Vale todo
El seis de julio pasado -y perd¨®nesenos la autocita- escrib¨ªamos en estas p¨¢ginas: "Se anuncia como el deporte de combate m¨¢s duro de la tierra, el free fight. Patadas, pu?etazos y cuanto sea necesario para vencer al adversario. Muy instructivo. Con muy pocas limitaciones y ninguna clemencia. Nada parecido al boxeo reglamentado, ni siquiera a la lucha libre, tan previsible. Estos guerreros se postulan como los gladiadores modernos, carnaza para el sadismo y el morbo. En tanto que espect¨¢culo, incluye m¨²sica y chicas. Ser¨¢ lo ¨²nico civilizado, pues si lo otro va en serio, hay que atajarlo por incivil y cruento. Y lo mismo si va de bufonada. ?Qui¨¦n patrocina y explota esta involuci¨®n a la barbarie?".
En esa fecha glos¨¢bamos tan s¨®lo una ins¨®lita p¨¢gina publicitaria que insertaba un diario local m¨¢s atento en este caso a su inter¨¦s mercantil que a la deontolog¨ªa period¨ªstica. Ning¨²n otro medio informativo, que sepamos, se hizo eco por estos pagos, antes o despu¨¦s, del truculento acontecimiento hasta que el lunes pasado Mercedes Mil¨¤, liberada del aflictivo gran hermano, sac¨® a relucir su buida vena profesional y en su nuevo programa de Tele 5 no s¨®lo contest¨® cumplidamente la pregunta que formul¨¢bamos, sino que tambi¨¦n nos relat¨® con pelos, im¨¢genes y se?ales en qu¨¦ consiste esa salvajada que tuvo lugar en el polideportivo de Mislata.
Para quien viera el reportaje huelgan las descripciones. Los dem¨¢s pueden evocar los combates del circo romano, la matanza del cerdo o cualquier delirio violento y desgraciadamente humano convertido en nutriente para un p¨²blico numeroso y s¨¢dico. Un espect¨¢culo, como puede suponerse, ajeno a toda norma federativa. Incluso es dudoso que en esta ocasi¨®n se contase con la imprescindible atenci¨®n m¨¦dica. A la postre, una exhibici¨®n de incivilidad que delata a sus patrocinadores: la extrema derecha valenciana y sus personajes m¨¢s significados. Que entre el respetable se captase la presencia del ex presidente del Valencia CF, Pedro Cort¨¦s, s¨®lo hay que atribuirlo al culto que le rinde al m¨²sculo.
Menos explicable es que concurriese y presidiese el alcalde, el populista Manuel Corredera, de quien no me arriesgo a decir que fuera c¨®mplice de esta atrocidad, pero que nada le exime de ser o proceder con ingenuidad e inmadurez, adem¨¢s de indecisi¨®n, quiz¨¢ culpable por no interrumpir la velada cuando vio el giro que tomaba y la escandalosa presencia de menores. Motivos m¨¢s que sobrados para que, junto a su correligionario concejal de Deportes, hiciesen mutis por el foro y desapareciesen de la vida p¨²blica. Otra cosa es que alienten concomitancias con la horda reaccionaria.
Desvelado pues el episodio, no habr¨ªa de sorprendernos, sino todo lo contrario, habr¨ªa de confortarnos, que la fiscal¨ªa tomase cartas en el asunto y sustanciase cu¨¢ntas normas penales se han conculcado, al margen, claro est¨¢, de la m¨¢s elemental civilidad. Del titular de Justicia y Administraciones P¨²blicas, Miguel Peralta, poco se puede esperar, habida cuenta de la militancia partidaria que comparte con el mentado alcalde. El escepticismo se funda en el mismo -y est¨²pido- criterio que ¨¦l aplica para prejuzgar al nuevo fiscal jefe del TSJ de Valencia, sospechoso de parcialidad, seg¨²n el consejero, por su proximidad familiar al PSPV. Una de las memeces m¨¢s insignes que se han dicho a lo largo de esta legislatura. Y es que algunos pol¨ªticos, a su modo, tambi¨¦n practican el "vale todo".
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