Las mujeres vuelan, pero no despegan
Una mesa de debate organizada por la feria ha analizado por qu¨¦ las artistas tienen menos visibilidad que sus colegas
Estos d¨ªas ha habido en Arco tres fridas. Delante de Las dos fridas, la magn¨ªfica pintura de Frida Kahlo que preside el pabell¨®n mexicano, se organizaban ayer pacientes colas de los visitantes que comenzaban a abarrotar la feria, aunque, a falta de cifras oficiales, la impresi¨®n es que han disminuido las aglomeraciones de otras ediciones. Pero el viernes por la ma?ana hubo otra Frida Kahlo en la feria y delante de ella se agolparon unas cincuenta personas que participaban en la mesa de debate Las pol¨ªticas de igualdad entre hombres y mujeres en los mundos del arte: dise?ando estrategias, del Foro de expertos que organiza la feria. Esta otra Frida, que particip¨® camuflada con una careta de gorila, es el nombre de guerra que utiliza una escritora estadounidense miembro fundadora del colectivo Guerrilla Girls, que en los a?os ochenta se dieron a conocer con unos ir¨®nicos y cr¨ªticos manifiestos en los que pon¨ªan en evidencia que aunque las mujeres han demostrado que vuelan muy alto en el arte, todav¨ªa no han despegado en lo que se refiere a visibilidad y representaci¨®n en los grandes museos.
Hablaron de discriminaciones como las que apunt¨® el director del curso, Xabier Arakistain, respecto a que, por ejemplo, "en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa, de 28 exposiciones individuales programadas en 2004, s¨®lo cuatro eran de artistas mujeres" o que "de las 43 exposiciones individuales organizadas desde 2002 por la Sociedad Estatal para la Acci¨®n Cultural Exterior, s¨®lo dos son de mujeres". O que en la lista de los 100 artistas vivos m¨¢s relevantes del panorama internacional publicada por la revista alemana Capital s¨®lo una quincena son mujeres.
Manifiesto
En el debate, que finaliz¨® con el compromiso de realizar un manifiesto de denuncia sobre la utilizaci¨®n a su juicio sexista del dinero p¨²blico que se invierte en el arte, particip¨® tambi¨¦n la profesora Patricia Mayayo, que record¨® que en la universidad, por ejemplo, el 58% de los estudiantes son mujeres, pero en el terreno docente el 88% de los catedr¨¢ticos son hombres. "Es una discriminaci¨®n importante porque los historiadores del arte son los que dictan el canon y escriben la historia oficial", indic¨®. Para la comisaria y catedr¨¢tica de la Academia de Bellas Artes de Viena, Uta Meta Bauer, ha llegado el momento de pasar a la acci¨®n: "Las mujeres con poder tienen que ejercerlo, y una manera es recuperar la historia y hacer visible el trabajo de las mujeres".
La apoya la Frida Kahlo "guerrillera", para quien "hay un nivel m¨¢s o menos equiparable en los niveles bajos, cuando empiezan, pero lo dif¨ªcil es que las mujeres accedan a un reconocimiento institucional o que alcancen grandes cotizaciones en el mercado porque el dinero es cosa de hombres blancos", indica la activista. Y es que, como puede verse en Arco -con interesantes propuestas de artistas como Susana Solano, Carmen Calvo Marina N¨²?ez, Eul¨¤lia Valldossera o Dora Garc¨ªa, por citar a algunas-, las mujeres no tienen problemas a la hora de exponer en las galer¨ªas, aunque las que llegan son s¨®lo un peque?o porcentaje de las que comenzaron.
"En Bellas Artes hace ya a?os que las mujeres son m¨¢s de la mitad, pero alcanzan el mismo nivel de reconocimiento que los hombres s¨®lo un 15%", indica la cr¨ªtica Alicia Murr¨ªa, directora de la revista Artecontexto. "La excusa general que se da es que es un problema de calidad. Es mucha casualidad que siempre sean las mujeres las que no tienen calidad. Lo m¨¢s grave es que no hay ni conciencia entre las artistas de que aqu¨ª hay un problema y se autoconvencen de que no tienen talento o, si triunfan, se niegan a verse como una excepci¨®n".
