Tendencias y trasnoche en Ginebra

Plainpalais es una zona muy agradable de pasear. Me gusta andar por las zonas llanas de Ginebra y por las calles comerciales pr¨®ximas al r¨ªo. La parte alta, en cambio, la de las murallas y la catedral, es, por as¨ª decirlo, m¨¢s pintoresca. Adem¨¢s de m¨¢s esforzada. Se nos dice que ah¨ª, sobre la muralla, viven algunas de las personas m¨¢s ricas de la ciudad, pero la verdad es que las luces suelen verse apagadas. Plainpalais, en cambio, tiene bulevares y una plaza inmensa.

Los mi¨¦rcoles y los s¨¢bados se hace un mercado al aire libre en la plaza de Plainpalais. Las aceras son anchas y los comerciantes tienen espacio para aparcar sus furgonetas junto a los puestos de venta. Es un mercado algo ca¨®tico, en el que se pueden encontrar muebles, libros viejos, cuadros y la quincaller¨ªa que suele haber en esta clase de rastros. De vez en cuando los vendedores sacan cosas de sus coches y camionetas y uno siempre se hace la ilusi¨®n de que va a encontrar algo especial. Pese a la fama de los ginebrinos, no todos estos vendedores son muy madrugadores. Si hay suerte y sale el sol, se est¨¢ muy bien serpenteando entre los puestos.

Compras ma?aneras en el mercadillo de la plaza de Plainpalais y un caf¨¦ en el moderno Bigoudi 13. Por la noche, la animaci¨®n se concentra en bares como Le Septi¨¨me Ciel, Alhambar y Au Chat Noir.

Rastrillo pop

Uno de los bares nuevos del barrio de Plainpalais es el Bigoudi 13. Tiene algo tambi¨¦n de rastrillo pop, pero, en general, est¨¢ decorado con muy buen gusto. Tiene precios baratos y se presenta como un lugar alternativo. Son muy confortables sus rincones decorados con tulipas.

Cerca de ah¨ª est¨¢ el bar Khino. Se reconoce por un cuerno gigantesco en la fachada que hace esquina. Es una zona donde hay casas ocupadas. El Khino ha sido durante a?os un centro de reuni¨®n de okupas ginebrinos. A veces es dif¨ªcil saber qu¨¦ horarios tiene este local. Cuando entro en ¨¦l, suena la m¨²sica de Manu Chao y cuelga de la barra Le Monde Diplomatique junto a prensa de la izquierda antiglobalizadora.

Al otro lado de la plaza de Plainpalais est¨¢ una antigua f¨¢brica-laboratorio de f¨ªsica que hoy sirve de centro de arte contempor¨¢neo. Comparten el edificio el Mamco y el Centre d'Art Contemporain de Gen¨¨ve. El edificio tiene el encanto de haber sido muy poco modificado para su nuevo uso porque por el suelo se reconocen las marcas que dej¨® la maquinaria industrial. Las plantas son muy despejadas, de vez en cuando se ve a alg¨²n vigilante vestido de paisano. En cierto modo, han conseguido hacer de una aparente falta de medios una virtud. En el patio de la entrada hay una cafeter¨ªa de m¨¢quinas autoservicio.

Un poco m¨¢s al sur, ya en la zona de Carouge, est¨¢ la sala Au Chat Noir, que por la noche es de las ¨²ltimas que cierran en la ciudad. De hecho, es adonde suelen ir a parar los camareros de otros bares. Lo que caracteriza a la sala Au Chat Noir son sus conciertos y sesiones de pinchadiscos. Su programaci¨®n puede encontrarse en gu¨ªas de quiosco como la RegArt.

Dos orillas

Junto a la orilla izquierda del R¨®dano, en el centro de la ciudad, se encuentran las principales calles comerciales. El bar moderno que han abierto recientemente en esta zona es Le Septi¨¨me Ciel. Es tambi¨¦n restaurante, sirve una mezcla de comida tradicional y oriental. Su decoraci¨®n tambi¨¦n est¨¢ a medio paso de lo oriental, como viene siendo com¨²n en esta clase de bares. El trato es amable a la vez que distante.

El Alhambar, el que se considera primer bar lounge de Ginebra, se ha convertido ya en uno de los bares cl¨¢sicos de la ciudad, todo el mundo lo conoce. Es un gran ¨®valo que mezcla muebles de hace tres o cuatro d¨¦cadas con antig¨¹edades valiosas, como la gran ara?a de los a?os treinta que cuelga del techo. Musicalmente es muy activo y tiene programaci¨®n propia. Sus sof¨¢s son c¨®modos, y los precios, razonables.

El bar Arthur's tiene tambi¨¦n sof¨¢s variados y dispersos por la sala, aunque su ambiente es algo m¨¢s r¨ªgido y alejado de lo bohemio. La media de edad de los clientes tambi¨¦n es mayor. Si alguien es amante de la cocteler¨ªa, ¨¦ste es su lugar en Ginebra. Tiene una web muy trabajada.

Al lado del bar Alhambar est¨¢ la Place du Molard. Un grupo de arquitectos ha rehabilitado esta zona. El suelo de la Place du Molard aparece ahora con un pavimento entre el que hay adoquines falsos de cristal luminoso. En ellos, cuando se hace de noche, se leen saludos en diferentes lenguas del mundo. Hist¨®ricamente, la plaza ha sido un lugar de encuentro, y esta especie de enorme instalaci¨®n art¨ªstica trata de guardar memoria de ello.

En la orilla derecha de la ciudad, en P?quis, el restaurante bar Le Comptoir supuso el inicio de los locales nocturnos de minimalismo oriental. Hoy sigue abierto y es un sitio de referencia.

Pr¨®ximo a ¨¦l han abierto recientemente el Ol¨¦-Ol¨¦. En una pared se leen los platos que sirven cada noche, en los que abundan los gui?os espa?oles. Pero quiz¨¢ sea m

¨¢s un sitio donde ir a pasarlo bien y tomar cervezas. Otra de las cosas que animan las aceras de Ginebra en cuanto oscurece son las peluquer¨ªas. Algunas alargan su horario tras el cierre del resto de los comercios y no es dif¨ªcil dar con ellas. La dificultad administrativa de realizar reformas urbanas, adem¨¢s de la afici¨®n al cine, es sin duda una de las causas de que pervivan en el casco urbano las numerosas salas al viejo estilo: el Cin¨¦ma Hollywood, el City, el 17, el Broadway, el Rialto, el Central... Sus letreros luminosos alegran mucho la ciudad cuando oscurece.