Un Barrie edulcorado

Basada en la obra teatral The Man Who Was Peter Pan, dirigida por el suizo (aunque lo conoce mucho mejor el espectador por su m¨¢s famosa pel¨ªcula americana, la oscarizada Monster?s Ball) Marc Forster, Descubriendo Nunca Jam¨¢s es una tan ingeniosa como, en el fondo, artera y edulcorada cuasi-biograf¨ªa de J.M. Barrie, el inmortal autor de Peter Pan. Una peripecia centrada sobre todo en uno de los momentos estelares de la vida del autor escoc¨¦s: el momento en que, a partir de un encuentro fortuito, conoce a los hijos de la se?ora Llewelyn Davies, quienes le habr¨ªan de inspirar a la criatura que no quer¨ªa crecer y la visita de Wendy y sus hermanos al pa¨ªs de Nunca Jam¨¢s.

Nada turbio

Biograf¨ªa piadosa, a bien decir: no hay en el filme, que Forster conduce con mano f¨¦rrea hacia un cl¨ªmax tan tramposo como eficaz (las l¨¢grimas son un peaje de obligado cumplimiento en esta funci¨®n), la menor alusi¨®n a los aspectos que acompa?aron en vida la pasi¨®n de Barrie por los ni?os, como la nada encubierta acusaci¨®n de paidofilia, por ejemplo; pero tambi¨¦n el hecho de aprovecharse de los ni?os para conquistar el coraz¨®n de su madre, otro extendido rumor que cobijaron los convencionalismos de la ¨¦poca. Salvo por la presencia de una madre/abuela especialmente atenta a esos rumores (Julie Christie, ay, c¨®mo pasan los a?os), nada hay aqu¨ª que enturbie la jovial dedicaci¨®n de Barrie a los ni?os hu¨¦rfanos.

Igualmente piadosa resulta la omisi¨®n de cualquier aspecto de la posterior peripecia vital de los peque?os (casi todos marcados por un destino tr¨¢gico: la muerte en la Segunda Guerra Mundial, un accidente mortal, un suicidio... de todo hubo): todo aqu¨ª est¨¢ en funci¨®n de esa funci¨®n, valga la redundancia; ese momento estelar que un Barrie ?tal vez enamorado? prepara para una agonizante, el verdadero momento de catarsis que el respetable espera desde mucho antes.

Por lo dem¨¢s, y no duelen prendas el decirlo, es Descubriendo Nunca Jam¨¢s una muy eficaz pel¨ªcula sentimental, llena de momentos pensados con la estricta finalidad de llegar al coraz¨®n del respetable (a veces tan indisimuladamente que termina, le ocurri¨® a este cronista, incluso molestando) y espl¨¦ndidamente interpretada por (casi) todos los integrantes del elenco, empezando por Christie, of course, pero tambi¨¦n est¨¢ bien Kate Winslet y los ni?os. En cuanto a Johnny Depp, el Barrie del asunto, lo mejor que se puede decir de ¨¦l es que no molesta contemplarlo; pero poco m¨¢s. Es la suya una interpretaci¨®n tan exang¨¹e, tan en el l¨ªmite del inmovilismo que a uno le entran ganas de preguntarse de d¨®nde sacaba Barrie la fuerza para interpretar no a uno, sino a 100 personajes distintos para su min¨²scula, juvenil platea.