Viejos rockeros en La Habana
Alina Sardi?as retrata a los marginados que optaron en Cuba por el rock como filosof¨ªa, orgullosos en sus peque?os rincones de su lucha de resistencia
Cuando conoc¨ª a Alina Sardi?as en La Habana en el a?o 2004, entre los c¨ªrculos art¨ªsticos era conocida como la fot¨®grafa del Malec¨®n por sus fotograf¨ªas en blanco y negro sobre esa pasarela curvada en la que chocan la espera y los deseos de la gente. Tiempo despu¨¦s se especializ¨® en retratar los juegos de la calle de los m¨¢s peque?os. Su amor por La Habana y los temas sociales la llev¨® en 2019 a empezar un proyecto focalizado en los rockeros de edad avanzada y en c¨®mo han sobrevivido en un pa¨ªs en el que han sido silenciados. Este proyecto tuvo como colof¨®n la exposici¨®n Light my fire en el Centro Provincial de Artes Pl¨¢sticas y Dise?o de La Habana. Parec¨ªa que la historia culminaba entonces, pero se extendi¨® y sigue m¨¢s viva que nunca porque con el tiempo se ha convertido en un work in progress que sigue atrayendo a gente de todos los barrios de la ciudad y m¨¢s all¨¢.
Alina Sardi?as (La Habana, 1969) se ha entregado al ruido silencioso de las habitaciones de rockeros y metaleros para los que la m¨²sica rock y heavy ha sido pasi¨®n, refugio, pilar frente al futuro limitado y predecible y, en algunos casos, condena, y que han sido ellos mismos frente a las normas establecidas y las proclamas pidiendo sacrificio. Toda una exaltaci¨®n a la valent¨ªa (o a la utop¨ªa) de mantener la personalidad, la actitud, la ropa. El proyecto Light my fire es, sobre todo, un homenaje a esas contadas personas que a pesar del gesto esquivo de la sociedad y los golpes de la vida mantienen abiertos los canales de la amistad. Son fotograf¨ªas hechas a personas (consideradas frikis por la mayor¨ªa) de m¨¢s de 50 a?os en sus cuartos, esa peque?a porci¨®n de suelo donde han resistido junto a Elvis, Mick Jagger, Jim Morrison o King Diamond y donde los ¡°otros¡± no se asoman por miedo a la oveja negra.
Alina Sardi?as ha retratado en esta serie la marginaci¨®n de los insumisos. Como ella dice: ¡°Es mirar de frente a personas a las que la sociedad, durante mucho tiempo, mir¨® de soslayo. Y si un trabajo me ha puesto delante de la riqueza y la belleza del ser humano ha sido este¡±.
Son m¨¢s de 30 rostros y varios a?os de empe?o. Rostros de muchachas y muchachos de entonces ¡ªen cuyas arrugas leemos la gracia de la juventud gastada¡ª y de ahora ¡ªsu presente extendido en el que se empe?an en sobrevivir¡ª que optaron por el rock como filosof¨ªa, modelo de ¡°conducta impropia¡± y forma de vida. Seres que fueron sometidos a la incomprensi¨®n social en su momento, y que a¨²n hoy hay quien mira por encima del hombro por su heterodoxia en el vestir y en el pensar, por su escasa aceptaci¨®n a eso que la convenci¨®n llama cordura o vivir correctamente en sociedad. No hay rastro de arrepentimiento en su expresi¨®n y reivindican la orientaci¨®n que otorga el optimismo del ruido eterno.
Belkis, La Renegada, fotografiada en Santa Clara en marzo de 2019, sentada en su cama ante p¨®steres de los Stones y Deep Purple, confes¨® a Alina: ¡°Somos una secta sin profetas, criaturas domesticadas por el poder, que a¨²n so?amos a escondidas¡±. Richard, fotografiado en San Jos¨¦ en 2018, enteramente tatuado y descalzo frente a su colecci¨®n de botas desvencijadas, dijo: ¡°La vida es el comienzo de la mentira, la muerte el comienzo de la verdad¡±. Dyango Pulido, en su habitaci¨®n de La Habana en cuyas paredes no hay un hueco sin una imagen de un grupo de rock, dijo: ¡°Sepan y est¨¦n seguros de que el d¨ªa que la muerte toque a mi puerta estar¨¦ escuchando rock & roll¡±. Octavio AC/DC (as¨ª se hac¨ªa llamar en su pueblo de Caibari¨¦n) asegur¨® antes de morir: ¡°Si vuelvo a nacer, ser¨¦ punk¡±. La pareja formada por Siurad y Roberto fotografiada en Bauta no dudan en afirmar: ¡°Ser rockeros nos ha hecho m¨¢s humanos¡±. David Ozzy se quitar¨ªa la vida meses despu¨¦s de que Alina le hiciera el retrato en esta misma habitaci¨®n de G¨¹ira de Melena escuchando a su ¨ªdolo Ozzy Osbourne.
Tal vez no sean felices, pero no les hace ninguna falta porque son libres en el peque?o rinc¨®n donde esperan el cambio, saltando al vac¨ªo sentados en su cama, sin arrepentimientos
Nabokov escribi¨® que nunca nadie es jam¨¢s tan rico como para revivir su infancia. Estos heroicos rockeros y rockeras se empe?an en mantener su libertad de entonces y una filosof¨ªa com¨²n: la individualidad, la imposibilidad de ser manipulados. Tal vez no sean felices, pero no les hace ninguna falta porque son libres en el peque?o rinc¨®n donde esperan el cambio, saltando al vac¨ªo sentados en su cama, sin arrepentimientos, porque sin duda el entorno en el que viven fortalece la confianza en s¨ª mismos.
Son frikis cubanos de La Habana, del extrarradio y de otras provincias que han posado para esta fot¨®grafa tal como son. Se muestran orgullosos en su deprimido ambiente, abren sus puertas y se presentan sin alardes ni ambages, algunos casi desnudos, porque saben que el m¨®vil de la artista no es la compasi¨®n, ni siquiera la aceptaci¨®n, sino la identificaci¨®n con ellos en su esencia rebelde y, tambi¨¦n, c¨®mo no, la complicidad y el candor. Ese no querer envejecer que algunos tildar¨¢n de decadente o pat¨¦tico, no es sino resistencia.
Alina Sardi?as, para quien el trovador Noel Nicola compuso su canci¨®n Alina, por ahora se decidi¨® a ejercer la fotograf¨ªa cuando en una librer¨ªa de viejo se tropez¨® con un volumen con fotos de Henri Cartier-Bresson y vio al ni?o de las botellas de la calle Mouffetard que parec¨ªa estar dici¨¦ndole: ¡°M¨ªrame e intenta descifrar por qu¨¦ es tan hermoso este momento¡±, y as¨ª corri¨® un velo y dej¨® entrar luz. Una luz presente en los claroscuros de unas habitaciones habitadas por la heterodoxia, la insumisi¨®n, la verdad. No es raro que siempre que nos despedimos, Alina me repita lo mismo: ¡°La vida es ahora, all¨¢ quien postergue¡±.
Use Lahoz (Barcelona, 1976) es escritor. Su ¨²ltima novela es Verso suelto (Destino, 2023).
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