"El mundo del arte no es sexista", afirma convencida la galerista Soledad Lorenzo, que en su galer¨ªa presenta trabajos de Louise Bourgeois y Susy G¨®mez, entre otras. "La mujer lo tiene m¨¢s dif¨ªcil porque, como ocurre en otras profesiones, a¨²n tiene que combinar la vida familiar con su trabajo, pero es un problema social, no de rechazo directo de los coleccionistas, galeristas o de las instituciones. Lo que pasa es que la incorporaci¨®n de la mujer al arte es algo reciente que ha explotado de forma masiva en los noventa y hace falta tiempo para que se asimile".
"Con las galer¨ªas no suele haber problemas, cuando lo notas, y siempre de manera sutil, es a la hora de las adquisiciones de las instituciones o en la participaci¨®n en las colectivas porque muchas veces a los comisarios no les interesan los temas que tratamos porque no les afectan", indica la artista Bego?a Montalb¨¢n, que rechaza que la soluci¨®n sea hacer exposiciones s¨®lo de mujeres. "Los temas de los hombres siempre son universales, los de las mujeres se miran a trav¨¦s del matiz del g¨¦nero, como si s¨®lo les interesaran a ellas; lo que hace falta es cambiar la estructura y el lenguaje", se?ala Chus Mart¨ªnez, t¨¦cnica de exposiciones de la Sala Rekalde de Bilbao, para quien hay que romper el clich¨¦ de que las mujeres han desarrollado mejor su trabajo en los nuevos medios, como la performance, el v¨ªdeo o la fotograf¨ªa, ya que son -adem¨¢s de los menos comerciales- los que no ten¨ªan una historia masculina y heroica detr¨¢s. "Hay muy buenas pintoras y escultoras, pero tienen menos visibilidad", afirma.
Respecto a los temas, pese a que son muy diversos, es cierto que muchas plantean miradas cr¨ªticas sobre la situaci¨®n de la mujer. La artista mexicana M¨®nica Mayer lo tiene claro: "Cuando me dicen que el feminismo ya no es necesario les digo: 'Estupendo, ?sabe si ya se han enterado los que violan y maltratan?".
Im¨¢genes censuradas
M¨¦xico sigue fuera de Arco. La Comunidad de Madrid ha montado en el Canal Isabel II la exposici¨®n Iconofagia. Imaginer¨ªa fotogr¨¢fica mexicana del siglo XX. El comisario, Alfonso Morales, afirm¨® ayer que se ha censurado un fotomontaje "muy na?f" con fotos pornogr¨¢ficas de los a?os 50 que se vend¨ªan por las calles, y que tambi¨¦n han saltado del cat¨¢logo. El director de museos, ?lvaro Ballar¨ªn, dice que "no hay censura" y que por exceso de material se acord¨® con el comisario no incluirlo en el montaje. El cat¨¢logo, a?ade, se ha retrasado por cuestiones t¨¦cnicas.
Para mirar
La galer¨ªa Vac¨ªo 9, de Madrid, presenta un prototipo de periscopio de Jos¨¦ Luis Vicario, que instalado en la azotea se puede observar desde la vivienda la direcci¨®n del viento en una veleta en forma de ¨¢rbol. Los curiosos hicieron la prueba y ayer estuvo a punto de curiosear el presentador de televisi¨®n Andreu Buenafuente. Otro observatorio est¨¢ al final de la escalera de madera de Clara Montoya. En la galer¨ªa Bacelos, de Vigo, hay que acercarse a las mirillas colocadas en un coj¨ªn para ver interiores de habitaciones.
No tocar
Los letreros de "No tocar" han aumentado el fin de semana. Llama la atenci¨®n el caballo de Berlinde de Bruyckere, tendido en la galer¨ªa italiana Continua, una escultura de pelo, resina y cabeza y patas de cera; y en la Terreno Bald¨ªo, de M¨¦xico, los retratos de H¨¦ctor Vel¨¢zquez, de yeso, resina y alambre, y los trozos de cuerpos de Javier Mar¨ªn, de resina.
Directores unidos
Los directores de museos, fundaciones y centros de arte contempor¨¢neo han aprovechado Arco para reunirse y formar la Asociaci¨®n de Directores de Arte Contempor¨¢neo de Espa?a (ADACE), con la elecci¨®n de Carlota ?lvarez Basso, directora del Marco de Vigo, como presidenta, y Yolanda Romero, directora del Centro Jos¨¦ Guerrero de Granada, como secretaria. Los 15 miembros defender¨¢n la figura del director y har¨¢n pol¨ªticas comunes sobre exposiciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.