Doce llegan y trece se van
El C¨®rdoba, colista de la Segunda Divisi¨®n, cambia de arriba abajo su plantilla
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Juan Carlos Rodr¨ªguez (Valderas, Le¨®n; 1946), el nuevo director deportivo del C¨®rdoba, no tiene los dedos necesarios para contar los fichajes que ha realizado en el mercado de invierno: doce. Tambi¨¦n es verdad que tampoco le llegan los ap¨¦ndices para contar los descartes que ha impulsado por motivos t¨¦cnicos: otros trece.
Equilibrio entre los que entran y los que salen. Renovaci¨®n de la mitad de la plantilla: "La mayor¨ªa de los que han llegado vienen para jugar, no para estar en el banquillo". Rodr¨ªguez habla sentado en su despacho de El Arc¨¢ngel. Desde ese mismo sill¨®n negro tuvo que mirar a los ojos de once jugadores para decirles que el club ya no contaba con ellos, que ten¨ªan que coger la puerta. "Fue duro, pero era un problema de actitud y calidad. Y esto no es una ONG. Cuando llegue
[a finales de octubre de 2004], era lamentable, pero la gente sab¨ªa que no ¨ªbamos a ganar a nadie". Cuando lleg¨®, el C¨®rdoba hab¨ªa conseguido seis puntos desde el inicio de la temporada. "Hemos ganado dos de los ¨²ltimos tres partidos", sostiene Rodr¨ªguez, quien ya ejerci¨® las labores de director deportivo durante siete a?os en el Alav¨¦s que subi¨® a Primera.
Lo del ascenso es simplemente imposible. La meta del C¨®rdoba esta temporada o, mejor dicho, para esta mitad de temporada es la permanencia. "Tengo esperanzas", asevera Rodr¨ªguez.
Operaci¨®n Campo Lleno, lo han denominado los directivos del club. La idea era simple: una entrada por la cara para cada abonado. El objetivo, conseguido: llenar los 14.000 asientos de El Arc¨¢ngel. El pasado fin de semana, ante el Ciudad de Murcia, se incluy¨® una MB, una Marcha Blanquiverde desde el centro de la ciudad hasta el campo.
El estadio de El Arc¨¢ngel es una buena met¨¢fora del C¨®rdoba. Desde la autov¨ªa que une Madrid con Andaluc¨ªa (A-4) se levanta imponente la nueva grada. Un enorme bloque de hormig¨®n que se alza decenas de metros como diciendo a los conductores que van de paso: "Aqu¨ª estoy yo". ?sa es la cara exuberante del C¨®rdoba, un club que en los ¨²ltimos cuatro a?os ha recibido inyecciones millonarias. "Incluso se lleg¨® a pagar hace un a?o 100 millones de pesetas para que un jugador se fuera", afirma Rodr¨ªguez.
?sa es la cara imponente, pero si alguno de los conductores que van de paso decide entrar en la ciudad, aparcar el coche en los alrededores de la Mezquita -algo dif¨ªcil, la verdad- y mirar hacia El Arc¨¢ngel, ver¨¢ la otra cara. Ver¨¢ la grada antigua, m¨¢s peque?a, menos robusta, sin hormig¨®n. Es la cara del C¨®rdoba que brega por seguir en Segunda, la de un equipo que ha echado a la mitad de los jugadores a mitad de temporada simplemente porque no funcionaban, seg¨²n el director deportivo.
"No entiendo c¨®mo esta afici¨®n ha aguantado tanto", sostiene Rodr¨ªguez, quien dice haber necesitado contactar con 200 jugadores hasta que ha conseguido que once le dijeran que s¨ª cuando les propuso venirse al club blanquiverde: "No pod¨ªamos tocar a los de Segunda y los de Primera suponen un esfuerzo econ¨®mico muy importante..." Pero, al final, han llegado. Y lo han hecho desde el Am¨¦rica de M¨¦xico, desde el Espanyol, desde el Badajoz, desde el R¨¢cing, desde el Paran¨¢, brasile?o... As¨ª, hasta los trece que Rodr¨ªguez no puede contar con sus dedos.
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