Los derechos y la amabilidad
El presidente del Gobierno vasco, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, defiende hoy en el pleno del Congreso la Propuesta de Reforma del Estatuto Pol¨ªtico de la Comunidad de Euskadi presentada por el Parlamento vasco conforme al procedimiento a seguir para la tramitaci¨®n de la reforma de los estatutos de autonom¨ªa. Queda pues descartada la cobard¨ªa que se maliciaba de modo preventivo para caso de ausencia del presidente del PP, Mariano Rajoy. Pero enseguida conviene advertir que al delegado del Gobierno en Madrid corresponde proceder conforme al punto primero del art¨ªculo 77 de la Constituci¨®n y garantizar la ausencia de manifestaci¨®n alguna en las inmediaciones del Congreso. El espect¨¢culo ofrecido por quienes enarbolaban banderas de Falange y otras preconstitucionales y profer¨ªan insultos sin cuento cuando el presidente del Parlamento vasco, Juan Mar¨ªa Atutxa, acudi¨® a registrar la Propuesta al palacio de la Carrera de San Jer¨®nimo debe ser evitado.
Adem¨¢s, el presidente de la C¨¢mara, Manuel Mar¨ªn, deber¨¢ velar por el orden de los debates para que brille en todo momento la m¨¢s depurada cortes¨ªa parlamentaria trat¨¢ndose de una ocasi¨®n tan excepcional. Ser¨ªa penoso que cundiera la bronca tan al uso, que se prefiriera la tolerancia ante el exabrupto, cualquiera que fuera el esca?o de procedencia, y que Ibarretxe acabara regresando a Vitoria como v¨ªctima de cualquier desconsideraci¨®n. Tampoco los medios informativos, sin menoscabo de su libertad de apreciaci¨®n, deber¨ªan incurrir en comportamientos como aquellos que les granjearon la calificaci¨®n a veces merecida de la Brunete medi¨¢tica. A toda costa han de evitarse actitudes arrogantes o prepotentes en un momento en que, sin perder la gu¨ªa y referencia permanente de la Constituci¨®n, habr¨ªa de prevalecer el esfuerzo por aguzar el o¨ªdo. En el pleno de hoy corresponde, sobre todo, escuchar con la m¨¢xima atenci¨®n y, en su caso, responder a la Propuesta presentada con argumentos razonados, expuestos de la forma m¨¢s cuidada para que sean mejor entendidos por todos.
Estos d¨ªas ha repetido el lehendakari que busca un encaje amable del Pa¨ªs Vasco en Espa?a. Puede que su b¨²squeda sea desacertada pero en amabilidad se impone competir aunque sea en la expresi¨®n del desacuerdo. Establecidas estas premisas, antes de proceder a un an¨¢lisis de detalle, conviene verificar si, como se nos propone en el pre¨¢mbulo de la Propuesta, el nuevo Estatuto puede reclamarse "en virtud del respeto y actualizaci¨®n de nuestros derechos hist¨®ricos recogidos en el Estatuto de Gernika y en la Constituci¨®n espa?ola". Para ello nada m¨¢s adecuado que seguir los pasos de Javier Corcuera, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, en su estudio Le mort saisit le vif. Los derechos hist¨®ricos: novaci¨®n y continuidad, incluido en un reciente volumen publicado por la editorial Marcial Pons.
Recuerda Corcuera que tras las elecciones de 1977 el ¨®rgano directivo del PNV consideraba los fueros cosa del pasado, algo vinculado con el carlismo y argumento poco compatible con los tiempos que se viv¨ªan, aunque la adopci¨®n de esa v¨ªa acabara permitiendo justificar la no aprobaci¨®n de la Constituci¨®n por los nacionalistas. As¨ª que, concluye nuestro autor, la inclusi¨®n en la Carta Magna de la disposici¨®n adicional primera -la que proclama el amparo y respeto a los derechos hist¨®ricos de los territorios forales- parec¨ªa el testimonio de un doble fracaso: el de los nacionalistas, incapaces de lograr el amparo de una foralidad actualizable m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de la Constituci¨®n; y el de los no nacionalistas, siempre lamentando no haber logrado que los primeros la aceptaran.
El caso es que expresiones como "derechos hist¨®ricos" juegan en el terreno de la utop¨ªa nacionalista tanto como en el de la persecuci¨®n de fines m¨¢s prosaicos. Tienen una significaci¨®n jur¨ªdica y una componente pol¨ªtico-m¨ªtica que siempre ha interferido en la primera, y que apunta hacia una legitimidad distinta de la constitucional e incompatible con ella. Por eso se?ala Corcuera que "es imposible legitimar en los 'derechos hist¨®ricos' el intento de imponer un estatus de libre asociaci¨®n con Espa?a en que una parte s¨®lo tiene derechos y la otra s¨®lo obligaciones y en la que se prescinde de la mitad de la poblaci¨®n vasca". Pero, eso s¨ª, amabilidades, todas.
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