Los rumanos del c¨¢mping de C¨®rdoba
Las administraciones no se ponen de acuerdo para buscar una salida al grupo de 40 inmigrantes
![Manuel Planelles](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F9cf52f91-a2c1-41ef-91a0-33bcb728b33d.jpg?auth=70e5471577f7932b47b43175377425fb5a9b8cc9a1dc2420f52a356dddf53ef6&width=100&height=100&smart=true)
Valerika est¨¢ seria, est¨¢ preocupada. Su marido, Mihail, se ha desplomado esta ma?ana. "No hablaba, no se mov¨ªa", explica esta mujer de origen rumano. Una ambulancia se ha llevado a su esposo al Hospital Universitario Reina Sof¨ªa de C¨®rdoba.
Es viernes por la ma?ana y Valerika no saldr¨¢ hoy a limosnar por el centro de C¨®rdoba. "?D¨®nde puedo coger el autob¨²s para ir al hospital?", pregunta en la puerta del c¨¢mping municipal de la ciudad.
Valerika forma parte del grupo, de unos 40 inmigrantes de origen rumano, alojados por el Ayuntamiento cordob¨¦s en el c¨¢mping municipal desde hace m¨¢s de tres meses. Casi todos son familia m¨¢s o menos directa. Proceden de Bucarest, la capital de Ruman¨ªa. Muchos de ellos antes han estado en otros pa¨ªses como Italia y Francia... "Pero s¨®lo de paso", apostilla Sonia, una de las j¨®venes que integran el grupo.
Sostienen que al no tener papeles su ¨²nica opci¨®n para sobrevivir es la mendicidad
Adem¨¢s del alojamiento, el Consistorio cordob¨¦s se encarga de la escolarizaci¨®n de los alrededor de diez menores del grupo e imparte tambi¨¦n talleres a los adultos. Los trabajadores sociales contratados por el Ayuntamiento se acercan todas las ma?anas hasta el c¨¢mping y se aseguran de que los ni?os vayan a la escuela.
Por el momento, la Administraci¨®n no se encarga de la manutenci¨®n del grupo. Al no tener papeles, sostienen ellos, no pueden conseguir un trabajo y su ¨²nica opci¨®n es la mendicidad.
Mientras los ni?os est¨¢n en la escuela, los padres suelen quedarse en el c¨¢mping y las madres salen a intentar ganarse algunos euros por las calles. Uno de los trabajadores sociales que los visita de lunes a viernes comenta que quienes suelen salir a mendigar son ellas y que algunos de los hombres intentan ganar algo de dinero haciendo de aparcacoches en la ciudad.
Mihail, el marido de Valerika, s¨®lo sufri¨® un desmayo sin importancia. Ella respira tranquila. La tarde anterior, Mihail, de 35 a?os de edad y robusto, explicaba por qu¨¦ hab¨ªa decidido venirse a Espa?a y dejar atr¨¢s todo su pasado y su tierra. "Soy pobre. All¨ª nadie ten¨ªa dinero, no ten¨ªa casa, no ten¨ªa ropa... No hab¨ªa trabajo".
Lo cierto es que, para los ojos de un ciudadano de un pa¨ªs occidental, no parece que haya mejorado mucho la situaci¨®n de Mihail y del resto del grupo. Duermen en tiendas de campa?a y tienen que seguir saliendo a la calle a mendigar.
La diferencia, grande si se atiende al contundente "no" que se recibe cuando se les pregunta si quieren regresar a su pa¨ªs, es que aqu¨ª tienen una peque?a esperanza de futuro. Aunque su situaci¨®n es irregular -como mucho disponen de un pasaporte con visado de turista cuya validez s¨®lo alcanza hasta los tres meses- el Ayuntamiento est¨¢ haciendo esfuerzos por su integraci¨®n. Incluso la teniente de alcalde encargada de Inmigraci¨®n, In¨¦s Fontiveros, asegur¨® hace unas semanas que el Consistorio intentar¨ªa regularizar la situaci¨®n de algunos de ellos a trav¨¦s de una cl¨¢usula especial que se incluye en el proceso de normalizaci¨®n abierto la semana pasada y que hace referencia a los inmigrantes en situaci¨®n "de exclusi¨®n legal".
Fontiveros anunci¨® esta posibilidad el pasado viernes 21 de enero. Ese d¨ªa se produjo un encuentro entre los representantes del Ayuntamiento de C¨®rdoba, de la Junta de Andaluc¨ªa y del Gobierno central. Tras la reuni¨®n, Fontiveros anunci¨® un plan de integraci¨®n con el que se intentar¨ªa paliar la situaci¨®n de los inmigrantes rumanos que vagan por la ciudad. Adem¨¢s de los inmigrantes alojados en el c¨¢mping, tambi¨¦n se podr¨¢n acoger otros de los rumanos que deambulan por C¨®rdoba y duermen donde pueden.
S¨®lo el anuncio
Pero, hasta el momento, el plan de integraci¨®n se ha quedado s¨®lo en el anuncio. El proyecto todav¨ªa debe presentarse ante el Consejo Local de Inmigraci¨®n y el representante la Junta de Andaluc¨ªa en C¨®rdoba, Antonio M¨¢rquez, solicit¨® hace unas semanas que este ¨®rgano se convocase. Las organizaciones no gubernamentales tambi¨¦n critican que no se haya dado ning¨²n paso m¨¢s.
"El nuevo plan incluye, seg¨²n adelant¨® Fontiveros, el compromiso de las administraciones de hacerse cargo de la manutenci¨®n de los inmigrantes. Se supone que as¨ª se conseguir¨¢ que dejen de mendigar para poder alimentarse.
"?Conoces a alg¨²n patr¨®n?", pregunta Mihail. "Yo soy un buen trabajador", dice con una sonrisa y mientras aprieta los pu?os y ense?a los brazos. A su lado, otro de los rumanos del grupo sonr¨ªe. Es joven, s¨®lo tiene 18 a?os, pero es uno de los que mejor habla el castellano; cuenta que lo aprendi¨® viendo la televisi¨®n es su pa¨ªs.
"Vine a trabajar aqu¨ª porque hay trabajo", pero ¨¦l s¨®lo ha conseguido recoger unos d¨ªas naranjas. Eso s¨ª, no se le pasa por la cabeza volver a Ruman¨ªa: "All¨ª es peor, all¨ª no hay nada".
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