Voto heroico en Irak
Las elecciones de hoy en Irak, en medio de una violencia extrema, son muy imperfectas: ocupaci¨®n militar de EE UU desde hace casi dos a?os; inseguridad total en al menos 4 de las 18 provincias; colegios electorales y candidatos casi clandestinos; boicoteo de los sun¨ªes, que representan la quinta parte del pa¨ªs, y sin apenas supervisi¨®n de los observadores internacionales. Pero pese a todas esas enormes limitaciones, estos primeros comicios te¨®ricamente libres en medio siglo deben ser interpretados como un atisbo de esperanza en el recorrido de un t¨²nel a¨²n muy oscuro por el que transita una naci¨®n devastada por tres d¨¦cadas de guerras y tiran¨ªa.
Llegados a este punto, las elecciones de hoy deber¨ªan constituir un nuevo punto de partida. Ello no significa ignorar la acumulaci¨®n de falsedades que ciment¨® la guerra de Irak, ni la ca¨®tica estrategia de EE UU tras la ocupaci¨®n que ha supuesto la muerte de m¨¢s de un millar de sus soldados y de casi 18.000 iraqu¨ªes, ni la agudizaci¨®n del terrorismo isl¨¢mico que su pol¨ªtica ha generado, ni el cisma de Washington con buena parte de sus aliados europeos y el mayoritario repudio ¨¢rabe. Lo que hoy est¨¢ en juego es casi un milagro pol¨ªtico: un n¨²mero suficiente de electores debe superar la amenaza que pesa sobre ellos por el solo hecho de ir a votar, y ese comportamiento casi heroico debe traducirse en un resultado que evite al pa¨ªs mesopot¨¢mico -segundo en recursos petroleros- caer en una guerra civil entre la mayoritaria comunidad chi¨ª (60% de la poblaci¨®n) y la minor¨ªa sun¨ª, que representa una quinta parte y que es consciente de haber perdido los privilegios que le otorg¨® la dictadura de Sadam. Para a?adir complejidad al cuadro, los kurdos (20% de la poblaci¨®n) aspiran a fortalecer en las urnas su autonom¨ªa, que en algunos sectores no excluye la abierta voluntad independentista.
Todo apunta a que, ante la previsible abstenci¨®n sun¨ª mayoritaria, los islamistas chi¨ªes, agrupados en la Alianza Unida Iraqu¨ª, sean los triunfadores de unas elecciones que servir¨¢n para formar una Asamblea Nacional provisional encargada de redactar una Constituci¨®n antes de oto?o, sujeta luego a refer¨¦ndum y a nuevas elecciones antes de fin de a?o. La alternativa nacionalista y laica del primer ministro, Alaui, puede representar una fuerza bisagra en el nuevo Parlamento, as¨ª como la coalici¨®n unitaria de los kurdos. Pero escasa legitimidad tendr¨¢ el nuevo Gobierno si no busca desde el primer d¨ªa compromisos para implicar a los sun¨ªes en la Carta Magna. Y con respecto a la retirada militar estadounidense, no parece muy veros¨ªmil que ¨¦sta pueda producirse al menos antes de un a?o, dada la manifiesta incapacidad de las fuerzas iraqu¨ªes para garantizar una m¨ªnima seguridad.
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