Un cient¨ªfico espa?ol descubre el hongo causante de su propia ceguera
La 'C¨¢ndida famata' es una de las principales infecciones que destruyen la retina humana
La frase "Se est¨¢ quedando usted ciego y no sabemos por qu¨¦" ser¨ªa una fuente de angustia para cualquier paciente. Pero el paciente Luis Carrasco es adem¨¢s catedr¨¢tico de Microbiolog¨ªa. "La incertidumbre es insoportable", dice. "Prefiero estar ciego y saber la causa que seguir viendo mientras la ignoro". Ya lo ha conseguido: nueve a?os despu¨¦s de contraer una grave retinopat¨ªa llamada AZOOR, el cient¨ªfico ha descubierto que el hongo C¨¢ndida famata es el culpable. Ese microorganismo puede estar detr¨¢s de 12.000 casos de retinopat¨ªa en Espa?a, y dos millones en el mundo. Hay en el mercado media docena de f¨¢rmacos que lo atacan, y Carrasco cree que deber¨ªan ensayarse en pacientes de inmediato.
El hallazgo puede haber llegado tarde para el propio descubridor -es pronto para saberlo-, pero abre esperanzas para el mill¨®n o dos de personas que padecen en el mundo su mismo problema, la retinopat¨ªa perif¨¦rica aguda zonal oculta (AZOOR en sus siglas inglesas), u otras dolencias similares. Carrasco calcula que el 20% de los 66.000 afiliados a la ONCE sufre alguna de estas retinopat¨ªas, y considera probable que la C¨¢ndida famata sea su causa com¨²n.
Carrasco y sus colaboradores del Centro de Biolog¨ªa Molecular Severo Ochoa, un centro mixto del CSIC y la Universidad Aut¨®noma de Madrid, acaban de publicar sus resultados en el Journal of Clinical Microbiology (n¨²mero de febrero). Con el g¨¦lido estilo de las publicaciones t¨¦cnicas, all¨ª se expone que ese hongo "fue aislado de los exudados conjuntivos de un var¨®n cauc¨¢sico de 47 a?os". Eso ocurri¨® en 1996. Carrasco cumplir¨¢ el s¨¢bado 56 a?os.
"La buena noticia es que ya hay en el mercado media docena de antif¨²ngicos [f¨¢rmacos contra las infecciones por hongos] que dificultan el crecimiento de la C¨¢ndida famata", dice el cient¨ªfico. "Yo los he probado todos desde hace cinco a?os, naturalmente, y la infecci¨®n se ha ido aliviando".
El alivio no ha llegado a¨²n a sus ojos, por desgracia. Ayer, cuando el fot¨®grafo de este peri¨®dico le tendi¨® la mano, el cient¨ªfico intent¨® devolverle el apret¨®n y fall¨® por diez cent¨ªmetros. La definici¨®n oficial de ceguera es una p¨¦rdida de agudeza visual del 90%, y Carrasco ha perdido ya el 99,9%. Pero su estado era mucho peor antes de medicarse.
Clara mejor¨ªa
"El hongo no s¨®lo invade la retina, sino tambi¨¦n el nervio ¨®ptico, parte del cerebro y el sistema nervioso en general", explica. "Entre 1996 y 1999 me encontraba f¨ªsica y an¨ªmicamente fatal, y apenas pod¨ªa levantarme de la cama. Despu¨¦s empec¨¦ a tomar diversos f¨¢rmacos (siempre bajo control m¨¦dico, ?eh?) y ahora estoy dirigiendo siete tesis doctorales".
Tres de esas tesis son sobre virus, la disciplina a la que siempre se hab¨ªa dedicado, y sobre la que se forj¨® un espectacular curr¨ªculo cient¨ªfico hasta los a?os noventa. Las otras cuatro son sobre infecciones por hongos.
"Una de las pocas ventajas de padecer la propia enfermedad que estoy investigando es que puedo seguir su curso d¨ªa a d¨ªa, hora a hora", dice el investigador. "Y estoy convencido de que la infecci¨®n va remitiendo con los tratamientos antif¨²ngicos. Lo que pasa es que este hongo sale por los ojos, por as¨ª decir. Los f¨¢rmacos van expulsando a la C¨¢ndida famata del cerebro por el nervio ¨®ptico, y el hongo sigue llegando a la retina. Por eso no me ha mejorado la vista por el momento, pero yo creo que esto se va limpiando poco a poco. Tras cinco a?os de tratamiento, la infecci¨®n sigue saliendo cada d¨ªa. Yo creo que esto se quita".
Sin embargo, que la infecci¨®n desaparezca no quiere decir necesariamente que el paciente recupere la vista. "Los oftalm¨®logos piensan que los bastones y los conos [las c¨¦lulas de la retina responsables de la captaci¨®n de luz] han muerto como consecuencia de la infecci¨®n. Pero es posible que algunos sigan vivos, aunque no funcionen. De ser as¨ª, es posible que pueda recuperar la visi¨®n en parte".
Toda persona que haya sufrido cualquier infecci¨®n por hongos, aunque sea mucho m¨¢s leve que una retinopat¨ªa de este tipo, sabe que los tratamientos son largos, pesados y de eficacia variable. Carrasco empez¨®, en 1999, probando con fluconazol y con itraconazol, ambos por v¨ªa oral durante dos a?os. Experiment¨® una mejor¨ªa de su fotofobia, de sus reflejos pupilares retardados y otros s¨ªntomas colaterales, pero no de la vista. En 2003 prob¨® con un nuevo producto de Pfizer, el voriconazol. Tanto en pruebas de laboratorio como en sus propios ojos, este f¨¢rmaco se mostr¨® m¨¢s eficaz contra la C¨¢ndida famata, pero lo dej¨® a los tres meses por problemas con el h¨ªgado.
Ensayos urgentes
"Es urgente iniciar ensayos cl¨ªnicos para determinar qu¨¦ compuestos son m¨¢s eficaces, y sus dosis ¨®ptimas", dice el investigador. "Los laboratorios farmac¨¦uticos deber¨ªan mostrarse interesados, puesto que hay muchos pacientes de esta retinopat¨ªa". Por el momento no hay planes, sin embargo. El trabajo sobre el AZOOR ha sido financiado por la ONCE, la organizaci¨®n de ciegos. Carrasco a?ade: "El pr¨®ximo objetivo de nuestro laboratorio, en un proyecto tambi¨¦n financiado por la ONCE, es comprobar si otras retinopat¨ªas similares -como el s¨ªndrome de los puntos blancos evanescentes, el alargamiento del punto ciego, la coroiditis multifocal, la coroidopat¨ªa interna punteada y la retinopat¨ªa macular aguda- se deben tambi¨¦n a la C¨¢ndida famata. Varios cient¨ªficos, yo entre ellos, pensamos que todas tienen la misma causa".
Y Carrasco no piensa pararse en las retinopat¨ªas. "Nuestro laboratorio est¨¢ comprometido a buscar las causas de otras infecciones humanas de origen desconocido". El cient¨ªfico tiene muchas ideas, y varios indicios, pero su principal motor sigue rugiendo dentro de su propia carne: "Yo he conocido la incertidumbre y s¨¦ lo mal que se pasa".
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