La atenci¨®n a las personas transexuales
Hace unos d¨ªas la prensa se ha hecho eco de la pregunta de un grupo parlamentario sobre la posible disminuci¨®n de intervenciones quir¨²rgicas en personas transexuales en Andaluc¨ªa. Bienvenida esta preocupaci¨®n pues demuestra que una propuesta que sali¨® del Parlamento de Andaluc¨ªa en 1999 es seguida de cerca por ese mismo Parlamento. Sobre esta cuesti¨®n las cifras quir¨²rgicas son muy importantes pero no lo son todo. Son s¨®lo las m¨¢s f¨¢ciles de contabilizar y, desde luego, las m¨¢s espectaculares. La cirug¨ªa de reasignaci¨®n de sexo es un estadio m¨¢s de todo el proceso transidentitario, pero no es ¨²nico ni el m¨¢s largo. Ni siquiera es el ¨²ltimo. Esto es una de las lecciones de la Unidad de Trastornos de Identidad de G¨¦nero de Andaluc¨ªa (UTIG). En 1999 cuando el Parlamento Andaluz orden¨® que se atendieran las personas transexuales dentro del sistema p¨²blico se escogi¨® el Hospital, Universitario Carlos Haya, porque en ¨¦l hab¨ªa psic¨®logos que ten¨ªan gran experiencia en los conflictos de identidad, cirujanos que hab¨ªa desarrollado una prestigiosa l¨ªnea de investigaci¨®n en la reconstrucci¨®n perineal y endocrin¨®logos que antes de la legalizaci¨®n hab¨ªa asumido ¨¦ticamente la atenci¨®n dentro del sistema p¨²blico de las personas transexuales.
Pero la atenci¨®n a las personas transexuales es algo m¨¢s. As¨ª se vi¨® entonces desarroll¨¢ndose una estrategia que pas¨® por la creaci¨®n de una unidad multidisciplinar que es m¨¢s que la suma de las partes. En la pr¨¢ctica se traduce en una reuni¨®n de trabajo a la semana en la que se discuten los casos, en el establecimiento de un sistema de evaluaci¨®n continua de la pr¨¢ctica cl¨ªnica, en las estrechas relaciones acad¨¦micas con unidades de gran experiencia como la del Profesor Gooren de Holanda y con otras de otras partes del mundo, en la presencia interrumpida en las sesiones de trabajo de la Asociaci¨®n Harry Benjamin, en el contacto frecuente con las Asociaciones de Transexuales, en las publicaciones de la experiencia cient¨ªfica y humana, etc¨¦tera. Todo esto ha hecho que la UTIG de Andaluc¨ªa se haya convertido en una referencia formativa para muchos profesionales de otras partes del pa¨ªs (y de fuera de ¨¦l). Ha sido un gran esfuerzo por parte de los profesionales andaluces, pero sobre todo ha sido un gran empe?o, pues se ha hecho con escasos medios.
Es el momento de comenzar una segunda fase. Con la experiencia adquirida, la UTIG de Andaluc¨ªa est¨¢ en condiciones de dar respuesta con rigor a muchas preguntas que en 1999 o eran impasibles de satisfacer o hab¨ªa que recurrir a experiencias extranjeras no siempre f¨¢ciles de traducir. Hoy ya sabemos que: 1. La transexualidad no es una enfermedad, es un conflicto entre identidades a los que la medicina puede dar una satisfactoria respuesta. Algo, por otro lado que comparte con muchos otros problemas cl¨ªnicos o quir¨²rgicos de nuestro tiempo. 2. Que no hay ninguna raz¨®n para que estas personas no sean asistidas dentro del sistema p¨²blico. Es m¨¢s la exclusi¨®n, tal como ocurre a¨²n en el resto de las Autonom¨ªas, es un acto arbitrario, una injusticia, una intolerable discriminaci¨®n que s¨®lo se puede explicar por un pusil¨¢nime y desinformado prejuicio moral. 3. Que las razones de equidad que se arguyen para oponerse son respetables pero insuficientes, pues si algo habr¨ªa que esgrimir en este caso son razones de discriminaci¨®n positiva hacia unas personas con las que la sociedad se ha ensa?ado hist¨®ricamente. 4. Que las razones econ¨®micas son poco convincentes pues siendo la atenci¨®n de una persona transexual muy cara, ciertamente, el n¨²mero de personas afectadas es irrelevante en el contexto de los millones de actos asistenciales del sistema sanitario, 5. Que una vez que se saca el problema de debajo de la alfombra, la sociolog¨ªa de la transexualidad no es muy distinta de la del resto de la poblaci¨®n (militares, profesores, cl¨¦rigos, m¨¦dicos, trabajadores de la construcci¨®n, marginados, etc, etc, son s¨®lo algunas de las identidades profesionales de las personas atendidas en la UTIG). 6. Que la transexualidad no se contagia, y como no pod¨ªa ser de otra forma el n¨²mero de personas transexuales no han aumentado porque ahora el sistema p¨²blico les atienda, tan s¨®lo se asisten antes y mejor. 7. Que no se puede improvisar la creaci¨®n de unidades pues exige de habilidades m¨¦dicas, psicol¨®gicas y quir¨²rgicas sutiles cuando no de alta complejidad, de las que no son las menores el uso adecuado del lenguaje. 8. El desarrollo de una unidad dentro del sistema p¨²blico ha demostrado que, como no pod¨ªa ser de otra forma, existen falsos positivos y falsos negativos en el diagn¨®stico de la transexualidad. Algo que la medicina privada parece desconocer. Es esta una cuesti¨®n de una enorme importancia, sobre todo cuando algunos de los procedimientos son irreversibles. Una raz¨®n m¨¢s que justifica la creaci¨®n de pocas unidades en todo el territorio nacional que permitan concentrar las prevalencias pues es bien conocida desde el reverendo Thomas Bayes la importancia de la concentraci¨®n de las probabilidades a la hora de las decisiones eficientes, sobre todo en aquellas situaciones de baja probabilidad. 9. Que la atenci¨®n a las personas transexuales s¨®lo se puede hacer desde la multidisciplinaridad organizada, como ha quedado expuesto m¨¢s arriba. 10. Que la medicina lo que hace es acompa?ar a las personas en su largo camino transidentitario, pero no sustituirlas. Por eso la ¨²ltima y gran experiencias de la UTIG, experiencia que no est¨¢ recogida en ninguna estad¨ªstica, es que los primeros beneficiados de la creaci¨®n de la Unidad de Trastornos de identidas de Andaluc¨ªa han sido los profesionales del Hospital Universitario Carlos Haya que han aprendido de los pacientes tanto o m¨¢s de lo que estos han podido aprender de ellos.
Una riqu¨ªsima experiencia de cinco a?os, que est¨¢ a disposici¨®n de quien quiera disfrutarla y que deber¨ªa ser, ahora ya que se ha demostrado que es posible, reforzada en Andaluc¨ªa y trasladada al resto de Espa?a.
Federico J. C-Soriguer Escofet es Jefe de Servicio de Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n.Hospital Universitario Carlos Haya. M¨¢laga
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.