
319 p¨¢ginas. 20 euros
Pero al margen de su trabajo acad¨¦mico, Michael Mann tambi¨¦n es un ciudadano activo de orientaci¨®n progresista, que frecuentemente participa tomando partido en las crisis y pol¨¦micas de la actualidad pol¨ªtica. Es lo que ha hecho con frecuencia desde que los acontecimientos de septiembre de 2001 proporcionaron a Washington el pretexto que buscaba para emanciparse de la ONU y tomar directamente el control militar del planeta. De ah¨ª que ahora nuestro autor haya publicado este h¨ªbrido de panfleto y ensayo donde cuestiona con acritud la presente aventura militar de Estados Unidos en Oriente Pr¨®ximo, denunciando no s¨®lo sus efectos perversos sobre sus muchas v¨ªctimas civiles, sino tambi¨¦n sus efectos contraproducentes sobre los propios intereses globales de Estados Unidos.
Para ello nuestro autor anali-
za lo que llama el nuevo imperialismo estadounidense surgido tras el fin de la guerra fr¨ªa, descomponi¨¦ndolo en cada una de las cuatro dimensiones antes se?aladas que constituyen sus cuatro fuentes del poder: su gigantismo militar, dada la abrumadora superioridad de que dispone en capacidad ofensiva; su persistente influencia econ¨®mica en t¨¦rminos no ya productivos pero s¨ª todav¨ªa tecnol¨®gicos y sobre todo financieros; su esquizofrenia pol¨ªtica, dada su indecisi¨®n entre el unilateralismo y el multilateralismo; y su declinante primac¨ªa ideol¨®gica, s¨®lo sostenida por el espejismo de la industria cultural, pero cada vez m¨¢s cuestionada por el etnonacionalismo y el fundamentalismo religioso.
Y el balance final coincide con el an¨¢lisis de Emmanuel Todd sobre la decadencia de Estados Unidos (Despu¨¦s del imperio, Foca, 2003), ya que se inclina por negar el pretendido alcance imperial del poder estadounidense para reducirlo a un mero militarismo contraproducente. No hay aut¨¦ntico imperio porque Estados Unidos es incapaz de alcanzar una verdadera hegemon¨ªa leg¨ªtima, que exige su rutinaria aceptaci¨®n por parte de todos los sometidos a un poder entendido como incuestionable. Y no lo hay porque Estados Unidos es cada vez m¨¢s contestado en todos los campos excepto en el militar convencional, lo que no excluye un creciente desaf¨ªo terrorista imposible de contener. De ah¨ª que, al no ser capaces de imponer su hegemon¨ªa cultural y pol¨ªtica, Estados Unidos se ve obligado a recurrir a su militarismo arrogante, por lo dem¨¢s s¨®lo esgrimido contra enemigos incapaces de defenderse. Pero ese militarismo tiene pies de barro, pues su carest¨ªa no puede ser sufragada por una econom¨ªa estadounidense cada vez m¨¢s endeudada, que pasa a depender de la benevolencia de sus acreedores externos coloc¨¢ndose as¨ª en poder de ¨¦stos.
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