El Athletic mantiene su sue?o

Tensi¨®n a cien, confianza a cero,riesgos los justos. Dos ocasiones, un penalti, un gol. El Athletic feliz, con la clasificaci¨®n para semifinales; el Valladolid, ninguna ocasi¨®n, mucho sudor y ese gramo de felicidad que deja el sue?o que dur¨® m¨¢s de lo previsible y por aquella haza?a del Barnab¨¦u escrita en la historia del club.

Un 3-2 de origen es siempre un resultado conflictivo, demasiados goles para una eliminatoria de Copa presuntamente desigual. As¨ª que el Valladolid jugaba a un gol, como golpe de fortuna y el Athletic a dominar el juego en busca del estado de gracia de Ezquerro o los chispazos de Yeste o el cabezazo habitual de Del Horno. Valverde ya hab¨ªa anunciado que la verdadera final del Athletic era la de ayer en Valladolid y Sergio Kresic reclamaba el derecho a la utop¨ªa y solicitaba a sus futbolistas que disfrutaran cada pase como la ocasi¨®n merec¨ªa. O no quisieron o no pudieron. Salvo una salida briosa, de apenas tres minutos, el Athletic se adue?o del bal¨®n pero lo manej¨® con altibajos: ahora una combinaci¨®n al primer toque (cuando se asociaban Ezquerro, Iraola, Yeste o Etxeberria), ahora un pelotazo sin sentido (cuando lo sacaban los defensas). Entre ambas cuestiones, el Valladolid corr¨ªa y corr¨ªa, sin asomarse al ¨¢rea de Lafuente salvo con algunos tiritos desviad¨ªsimos o alg¨²n que otro centro sin m¨¢s peligro que el que la defensa rojiblanca se empe?aba a atribuirle. El Athletic s¨ª pudo sentenciar la eliminatoria en algunas llegadas bien concebidas pero mal resueltas, especialmente en una asistencia de Ezquerro (el futbolista m¨¢s en forma del Athletic) a Etxeberria, que el capit¨¢n rojiblanco extra?amente no convirti¨® en gol. El bal¨®n le bot¨® unos cent¨ªmetros antes del golpeo y err¨® el disparo. Antes, el portero Lled¨® hab¨ªa demostrado listeza para jugar como defensa libre y anticiparse en los balones largos, con alguna excursi¨®n (ante Ezquerro) pasada de tono y fuera de lugar. Por momentos parec¨ªa un partido virtual, en el que se cre¨ªa que iba a pasar algo pero en realidad no suced¨ªa nada La ¨²nica ocasi¨®n de la primera mitad lleg¨® a la media hora. La primera y la ¨²nica. La primera falta del Athletic sucedi¨® en un saque de banda en el minuto 27. La primera y la ¨²nica. Es decir que pasar, pasar, no pasaba nada. Que el Athletic, con mejor t¨¦cnica, controlaba el bal¨®n pero no lo aprovechaba y que el Valladolid, corr¨ªa mucho, pero generalmente para nada. S¨®lo el run run de un gol manten¨ªa el inter¨¦s, por el grandioso valor de conseguirlo y determinar la eliminatoria.

Y lleg¨® de penalti, indiscutible, de esos que se producen m¨¢s que por intenci¨®n de hacerlo, por llegar tarde, sobre todo si por medio anda un p¨ªcaro como Etxeberria, aut¨¦ntico especialista en provocar el error del defensa. Rafa, muy joven, pic¨® el anzuelo y Yeste envi¨® el bal¨®n al hierro que sujeta la red, el lugar maldito de los porteros en esos casos.

Era un resultado justo por la jerarqu¨ªa del Athletic sobre el partido, por la suma de oportunidades y por un dato concluyemnte: la ¨²nica ocasi¨®n de gol del Valladolid la tuvo Mateo en el minuto 88.