Todo un placer

El genio impredecible volvi¨® a convocar a los esp¨ªritus que habitan su privilegiada garganta, para ofrecer a sus fans madrile?os una buena muestra de ese talento art¨ªstico que, llevando la contraria al pop, gana con los a?os. Fue una actuaci¨®n con sonido a madera en la que s¨®lo faltaron las volutas de humo y el sabor a alcohol de alg¨²n tugurio de esos que la as¨¦ptica modernidad se empe?a en erradicar. El Le¨®n de Belfast, que durante la actuaci¨®n dio muestras de estar bastante acatarrado, hizo justicia a su leyenda de hombre de gran car¨¢cter con cierta propensi¨®n a mostrarse arisco y ofreci¨® una compacta actuaci¨®n de m¨¢s de hora y media, en la que empalm¨® el bis con el final del concierto sin opci¨®n a reclamaci¨®n alguna. Pero cierto es que cumpli¨® con creces en cuanto a repertorio -una argamasa de est¨¢ndar del blues y el rythm'n'blues, temas de sus ¨²ltimos discos y alguna que otra canci¨®n m¨ªtica- y ejecuci¨®n, tanto suya como de la m¨¢s que correcta banda que le acompa?¨®. Armado de saxo, arm¨®nica o guitarra, dirigi¨® a sus m¨²sicos con mano firme, teniendo que volverse ¨¦stos a preguntarle a cada momento cu¨¢l era la canci¨®n que ven¨ªa a continuaci¨®n. Talk is cheap,Tore down ala Rimbaud, Aint that lovin you, In the afternoon o la subyugante Into the mystic fueron algunos de los mejores momentos de la actuaci¨®n de esta especie a extinguir en estos tiempos de falta de m¨¦rito musical. De nuevo, todo un placer escucharle, para recordar que la m¨²sica no es algo banal.