El fin de la caza del zorro
Las ¨²ltimas cacer¨ªas legales a caballo y con lebreles recorrieron los campos brit¨¢nicos ante la entrada en vigor hoy de su prohibici¨®n
Las ¨²ltimas cacer¨ªas a caballo y con lebreles recorrieron los campos brit¨¢nicos ante la entrada en vigor hoy de su hist¨®rica prohibici¨®n
Tras medio siglo de intentos y siete a?os de apasionadas discusiones en los Comunes y airados debates en la calle, la caza del zorro a caballo y con lebreles es ilegal en Inglaterra desde la pasada medianoche. Los cazadores, remisos a acomodarse a una ley que consideran injusta y fruto de la ignorancia y desprecio que las comunidades urbanas y el laborismo sienten hacia las costumbres ancestrales de la sociedad rural, han convocado a sus seguidores para que desaf¨ªen a la ley el pr¨®ximo s¨¢bado.
La Alianza del Campo es la cabeza visible de una protesta que pretende desafiar a la ley
La Alianza del Campo, cabeza visible de una protesta en la que comulgan todos revueltos la aristocracia terrateniente, las clases medias rurales, no pocos obreros del campo y numerosos nuevos y viejos ricos de la City de Londres que gustan de pasar el fin de semana en la campi?a, espera reunir a 400.000 cazadores dispuestos a desafiar la ley. El dato denota un optimismo quiz¨¢s exagerado si se tiene en cuenta que la monter¨ªa m¨¢s concurrida del calendario, cada 26 de diciembre, suele atraer a menos de 300.000 personas. "Cada uno de vosotros ha de venir con su mujer, con sus hijos, sus amigos, t¨ªas, t¨ªos, traedlos aqu¨ª aunque sea con sillas de ruedas, con carros, con remolques", clam¨® ayer el capit¨¢n cazador Ian Farquhar ante sus correligionarios.
Pero la protesta civil se va a encontrar de entrada con el problema de que quiz¨¢s no tenga enemigo con el que batirse. La polic¨ªa no parece muy entusiasmada ante la idea de dedicar los fines de semana a cazar cazadores furtivos. "La prioridad de mis oficiales es detener ladrones, atracadores y asesinos y proteger a la gente para que no sea v¨ªctima del crimen", ha dicho el jefe de la polic¨ªa de Notts. Y como ¨¦l piensan muchos otros.
En este ambiente cargado el Gobierno prefiere mirar hacia los cerros de ?beda. A poco m¨¢s de dos meses de la fecha que se espera para las elecciones generales, lo ¨²ltimo que quiere Tony Blair es llenar los informativos con im¨¢genes de polic¨ªas y cazadores a la gre?a. No es que los laboristas esperen cosechar muchos votos entre los socios de la Alianza del Campo e incluso un poco de guerrilla rural quiz¨¢s anime a acercarse a las urnas a alg¨²n potencial votante urbano desencantado, pero ser¨ªa darle demasiada munici¨®n a los tories el que la polic¨ªa, cuya tendencia a considerarse escasa de recursos y sobrada de burocracia no parece tocar nunca fondo, tenga que ampliar de manera tan radical y poco ortodoxa sus tareas habituales.
Aunque el fiscal del Reino ha advertido que de ninguna manera la polic¨ªa va a dejar pasar impunemente las infracciones contra la ley, todo indica que la polic¨ªa adoptar¨¢ un perfil bajo y se concentrar¨¢ m¨¢s en las advertencias que en la persecuci¨®n.
El ¨¦xito de la protesta, con todo, es por hoy una inc¨®gnita. La campa?a de caza de este a?o acaba en unas semanas y no se reanudar¨¢ hasta el oto?o, cuando las elecciones hayan pasado y los ¨¢nimos de los cazadores est¨¦n quiz¨¢s m¨¢s templados. Ser¨¢ entonces cuando se vivan quiz¨¢s los momentos de verdadera violencia, cuando la protesta sea menos cuantiosa pero m¨¢s radical, con los defensores de los derechos de los animales definitivamente dispuestos a que se respete la ley.
La caza del zorro no queda completamente prohibida. Lo que se considera ilegal es la caza a caballo y con lebreles. Se podr¨¢n seguir cazando de esta manera conejos y ratas, pero no zorros, ni ciervos, ni liebres. Como regla general, los mam¨ªferos se podr¨¢n cazar s¨®lo con escopeta y se podr¨¢ utilizar un m¨¢ximo de dos lebreles para hacerlos salir de su escondite y ponerlos a tiro.
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