Riesgo y sexo en la secci¨®n Panorama
La pel¨ªcula alemana en competici¨®n 'Sophie Scholl' obtuvo una excelente acogida
La prestigiosa secci¨®n Panorama, que celebra este a?o su 20? aniversario, es famosa por su capacidad de riesgo con t¨ªtulos poco convencionales, especialmente sobre temas sexuales no siempre a gusto de todos. Por ejemplo, la argentina Un a?o sin amor hiri¨® la sensibilidad ayer de muchos espectadores por las escenas de violentas pr¨¢cticas masoquistas vividas por el protagonista, un escritor gay. Este largometraje, que se ver¨¢ pr¨®ximamente en Espa?a, es el primero de la directora de 30 a?os Anahi Berneri, basado en el diario que Pablo P¨¦rez, coguionista, comenz¨® a escribir desde que supiera que estaba afectado de sida. Un a?o sin amor mezcla la dureza de unas im¨¢genes sin tapujos con la sensibilidad plena de matices del actor Juan Minujin, ya conocido en otras pel¨ªculas argentinas.
El sexo es tambi¨¦n el tema de Fucking different!, pel¨ªcula colectiva en la que lesbianas berlinesas han realizado cortometrajes que hablan de la sexualidad gay, mientras que cineastas gays han hecho lo propio sobre su concepci¨®n de la sexualidad l¨¦sbica. Otro documental, en este caso norteamericano, se acerca a la historia de Peter Berl¨ªn, considerado en los setenta como el Greta Garbo del porno gay. Gender X, un documental alem¨¢n, se acerca al mundo de las drag queens, mientras que Cycles op porn, sex/life in L.A. trata sobre el mundillo de los muchachos que aspiran a convertirse en modelos porno. No falt¨® a la cita de Panorama el documental Inside deep throat, que analiza la conmoci¨®n que Garganta profunda provoc¨® en los primeros a?os setenta.
El sexo fue igualmente el tema del coloquio sobre Amor idiota, aunque su director, Ventura Pons, insistiera en que los apasionados encuentros er¨®ticos de la pareja protagonista -18 en total- fueron su manera de contar las respectivas soledades de los personajes. Por su parte, Cayetana Guill¨¦n Cuervo y Santi Mill¨¢n debieron responder al insistente p¨²blico que, en el rodaje, sus famosos y m¨®rbidos encuentros sexuales se realizaron desde los c¨¢nones de la m¨¢s pura ficci¨®n. El espectador espa?ol tiene ya la oportunidad de juzgarlo en sus pantallas.
La presencia espa?ola en el festival de Berl¨ªn, que ha contado, asimismo, con la asistencia de Unax Ugalde, elegido como el joven actor espa?ol merecedor de la promoci¨®n Shooting Stars de la CE, culminar¨¢ esta noche con el Oso de Oro concedido a la espl¨¦ndida trayectoria de Fernando Fern¨¢n-G¨®mez y el estreno fuera de concurso de Para que no me olvides, de Patricia Ferreira.
En la competici¨®n del d¨ªa, fue aplaudida la pel¨ªcula alemana Sophie Scholl, de Marc Rohemund, que cuenta el juicio sumar¨ªsimo y posterior condena a muerte de tres estudiantes que repartieron propaganda antinazi durante los ¨²ltimos d¨ªas de la batalla de Stalingrado. Minuciosa, eficaz, destaca en ella la interpretaci¨®n de Julia Kentsch, cuyo personaje da t¨ªtulo al filme. Fue celebrada asimismo la norteamericana In Good company, de Paul Weitz, el director que se hizo famoso con American pie, que en esta ocasi¨®n no supera los planteamientos t¨ªpicos de una comedieta light narrando las circunstancias que rodean a un ejecutivo de 50 a?os que se ve postergado por un nuevo jefe de 25. Como es habitual, son deslumbrantes tanto los di¨¢logos como los actores (Dennis Quaid, Topher Grace y Scarlett Johansson).
Finalmente, hab¨ªa llamado la atenci¨®n la propuesta del director Mark Dornford-May, de brillante carrera teatral en su Inglaterra de origen, de adaptar la Carmen de Bizet a un suburbio surafricano como si se tratara de Sevilla (un cartel a la entrada del poblado as¨ª lo indica), pero su vasta experiencia en teatro no le ha servido para hacer interesante su primer trabajo como director de cine. Las canciones interpretadas (muy bien) en lengua xhosa por unos actores y actrices negros entrados en carnes, no est¨¢ acompa?ada con ning¨²n encanto en la coreograf¨ªa ni en la puesta en escena, limit¨¢ndose el conjunto a ser una simple curiosidad. Los madrugadores periodistas que llenaron la sala se fueron decepcionando a lo largo de la larga proyecci¨®n, quedando al final s¨®lo unos cuantos, y no todos despiertos. ?Ad¨®nde ir¨ªan esos desertores en un fr¨ªo domingo de lluvia a las nueve de la ma?ana?
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